La <strong>Virgen</strong> María, página 94como San Bernardo, y que en cambio parece acentuarse a medida que se acerca anosotros.Alfonso de Ligorio exalta hiperbólicamente el poder de intercesión de la <strong>Virgen</strong> María :“María, en el cielo, si bien no puede ya mandar al Hijo, sus ruegos serán siempreruego de madre, y por lo tanto potentísimos para obtener cuanto solicite. Tiene María,dice Buenaventura, este privilegio cerca de su Hijo de ser potentísima para impetrar loque quiere. ¿Y por qué? Precisamente porque . . . son ruegos de madre. Y por tal razón,dice San Pedro Damián, que la <strong>Virgen</strong> puede todo lo que quiere, tanto en el cielo comoen la tierra, pudiendo conducir aun a los desesperados a la esperanza de salvarse . . . Jesúsquiere honrar a esta querida Madre suya, que tanto lo honró en vida, acordándoleinmediatamente todo aquello que pide y desea. Lo que bellamente confirma San Germán,diciendo a la <strong>Virgen</strong> : Vos sois Madre de Dios, omnipotente para salvar a los pecadores, yno tenéis necesidad de otra recomendación ante Dios porque sois la madre de laverdadera vida. San Bernardino de Siena no tiene repugnancia en decir que todos, hastaDios, obedecen al mandato de María ; queriendo decir, en realidad, que Dios escucha susruegos como si fueran mandatos. De donde San Anselmo, hablando con María, le dice así: El Señor, oh <strong>Virgen</strong> Santa, os ha elevado a tal nivel, que con su favor podéis obtenertodas las gracias posibles para vuestros devotos, porque vuestra protección esomnipotente, oh María, como dice Cosme el Jerosolimitano. Si omnipotente es María,afirma Ricardo de San Lorenzo, ya que por todas las leyes la reina debe disfrutar de losmismo privilegios del rey. Siendo, pues, una misma la potestad del hijo y de la madre delOmnipotente. De tal modo que, dice San Antonio, Dios ha puesto toda la Iglesia no sólobajo el patrocinio, sino también bajo el dominio de María.” 166Y María pone ésa su omnipotencia al servicio de los pecadores, con ilimitada solicitudmaternal. Ningún pecador es tan grande que le descorazone. Así como una madre nodesdeña curar ak hijo cubierto de costras, así nuestra Madre no puede abandonarnos,cuando a ella recurrimos aunque sea grande el hedor de nuestros pecados, de los cualesha de sanarnos” (Le Glorie de María, ed. cit. P. 110). Se le llama Reina de Misericordia,porque en palabras de San Bernardo, “ella abre el abismo de la misericordia de Dios aquien quiere y como quiere, y no hay pecador, por enorme que lo sea, que se pierda siMaría lo protege” (p. 24). Ella “tiene corazón tan benigno y piadoso, que no puede sufrirel despedir descontento a cualquiera que le ruega” (p. 25). Ella declara, en lasrevelaciones de Santa Brígida : “No hay pecador que viva y que sea tan maldito que estéprivado de mi misericordia . . . Nadie está tan alejado de Dios que, si me invoca en suayuda, no retorne a Dios y disfrute de su misericordia”. Todos me llaman madre de lamisericordia y verdaderamente la misericordia de Dios hacia los hombres me ha hechotan misericordiosa hacia ellos. Por eso será miserable, y miserable para siempre en la otravida el que en esta tierra pudiendo recurrir a mí, que soy tan piadosa con todos y tantodeseo ayudar a los pecadores, mísero no recurre, y se condena” (p. 26). Alfonso deLigorio acumula ejemplo sobre ejemplo, ya más ya menos edificantes, ya más ya menosadmirables e increíbles para demostrar la realidad y eficacia de las intercesiones deMaría, en las situaciones más desesperadas ; todas las leyendas antiguas y modernas del166 Ligorio, Le Glorie di <strong>Maria</strong>, I. P. 151-152.
