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Cae el fuego en la obra misionera de Azusa
la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. Temblará
la tierra como w¡ ebrio, y será removida como una choza; y
se agramrá sobre ella su pecado' (Isaías 24:1, 18,20). 'Por
Jehová de los ejércitos serás visitada (.. .) con terremotos y con
gran ruido (... ) y llama de fuego consumidor' (Isaías 29:6).
'Y se meterán en las cavernas de las peñas (... ) por la presencía
temíble de Jehová (. ..) cuando él se levante para castigar
la tierra' (Isaías 2:19). 'El séptimo ángel derramó su copa por
el aire (... ) y (... ) entonces hubo (...) un terremoto'
(Apocalipsis 16:17-18). ¿Diréis que no hay Dios en los terremotos?
John Wesley dijo: 'De todos los juicios que el
justo Dios inflige sobre los pecadores aquí, el más temible
y destructiyO es un terremoto'''. (Tomado del "Tratado sobre
el Terremoto", abril de 1906).
El terremoto de San Francisco fue, sin duda, la YOZ de
Dios para el pueblo de la costa del Pacífico. Fue usado poderosamente
para producir conyicción, para el periodo de
gracia post-ayi\·amiento. En los primeros días de Azusa,
tanto el cielo como el infierno parecían haber llegado a la
ciudad. Los hombres estaban a punto de quebrantarse. La
conYicción pesaba sobre la gente. Saltaban de ira en las
calles, casi sin proyocación. Un "límite" parecía haber sido
establecido alrededor de la Iglesia de Azusa por el Espíritu
Santo. Cuando los hombres se acercaban a una o
dos calles del lugar, se apoderaba de ellos una muy fuerte
con\'Ícción de pecado. Fui en una breve visita a San Diego
y prediqué dos yeces por día para el hermano y la hermana
Otterman. El Señor bendijo mi ministerio, y el cambio
fue una bendición, luego de la enorme presión que
había soportado. Le había pedido al Señor que proveyera
el dinero para el viaje, si deseaba que fuera, y lo hizo.
Ahora estábamos en junio. Al volver a casa, distribuí folletos
en el campamento de la Iglesia Metodista Libre. Le
pedí diez dólares al Señor, y me dio veinte.
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