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Lo oueyo ministerio en el Este
iglesia del hermano Craig, el Espíritu nos mantuvo a todos
en silencio durante todo e! culto. El Señor no me permitía
decir ni una palabra, aunque el Espíritu estaba sobre mí con
toda su fuerza. Yo trataba de no hablar a menos que Dios me
diera algo para decir. El pastor Craig no lo entendía. No había
recibido e! "bautismo" y se dejaba guiar mucho por su
cerebro. Era un buen hombre, pero no le prestaba atención
a la influencia de! Espíritu. Para transportar una corriente
eléctrica se necesita un cable de cobre.
El Espíritu obró muy profundamente en las reuniones
en Toronto. Pero el líder estaba muy ofuscado conmigo
porque no comprendía e! obrar de! Espíritu. Esperaba que
las cosas se hicieran a la manera antigua, vino nuevo en
odres \·iejos. El Señor me había dado una premonición de
la situación en Toronto antes de que yo llegara. De esa forma
e! Espíritu me preparaba para el ministerio. El Señor
me daba el mensaje y me preparaba para la situación y las
necesidades en cada lugar en particular. Para Toronto, me
preparó con un espíritu de quietud. Había demasiada "carne'·
allí. Los primeros dos o tres días ni siquiera me permitió
caminar por la ciudad para observar las diferencias entre
las costumbres inglesas y las americanas, aunque había
muchas. No quería que mi espíritu se concentrara en las
cosas terrenales que me rodeaban. Fue un ministerio cerrado.
Luego se me permitió mirar un poco a mi alrededor.
Los '·carnales·' se fueron después del primer mensaje. No
podían vivir en esa atmósfera.
La siguiente escala fue en Potter Book, Pensilvania. Allí
hablé tres noches, pero era tiempo de forraje y era difícil sacar
a los hombres de campo de su tarea. Seguimos hacia Elkland,
una localidad cercana. Aquí tuvimos una gran batalla.
Un niño tenía un demonio que lo hacía chillar, y un perro ladraba
como si estuviera poseído. Entre ambos causaban
grandes disturbios en las reuniones. Hablé cuatro veces en
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