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La hermana Rossiter tenía una relación especialmente profunda
con el Señor. Parecia que yo estaba luchando por
ellos, tanto como por mi \'ida.
El hermano Rossiter era un hombre muy acti\'o .. muy nervioso.
No podía estarse quieto. ~'1ientras yo predicaba, el Señor
quería alcanzarlo, y él estaba siempre dando vueltas y
controlando que la ventilación estuviera bien, etc. La \Tntilación
funcionaba bien, pero él no podía descansar. Se había
habituado de tal forma a esta actividad, que solo Dios podría
librarlo. Él mismo se dio cuenta de ello, v me rogó que
orara por él. Su mente estaba siempre trabajando. :\ada es
mayor obstáculo para Dios que esto, especialmente cuando
esperamos en Él para recibir e! "bautismo". La mente debe
cesar sus propias operaciones y acti\'idades para que Dios
pueda tomar posesión de ella. Y aquí es donde se produce la
muerte. Debemos ser "sellados en la frente", por así decirlo.
Nuestras actividades propias deben morir. El Señor estaba
persiguiendo al amado hermano Rossiter por toda la iglesia
para alcanzarlo. Pero no pudo hacerlo mientras estábamos
allí. En todo lo demás era un hombre realmente bendito. Pero
el Espíritu no podía hacer su voluntad en él. En Findlay,
Ohio, un tiempo después, estuve en una convención donde
e! líder era tan nervioso que el enemigo lo tenía arrodillado
sobre la plataforma, encendiendo fósforos y examinando los
pedales de! órgano, mientras yo trataba de predicar. Cuando
un pastor está fuera de! Espíritu, e! diablo puede conseguir
que haga aun las cosas más ridiculas para frenar e! éxito
de una reunión. Dios procuraba profundizar la obra alli y
de aquietar al predicador, pero no pudo. Quizá la experiencia
más inquietante que he tenido con un predicador "en la
carne" fue en cierta ocasión que participé de una C011\'ención
en las afueras de la ciudad de Nueva York. Una congregación
representativa de diversos lugares se había reunido
allí. Era en los primeros días de la obra pentecostal. Este
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