Manual 2 - The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints
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Presentación<br />
por el asesor<br />
Lección 35<br />
Ramón tenía muchos deseos de comprar una navaja, pero no contaba con el dinero<br />
suficiente y el campamento planeado para los poseedores del Sacerdocio Aarónico iba a<br />
realizarse la semana siguiente. Ramón fue a la tienda y se dirigió inmediatamente al<br />
mostrador de las navajas y pensó para sí por qué no había de llevarse una. Al fin y al<br />
cabo, todo era tan caro y era tan poco lo que le pagaban en su trabajo. Además, nadie<br />
se enteraría. Su familia sabía que él quería una navaja y que había ahorrado casi lo<br />
necesario para comprarla. Si se la llevaba a su casa, nadie se extrañaría. Cuando una<br />
persona tiene la reputación de ser honrada, todos le tienen confianza. Ramón tomó la<br />
navaja y sintió el peso de ella en la mano. Entonces, casi inmediatamente, depositó la<br />
navaja de vuelta en su lugar y salió de la tienda. Esa noche, mientras se hallaba<br />
acostado en su cama, Ramón pensó en lo que estuvo a punto de hacer y se sintió feliz<br />
de no haber perdido su honradez a cambio de una navaja. Sabía que Satanás deseaba<br />
que él quebrantara la ley con pequeñas acciones y que eso probablemente lo llevaría a<br />
violar la ley con cosas mayores.<br />
Explique a los jóvenes que todos, como Ramón, debemos enfrentar “momentos<br />
decisivos” y que nos sentiremos mejor durante toda nuestra vida si adoptamos<br />
decisiones correctas.<br />
• ¿De qué manera nos ayuda a cumplir con las leyes del evangelio el obedecer, el<br />
respetar y el sostener la ley?<br />
Al obedecer las leyes civiles, fortalecemos nuestro vecindario y nuestra<br />
comunidad<br />
Análisis • ¿Por qué el obedecer, honrar y sostener la ley puede hacer de nuestros vecindarios y<br />
comunidades un lugar mejor para vivir?<br />
• ¿Qué otras responsabilidades tenemos hacia nuestra comunidad?<br />
Explique a los jóvenes que, como miembros de la Iglesia de Jesucristo, debemos sentir<br />
hermandad y amor hacia toda la gente de las naciones del mundo y, en forma particular,<br />
hacia nuestros vecinos, nuestra comunidad y nuestro país. Debemos ser leales a nuestro<br />
propio país y pueblo, y hacer todo lo que dependa de nosotros por ayudar a que nuestro<br />
gobierno provea lo necesario a sus gobernados. Por supuesto, nuestra responsabilidad<br />
primordial es vivir conforme al evangelio. Al hacerlo, no solamente nos ayudamos a<br />
nosotros mismos, sino también a los demás. El ejemplo de nuestra vida tendrá así mayor<br />
influencia en el prójimo que cualquier cosa que podamos decir.<br />
El Señor espera que amemos y sirvamos a nuestros vecinos y amigos. Esto no requiere<br />
grandes actos de sacrificio; por lo general, la amistad se basa en pequeños actos de<br />
bondad. El estar al tanto de las necesidades de los demás, incluso de las viudas y de los<br />
huérfanos, forma parte de las características de un buen vecino. El mayor servicio que<br />
podemos rendir a nuestros vecinos es enseñarles el evangelio; no obstante, ya sea que<br />
lo acepten o no, debemos amarles y servirles. Nuestras comunidades tienen gran<br />
necesidad de ciudadanos honrados en quienes poder confiar y que estén dispuestos a<br />
brindar ayuda.<br />
Análisis • ¿Cómo podría un poseedor del Sacerdocio Aarónico servir a su pueblo, ciudad o país<br />
valiéndose de los medios que se mencionan a continuación? (Adapte esto a las<br />
circunstancias locales):<br />
1. Leyes de tránsito.<br />
2. Actividades de la Cruz Roja.<br />
3. Informaciones y elecciones políticas.<br />
4. Seminarios juveniles.<br />
Conclusión<br />
Cometido Exhorte a los jóvenes a que adopten la determinación de obedecer, honrar y sostener las<br />
leyes del país y las leyes del evangelio.<br />
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