15.04.2018 Views

MADAME BOVARY-Gustave Flaubert

Madame Bovary (título completo en francés: Madame Bovary, Mœurs de province) es la novela del escritor francés Gustave Flaubert, publicada en 1856. El personaje vive más allá de sus posibilidades para escapar de las banalidades y el vacío de la vida provincial. Cuando la novela se realizó por primera vez en La Revue de Paris entre el 1 de octubre de 1856 y el 15 de diciembre de 1856, los fiscales atacaron la novela por obscenidad. El juicio resultante en enero de 1857 hizo la historia notoria. Después de la absolución de Flaubert el 7 de febrero de 1857, Madame Bovary se convirtió en un éxito de ventas en abril de 1857 cuando se publicó en dos volúmenes. Una obra seminal de realismo literario, la novela se considera ahora la obra maestra de Flaubert, y una de las obras literarias más influyentes de la historia. El crítico británico James Wood escribe: "Flaubert estableció, para bien o para mal, lo que la mayoría de los lectores consideran narración realista moderna, y su influencia es casi demasiado familiar para ser visible".

Madame Bovary (título completo en francés: Madame Bovary, Mœurs de province) es la novela del escritor francés Gustave Flaubert, publicada en 1856. El personaje vive más allá de sus posibilidades para escapar de las banalidades y el vacío de la vida provincial. Cuando la novela se realizó por primera vez en La Revue de Paris entre el 1 de octubre de 1856 y el 15 de diciembre de 1856, los fiscales atacaron la novela por obscenidad. El juicio resultante en enero de 1857 hizo la historia notoria. Después de la absolución de Flaubert el 7 de febrero de 1857, Madame Bovary se convirtió en un éxito de ventas en abril de 1857 cuando se publicó en dos volúmenes. Una obra seminal de realismo literario, la novela se considera ahora la obra maestra de Flaubert, y una de las obras literarias más influyentes de la historia. El crítico británico James Wood escribe: "Flaubert estableció, para bien o para mal, lo que la mayoría de los lectores consideran narración realista moderna, y su influencia es casi demasiado familiar para ser visible".

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Capítulo VII<br />

A veces pensaba que, a pesar de todo, aquellos eran los más bellos días de<br />

su vida, la luna de miel como decían. Para saborear su dulzura, habría sin duda<br />

que irse a esos países de nombres sonoros donde los días que siguen a la boda<br />

tienen más suaves ocios.<br />

En sillas de posta, bajo cortinillas de seda azul, se sube al paso por caminos<br />

escarpados, escuchando la canción del postillón, que se repite en la montaña<br />

con las campanillas de las cabras y el sordo rumor de, la cascada.<br />

Cuando se pone el sol, se respira a la orilla de los golfos el perfume de los<br />

limoneros; después, por la noche, en la terraza de las quintas, a solas y con los<br />

dedos entrecruzados, se mira a las estrellas haciendo proyectos. Le parecía que<br />

algunos lugares en la tierra debían de producir felicidad, como una planta<br />

propia de un suelo y que no prospera en otra parte. ¡Quién pudiera asomarse al<br />

balcón de los chalets suizos o encerrar su tristeza en una casa de campo<br />

escocesa, con su marido vestido de frac de terciopelo negro de largos faldones y<br />

calzado con botas flexibles y con un sombrero puntiagudo y puños en las<br />

bocamangas!<br />

Quizás hubiera deseado hacer a alguien la confidencia de todas estas cosas.<br />

Pero, ¿cómo explicar un vago malestar que cambia de aspecto como las nubes,<br />

que se arremolina como el viento? Le faltaban las palabras, la ocasión, ¡el valor!<br />

Si Carlos, sin embargo, lo hubiera querido, si lo hubiera sospechado, si su<br />

mirada, por una sola vez, hubiera ido al encuentro de su pensamiento, le parecía<br />

que una abundancia súbita se habría desprendido de su corazón, como cae la<br />

fruta de un árbol en espaldar cuando se acerca a él la mano.<br />

Pero a medida que se estrechaba más la intimidad de su vida, se producía<br />

un despegue interior que la separaba de él. La conversación de Carlos era<br />

insulsa como una acera de calle, y las ideas de todo el mundo desfilaban por ella<br />

en su traje ordinario, sin causar emoción, risa o ensueño. Nunca había sentido<br />

curiosidad decía cuando vivía en Rouen, por ir al teatro a ver a los actores de<br />

París. No sabía ni nadar ni practicar la esgrima, ni tirar con la pistola, y, un día,<br />

no fue capaz de explicarle un término de equitación que ella había encontrado<br />

en una novela. ¿Acaso un hombre no debía conocerlo todo, destacar en<br />

actividades múltiples, iniciar a la mujer en las energías de la pasión, en los<br />

refinamientos de la vida, en todos los misterios? Pero éste no enseñaba nada, no<br />

sabía nada, no deseaba nada. La creía feliz y ella le reprochaba aquella calma tan<br />

impasible, aquella pachorra apacible, hasta la felicidad que ella le<br />

proporcionaba.<br />

Emma dibujaba a veces; y para Carlos era un gran entretenimiento<br />

permanecer allí, de pie, mirándola inclinada sobre la lámina, guiñando los ojos<br />

para ver mejor su obra, o modelando con los dedos bolitas de miga de pan.<br />

Cuando tocaba el piano, cuanto más veloces corrían los dedos, más embelesado<br />

se quedaba él.<br />

Ella golpeaba las teclas con aplomo, y recorría de arriba a abajo el teclado<br />

sin pararse. Sacudido así por ella, el viejo instrumento, cuyas cuerdas<br />

tremolaban, se oía hasta el extremo del pueblo si la ventana estaba abierta, y a<br />

menudo el alguacil que pasaba por la carretera se paraba a escucharlo, con su<br />

hoja de papel en la mano. Por otra parte, Emma sabía llevar su casa. Enviaba a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!