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El pastor Smale retorna del aYiyamiento en Gales
La batalla se hacía cada vez más dura. El 26 de marzo fui
a una reunión en la calle Bonnie Brae. Había allí santos,
blancos y negros, reunidos para orar. Yo había asistido a una
reunión hogareña poco tiempo antes de esto, en otro lugar,
donde conocí al hermano Seymour. Él acababa de llegar de
Texas. Era un hombre de color, muy sencillo, espiritual y
humilde. Asistía a las reuniones en la calle Bonnie Brae. Era
ciego de un ojo.
Yo necesitaba veinticinco dólares para pagar los tratados, y
sentí que debía orar para que cierta persona me los enviara.
Ella no conocía mi necesidad. Esa misma tarde, solo una carta
llegó en el correo. Era precisamente de esta mujer, que enviaba
un cheque por exactamente veinticinco dólares. Antes
de que \'0 orara. Dios había hecho que ella enviara el dinero.
El 28 de marzo fui nuevamente con la madre Wheaton hacia
la reunión de la calle Bonnie Brae, y asisti a una vigilia de
oración en la Iglesia del Nue\'o Testamento. Habíamos estado
orando por una casa más grande donde alojarnos. Solo teníamos
dos pequeños cuartos, y yo no tenía un lugar tranquilo
donde orar o escribir. Hasta entonces había hecho ambas cosas
con mi familia alrededor. Un día me encontré con el hermano
Fred Sheppard en la calle. Él me preguntó si sabía de
algún predicador que quisiera rentar una linda casa, a mitad
de precio, con el primer mes de renta gratis. Luego, el pago
sería solo diez dólares por mes. Nosotros habíamos orado justamente
por algo así, pero él no lo sabía. Así que el 13 de abril
nos mudamos a la calle Treinta y Uno (este) 714. Después de
haber vivido en humildes lugares de dos habitaciones y baño,
esto era un palacio para nosotros. Dios nos estaba proveyendo
mara\'illosamente.
En los últimos días de marzo el Señor me había dado otro
tratado, llamado "El último llamado". Este folleto fue usado
con poder para despertar al pueblo. Lo que sigue son extractos
de su texto: "Y ahora, una vez más, al final de los
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