La <strong>Virgen</strong> María, página 16mirada creadora de su Señor. Tal es la Iglesia, la verdadera, en todo tiempo. Así sepresenta. María a sus admiradores excesivos de los siglos futuros.El anuncio evangélico del nacimiento virginal de Jesús no tiene, pues, el fin de glorificara María, sino proclamar que Cristo es el Señor, que su nacimiento es obra del Altísimo,que su venida rompe la concatenación puramente racional, histórica, de los hechos y lasgeneraciones, que en El se manifiesta el principio, el milagro de la creación. En el cuadrode este solemne anuncio, el milagro fisiológico de la partenogénesis tiene un puesto muymodesto. Lo cual no significa que podamos descartarlo. La idea de la encarnación debeestar ligada por raíces muy profundas a la representación del nacimiento virginal para quecada vez que en la Iglesia se ha puesto en duda la afirmación del símbolo apostólico:"nació de la <strong>Virgen</strong> María", la idea misma de la encarnación haya declinado hacia losextremos opuestos del ebionismo o del docetismo: un Jesús puramente humano, Hijo deDios solamente en sentido mesiánico, o un Cristo mítico, desprovisto de realidadhistórica. Esta es ciertamente la razón de la presencia de la <strong>Virgen</strong> María en el Credo.Ella está allí como fiel testigo de la historicidad real de Cristo, al mismo tiempo que de larealidad divina. No es solamente testigo, sino instrumento elegido de la Encarnación. Enesto está la verdadera, la gran gloria de María. Esta basta, según sus propias palabras,para "hacerla bienaventurada" por todas las generaciones. Y verdaderamente, no tienenecesidad de nada más.La <strong>Virgen</strong> MaríaCapítulo 2La Siempre <strong>Virgen</strong>En la literatura posapostólica de la primera mitad del siglo II reina un silencio casicompleto sobre la <strong>Virgen</strong> María. La Didaché, Clemente Romano, el pseudo Bernabé,Hermas, Policarpo, la Epístola de Diogneto (en su parte auténtica), los apologistas másantiguos. Atenágoras, Taciano, Teófilo, los fragmentos que se conservan de las apologíasde Hermes, Quadrato, Aristón y Milciades, ni siquiera la mencionan. Ignacio deAntioquía, en sus epístolas auténticas, la cita una que otra vez, y una vez Arístides en losfragmentos armenios de su apología para Adriano: son los primeros rudimentos delsímbolo "apostólico" que empiezan a bosquejarse en oposición a las teorías docéticas dela gnosis.Los maestros gnósticos, en el ciclo grandioso de su cosmogonía, introducían en ciertopunto al Salvador Jesucristo, descendido al mundo de la materia para liberar a las almasque habían caído en él. Pero, excesivamente espiritualistas, no aceptaban que aquelpurísimo "eón" hubiera podido encarnarse realmente en un hombre; pensaban que elCristo se había unido transitoriamente al hombre Jesús, desde el bautismo hasta lacrucifixión, excluida, o que se había manifestado con un cuerpo aparente, privado deverdadera materialidad (docetismo, de dokéi, parecer). Esta segunda concepción teníatambién la ventaja de no requerir una verdadera maternidad, en el sentido físico, de
La <strong>Virgen</strong> María, página 17María; ésta habría sido atravesada por el eón Cristo como el agua recorre un conducto(Valentín). La virginidad de María aun en el parto era consecuencia legítima de estasespeculaciones, ya que en realidad, no había habido tal parto.La Iglesia reaccionó enérgicamente contra el docetismo de la gnosis, que negando larealidad humana del Salvador transfería la salvación a un plano mítico más que históricoy humano; y los rastros de esta reacción son bien visibles, desde los escritos másrecientes del Nuevo Testamento y luego, más tarde, a través de las alusiones y las doctasrefutaciones de los escritores antiheréticos, y en la misma elaboración de los símbolosmás antiguos de la fe. El llamado Credo apostólico tiene un tono polémico bienreconocible, antidocético, en el énfasis que da, en toda su parte central, a la afirmación dela humanidad real y la existencia histórica del Salvador, "engendrado (gennethénta) delEspíritu Santo y de María", "qui natus est de Spiritu Sancto et María Virgine" comoafirma el antiguo Símbolo romano, o "concebido del Espíritu Santo, nacido de María<strong>Virgen</strong>" "conceptum de Spiritu Sancto, natum ex <strong>Maria</strong> Virgine", según la expresión másparticular en la pasión: "passum sub Pontio Pilato, crucifixum, mortuum et sepultum" ; 17o en el énfasis que estas expresiones reciben de Ignacio de Antioquía: "Jesucristo, dellinaje de David, de María, el cual fue verdaderamente engendrado, comió y bebió,verdaderamente fue perseguido bajo Poncio Pilato, verdaderamente fue crucificado ymurió, en presencia de los seres celestiales, terrestres y subterráneos; el cual tambiénverdaderamente fue resucitado de los muertos, revivido por su Padre". 18 ¡María y Pilato!Los dos pilares sobre los cuales reposa la afirmación de la historicidad real de Cristo,realmente nacido de carne humana, en un determinado momento de la historia, yrealmente crucificado en su carne en un momento del tiempo no menos determinado.María y Pilato: los dos testigos de la humanidad del Salvador, es decir de la realidad de laencarnación. María debe su presencia en el Credo - lo mismo Pilato - a esta función detestimonio: pero ella asume además la otra función de testimonio de su divinidad, por eladjetivo que la define: María virgen; y comparte esta función con la afirmación de laresurrección y la ascensión de Cristo, con que termina el artículo central del Credo. Verehomo et vere Deus, según la concisa fórmula de Ireneo.A la misma exigencia de reaccionar contra el docetismo de la gnosis se debe la primeramención explícita de alguna amplitud que nos ofrece la literatura cristiana ortodoxa, asaber, el paralelo entre Eva y María, que hallamos en el Diálogo con Trifón, de JustinoMártir, y que, retomando poco después por Ireneo ha tenido una inmensa fortuna en lossiglos siguientes."Comprendemos," escribe Justino, "que El [Cristo] se hizo hombre por medio de la<strong>Virgen</strong>, de modo que por aquella vía por la cual se inició la desobediencia por haberprestado oídos a la serpiente, por esa misma vía terminó. Siendo virgen e incorrupta, Eva,17 Texto galiciano. EL antiguo símbolo romano dice más sencillamente: “que sub PontioPilato crucifixus et sepultus, tertia die resurrexit a mortuis”, Lietzmann, Klene Texte,Symbole der Alten Kirche, Berlín, 1931.18 Ignacio, Ad Traíllanos 9:1; cf. Efesios 7:2; 18:2; 19:1, Patr. Ap. Opera, ed. min., 1920,pp. 87 sgs.
