14.04.2013 Views

Introducción general a las obras completas de Andrés Bello

Introducción general a las obras completas de Andrés Bello

Introducción general a las obras completas de Andrés Bello

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Poesías<br />

cerca <strong>de</strong> los queridos granados <strong>de</strong>l patio solariego, sí ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> sus afectos más íntimos y <strong>de</strong> sus<br />

libros y viejos papeles.<br />

Juan Vicente González con su palabra magnífica, por don<strong>de</strong> siempre pasa un soplo <strong>de</strong> poesía, dice:<br />

«¡Qué hombre y qué <strong>de</strong>stino! Mo<strong>de</strong>sto y puro como soñamos a Virgilio; <strong>de</strong> un embarazo ingenuo y<br />

amable y <strong>de</strong> una esquivez sencilla y llena <strong>de</strong> atractivo, la ternura <strong>de</strong> su corazón traspiraba sobre su<br />

frente virginal. Eran necesarios los relámpagos <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s ojos por entre negros crespos y largas<br />

pestañas, para adivinar el genio que se albergaba en aquel niño prodigioso. Dormido bajo un rosal a<br />

<strong>las</strong> oril<strong>las</strong> <strong>de</strong> Anauco, es fama que abejas <strong>de</strong>positaron en sus labios la miel <strong>de</strong> la palabra».<br />

La fantasía <strong>de</strong> Juan Vicente González, suavemente mecida por ática brisa, recuerda que abejas<br />

libadoras <strong>de</strong> rusticanas flores en los bosques <strong>de</strong> Galipán, <strong>de</strong>positaron sus sabrosas mieles en los<br />

labios adormecidos <strong>de</strong>l futuro cantor <strong>de</strong> la naturaleza americana. El cuadro es <strong>de</strong> una ingenua paganía<br />

encantadora. La expresión <strong>de</strong> una justeza impecable. No hay en castellano palabra <strong>de</strong> mayor dulzura<br />

que la <strong>de</strong> <strong>Bello</strong>. Una <strong>de</strong> <strong>las</strong> cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su poesía es la suavidad <strong>de</strong> la frase, la transparencia <strong>de</strong>l<br />

lenguaje a<strong>de</strong>cuado, la armonía <strong>de</strong> la estructura, la musicalidad <strong>de</strong> la forma. El castellano en sus<br />

labios criollos adquiere una tersura pocas veces igualada. En ocasiones llegamos a pensar que es<br />

peculiaridad <strong>de</strong> América la mansedumbre <strong>de</strong>l lenguaje. Sobrepasa a <strong>las</strong> mismas formas dialectales<br />

<strong>de</strong> Andalucía, si bien es cierto que <strong>de</strong> éstas toma algunos rasgos <strong>de</strong> pronunciación, muchos <strong>de</strong> los<br />

cuales, con su amplitud <strong>de</strong> criterio para juzgar estas cosas, llega <strong>Bello</strong> a explicar o cuando menos a<br />

tratar <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r.<br />

En el siguiente párrafo <strong>de</strong> Juan Vicente González, concebido en la forma romántica <strong>de</strong> la época,<br />

encontramos, al par que sentimientos <strong>de</strong> admiración, una síntesis <strong>de</strong> la actitud <strong>de</strong> <strong>Bello</strong> frente a la<br />

naturaleza y frente a la poesía:<br />

«Cantaba como la alondra, que saluda los rayos primeros <strong>de</strong>l sol, <strong>de</strong>spierta a los hombres con gritos<br />

<strong>de</strong> alegría y los llama al trabajo, a los combates y al placer. Cantaba como el ruiseñor a la sombra<br />

<strong>de</strong>l bosque, convidándonos al reposo, a los tristes recuerdos, a la oración y sabroso sueño: sus versos<br />

exhalaban el aliento <strong>de</strong>l más suave amor».<br />

Envuelto en estas ga<strong>las</strong> se nos presenta <strong>Bello</strong> en su juventud. Sus primeros versos tienen la frescura<br />

matinal <strong>de</strong>l canto <strong>de</strong> la alondra. Pero junto al joven cuya «ternura <strong>de</strong> corazón traspiraba sobre su frente<br />

virginal», madura el hombre adusto. Por lo que la poesía reflexiva, sabia, no tardaría en reemplazar,<br />

con menguas <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s ingénitas, aquella fuente espontánea como <strong>las</strong> mieles <strong>de</strong> Galipán y <strong>las</strong><br />

corrientes claras <strong>de</strong>l nemoroso Anauco.<br />

99

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!