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dadero frenesí, tosía, escupía y se apo-,yaba con ademán digno en los bastonesde su papá. Amasado con elementos difícilesde conciliar, ó bien porque hubieseen él algo de loco, aquel pobre muchacho—quepor lo demás era un buenchico—tenia ¡cosa asombrosa! un miedohorrible á los golpes y un amor desenfrenadoá las querellas. Insolente y cobardecomo Panurgo, era hombre capazde provocar sin motivo á un carabineroque pasara por la calle, pero dispuesto,si el carabinero tomaba la cosa por dondequemaba, á hincarse de rodillas y pedirperdón con tales exageraciones dehumildad, que verdaderamente no se sabiasi enfadarse ó si echarse á reir. Enuna palabra, era un niño grande, endebley enfermizo, á quien Rochefort quería.precisamente por su carácter burlóny por sus picardías, al cual salvó en másde una ocasión de las graves consecuenciasque hubieran podido tener parasus costillas algunas bromas demasiadoatrevidas. Rossignol estaba empleado,lomismo que Rochefort, en las oficinas delAyuntamiento. Allí se hallaba colgado,en el último piso, debajo de las guardillas,en un despacho perdido al final de unlaberinto de escaleras estrechas y de corredores,y allí, encargado del material,distribuía con la mayor gravedad, y conarreglo á los pedidos que se le hacían,papel, plumas, lápices, raspadores, gomas,hilo para coser expedientes, balduquepara atarlos, tintas azules, tintasencarnadas, arenilla, calendarios, y quésé yo cuántas más cosas inútiles, de queles gusta rodearse á los desocupadosplumíferos de la Administración, y queson como las flores de la burocracia. Rossignol,naturalmente, tenía sus ambicionesliterarias también. Poner su nombreal pie de cualquier cosa impresa era susueño dorado, y nos divertiamos PedroVeron, Rochefort y yo en garrapatearlearticulejos y en improvisarle versos:versos que él llevaba en seguida, y llenode orgullo, al Tintamarre. ¡Singularesefectos de la irresponsabilidad! Rochefortresultaba cohibido por la imitacióny por las convenciones cuando escribíapara firmarlo él, y era originalísimo, teníaun estilo muy personal, cuando fir-

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