- Page 1 and 2: La Virgen María, página 1LA VIRGE
- Page 3: La Virgen María, página 3Ahora bi
- Page 6 and 7: La Virgen María, página 6El Padre
- Page 8 and 9: La Virgen María, página 8jamás p
- Page 10 and 11: La Virgen María, página 10recibi
- Page 12 and 13: La Virgen María, página 12según
- Page 14 and 15: La Virgen María, página 14de los
- Page 18 and 19: La Virgen María, página 18habiend
- Page 20 and 21: La Virgen María, página 20Elvidio
- Page 22 and 23: La Virgen María, página 22Este ha
- Page 24 and 25: La Virgen María, página 24Muy bie
- Page 26 and 27: La Virgen María, página 26virgen
- Page 28 and 29: La Virgen María, página 28esa lit
- Page 30 and 31: La Virgen María, página 30ilimita
- Page 32 and 33: La Virgen María, página 32transfi
- Page 34 and 35: La Virgen María, página 34aquí u
- Page 36 and 37: La Virgen María, página 36fervor,
- Page 38 and 39: La Virgen María, página 38Y ahora
- Page 40 and 41: La Virgen María, página 40A su in
- Page 42 and 43: La Virgen María, página 42crític
- Page 44 and 45: La Virgen María, página 44dialéc
- Page 46 and 47: La Virgen María, página 46En este
- Page 48 and 49: La Virgen María, página 48Si aten
- Page 50 and 51: La Virgen María, página 50La Virg
- Page 52 and 53: La Virgen María, página 52En real
- Page 54 and 55: La Virgen María, página 54tu serv
- Page 56 and 57: La Virgen María, página 56recuerd
- Page 58 and 59: La Virgen María, página 58parece
- Page 60 and 61: La Virgen María, página 60agnosti
- Page 62 and 63: La Virgen María, página 62et beat
- Page 64 and 65: La Virgen María, página 64desiert
- Page 66 and 67:
La Virgen María, página 66Para lo
- Page 68 and 69:
La Virgen María, página 68interpr
- Page 70 and 71:
La Virgen María, página 70confies
- Page 72 and 73:
La Virgen María, página 72superst
- Page 74 and 75:
La Virgen María, página 74produjo
- Page 76 and 77:
La Virgen María, página 76La inma
- Page 78 and 79:
La Virgen María, página 78la Igle
- Page 80 and 81:
La Virgen María, página 80singula
- Page 82 and 83:
La Virgen María, página 82La defi
- Page 84 and 85:
La Virgen María, página 84por la
- Page 86 and 87:
La Virgen María, página 86problem
- Page 88 and 89:
La Virgen María, página 88leche y
- Page 90 and 91:
La Virgen María, página 90En los
- Page 92 and 93:
La Virgen María, página 92feminid
- Page 94 and 95:
La Virgen María, página 94como Sa
- Page 96 and 97:
La Virgen María, página 96La inte
- Page 98 and 99:
La Virgen María, página 98Sin emb
- Page 100 and 101:
La Virgen María, página 100la pie
- Page 102 and 103:
La Virgen María, página 102está
- Page 104 and 105:
La Virgen María, página 104El seg
- Page 106 and 107:
La Virgen María, página 106mérit
- Page 108 and 109:
La Virgen María, página 108a cier
- Page 110 and 111:
La Virgen María, página 110consid
- Page 112 and 113:
La Virgen María, página 112mujer
- Page 114 and 115:
La Virgen María, página 114el ace
- Page 116 and 117:
La Virgen María, página 116lo div
- Page 118 and 119:
La Virgen María, página 118muere
- Page 120 and 121:
La Virgen María, página 120Sabidu
- Page 122 and 123:
La Virgen María, página 122catoli
- Page 124 and 125:
La Virgen María, página 124interp
- Page 126 and 127:
La Virgen María, página 126misió
- Page 128 and 129:
La Virgen María, página 128benevo
- Page 130 and 131:
La Virgen María, página 130confor
- Page 132 and 133:
La Virgen María, página 132un nue
- Page 134 and 135:
La Virgen María, página 134los gu
- Page 136 and 137:
La Virgen María, página 136“Cel
- Page 138 and 139:
La Virgen María, página 138trabaj
- Page 140 and 141:
La Virgen María, página 140El pen
- Page 142 and 143:
La Virgen María, página 142la ver
- Page 144 and 145:
La Virgen María, página 144En rea
- Page 146 and 147:
La Virgen María, página 146no só
- Page 148:
La Virgen María, página 148Si est