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Virgen Maria completa - Escritura y Verdad

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La <strong>Virgen</strong> María, página 61corrientes de la opinión católica con respecto a la Asunción de María. Hasta el Siglo XIIIpredomina la prudencia inspirada por el Pseudo Gerónimo; a partir del Siglo XIIIempieza a prevalecer la opinión del Pseudo Agustín; esta toma decididamente ladelantera después que la crítica humanista hubo demostrado la inautenticidad de laEpístola a Paulo y Eustoquio, mientras la falta de autenticidad del Pseudo Agustín reciénfue claramente reconocida por la crítica del siglo XVII. A la influencia del PseudoGerónimo se debe por cierto el cauto silencio de teólogos como Anselmo de Canterbury oBernardo de Clairvaux, y de dos papas: Alejandro III e Inocencio III; al PseudoGerónimo se refieren, explícita o implícitamente, Odilón de Cluny, Ghiberto de Nogent,el martiriologio de Adone, obispo de Vienne, y los de Usuard y Notkero, Alano de Lille.En la línea del Pseudo Agustín se encuentran, en cambio, Hugo y Ricardo de San Victor,San Pier Damiani, San Antonio de Padua y Abelardo. Entre los teólogos del siglo XIII,Enrique Suso, Jacobo de Voragine y algunos otros consideran la Asunción como una píaopinión, posición de la cual poco se diferencian los grandes escolásticos.El más explícito es Alberto Magno, que considera la Asunción entre las verdades que noestán directamente reveladas en la <strong>Escritura</strong>, ni son evidentes por sí mismas, pero queparecen derivarse de las <strong>Escritura</strong>s e imponerse a la razón, y no pueden ser combatidascon alguna declaración bíblica contraria ni con algún argumento racional. Tomás deAquino no se ocupa de la Asunción en sus obras teológicas (silencio significativo), y seexpresa dubitativamente sobre la resurrección de María y de Juan, pero termina pordeclarar: "Creemos que después de su muerte resucitó y fue llevado al cielo." 90Buenaventura habla de ella sobre todo en sus sermones; se trata, pues, de un argumentohomilético más que teológico. Las posiciones no varían sustancialmente hasta laReforma.La Reforma no hizo de la <strong>Virgen</strong> María un objeto explícito de investigaciones opolémicas: simplemente abandonó toda la mariología y el culto con ella relacionado, porcarecer de justificación en las Sagradas <strong>Escritura</strong>s. Pero las Centurias de Magdeburgo(que son la primera obra moderna de historia eclesiástica) hacen suya la crítica humanistade las antiguas tradiciones, particularmente en lo que respecta a la Asunción de María.Respondiendo a protestantes y humanistas, los teólogos católicos por general presentan laAsunción como una doctrina cierta, pero no de fe: entre éstos merece ser recordadoCanisio, el primero al parecer, que afirma explícitamente la evolución del dogma católicocomo argumento de apología. 91 Pero a partir del siglo XVI se empieza a considerar"temeraria" la opinión de aquellos que niegan o ponen en duda la Asunción de María.Como se ve las posiciones tienden a invertirse: en la época carolingia, el PseudoGerónimo consideraba temeraria la posición de aquellos que afirmaban arbitrariamente loque puede ser ignorado sin peligro. En el siglo XVII la crítica histórica toma nuevo ardor,con el canónigo parisiense Pierre Launoy y el historiador Lenain de Tillemont, quesostienen la posición de Pseudo Gerónimo. Entre las opiniones "moderadas" del sigloXVIII se recuerda la de notable tratadista Charles Billuard, y sobre todo la del papaBenedicto XIV (Próspero Lambertini) que en su obra De festis Domini nostri Jesu Christi90 En la explicación de los artículos del Símbolo, interpretando la salutación angelical.91 Canisius, De Verbi Dei corruptelis; cf. Jugie, La mort et l’Assomption, p. 412.

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