La <strong>Virgen</strong> María, página 95repertorio mariano pasan por sus páginas, desde aquella del monje Teófilo, que habíarenunciado por escrito “a Jesús y a María su Madre”, por influencia del diablo, y quedespués arrepintiéndose, consiguió que María lo obtuviera la gracia de Dios (p. 149),hasta la del cuervo que habiendo aprendido a decir : Ave María, cuando lo atrapó unmilano repitió la invocación, y se salvó, porque el milano cayó muerto al instante (p. 72).La eficacia de la intercesión de María se experimenta también naturalmente, después dela muerte :“Refiere el P. Eusebio de Nieremberg que en la ciudad de Aragona había una doncellallamada Alejandra, la cual fue muerta por una cuestión de celos, siéndole cortada lacabeza, que fue arrojada en un pozo. Pocos días después pasó por el lugar SantoDomingo, e inspirado por el Señor se asomó al pozo y dijo : - Alejandra, sal fuera. Y heaquí la cabeza de la occisa sale y se pone sobre el brocal del pozo, y le ruega a SantoDomingo que la confiese. El santo la confiesa y después de la comunión a la vista de unaenorme multitud maravillada. Luego Santo Domingo la obliga a decir por qué habíarecibido aquella gracia. Alejandra dice que cuando le cortaron la cabeza estaba en pecadomortal, pero que Mará Santísima por la devoción del Rosario recitado por ella, la habíaconservado en vida. Dos días permaneció viva la cabeza sobre el pozo, a la vista de todosy después el alma se fue al purgatorio. Mas de allí a quince días se presentó a SantoDomingo el alma de Alejandra, bella y resplandeciente como una estrella, y le dijo queuno de los principales sufragios que tienen las almas del purgatorio en aquellas penas, esel Rosario que se reza por ellas, y que las mismas, tan pronto como llegan al paraíso,ruegan por aquellos que les aplicaron esa potente oración. Y dicho esto, Santo Domingovio el alma afortunada subía jubilosa al reino de los bienaventurados” (p. 206).Por eso se debe poner en María una confianza ilimitada. Hallar a María es hallar la gracia(p. 60). Ella es la esperanza de los malhechores, la esperanza de los desesperados, elúnico refugio de los pecadores, el puerto seguro de los náufragos ; en fin, la protectora delos condenados (p. 62, 103). Ella es la seguridad del perdón, la prenda dada por Dios desu promesa de perdonarles. Es el arca de Noé, en el cual se salvan los pecadores (p. 65),el cayado del Buen Pastor (Salmo 23) que los conduce en las angustias de la muerte (p.77), el “propiciatorio” de oro purísimo, donde el Señor habla a los hombres y concede elperdón, la gracia y los dones (p. 88) ; la ciudad de refugio, la ciudad de Dios, eltabernáculo, el hospital de las almas enfermas (pp. 96, 97), el olivo (p. 219) que derramael aceita balsámico de la gracia, la vid que da frutos de suave fragancia, el cedro delLíbano, el arca del pacto, por medio de la cual los israelitas obtenían la victoria sobre susenemigos, y que los diablos temen (pp. 119-120) ; la estrella matutina que preanuncia lagracia (p. 98), la estrella del mar, en las tormentas de la vida (p. 99) ; la luna que estáentre la tierra y el sol y refleja la luz de éste (pp. 95, 174), aun el propio sol que calienta atodos con sus rayos (p. 185) ; la recadera del cielo, “que continuamente anda en recadosde misericordia, impetrando gracia para todos, justos y pecadores” (p. 182), la tesorera detodas las gracias, “de donde resulta que nuestra salvación está en sus manos” (p. 225) ; esaquel “trono de gracia al que el Apóstol nos exhorta a acudir con confianza Hebreos4:16!) a fin de obtener la divina misericordia” (p. 226), la torre de fortaleza, en la cual elpecador puede resistir los asaltos del infierno (p. 234).
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