“¿Una solución internacional para Palestina?” - 28 y 29 de ... - FRIDE

“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
convicción de que había valido la pena poner fin a la Primera Intifada para
adentrarse en un período esperanzador.
Hoy, creo que esas agendas con que Naciones Unidas pretendía vertebrar un
nuevo orden internacional, pretenden en estos momentos ser reemplazadas por
otras bastante menos desinteresadas. La llamada, por ejemplo, a la cooperación del
0,7% del PIB de cada país se ha quedado simplemente en un 0,2%.
En Europa se propugna un acercamiento a las doctrinas más ultraliberales y
militaristas norteamericanas. Y en Oriente Próximo se ha optado por una estrategia,
digámoslo de modo caricaturesco, donde se desplaza la diplomacia preventiva por
la guerra preventiva. Y resulta triste comparar cómo esa nueva estrategia se ha
estrellado precisamente en Irak, mientras que los viejos principios de otros años,
los principios basados en la paciencia, en el diálogo, en el encuentro, han
permitido, por ejemplo, encauzar la crisis provocada por el desarrollo nuclear iraní.
Donde no había armas de destrucción masiva, se desencadenó sin embargo una
guerra para crear un nuevo conflicto y desestabilizar totalmente la región.
Permítanme que, en esta descripción de la actual situación, me detenga algo
más en el conflicto de Irak, precisamente por que en su momento era el
instrumento que podía terminar con una solución del conflicto árabe-israelí. El
conflicto de Irak ha pasado de ser el trampolín desde el que íbamos a saltar hacia la
solución del Oriente Próximo a convertirse en una piscina vacía donde se han
estrellado buena parte de nuestras esperanzas. Señalaré algunas consecuencias
preocupantes que me parece importante señalar aquí y en este sentido.
• En primer lugar se ha vuelto a dar la imagen del doble rasero
internacional en la exigencia del cumplimiento de las resoluciones de
Naciones Unidas, dando un paso más que complica las posibilidades
de solución propuestas desde Occidente.
• En segundo lugar, se ha fracturado a Europa en una cuestión y en
una región crucial para sus intereses, y se ha dado además un paso
atrás en el proceso euro-mediterráneo.
• En tercer lugar, se ha creado un foco de resistencia a la ocupación,
que servirá de ejemplo para los que se oponen al diálogo y creen que
la única estrategia debe ser el combate, como ocurriera con Hezbolá
en el sur del Líbano.
• En cuarto lugar, se está atrayendo a un número importante de
terroristas internacionales vinculados a AlQaeda, que, a través de las
muy permeables fronteras de la región, podrían representar una seria
amenaza para la seguridad de Israel. Creo que en esta clave debe
interpretarse, precisamente, la terrible serie de atentados en Turquía.
• Y por último, y desde una perspectiva, se ha dañado de manera
gravísima y, esperamos que no irreversible, la imagen de España en
el mundo árabe y su capacidad de ofrecer propuesta.
Hoy, cuando hubo muchos que nos preocupamos por la situación abierta por
el conflicto de Irak, creo que también nos vemos obligados a exigir a aquellos que
provocaron el conflicto que asuman su responsabilidad y que no huyan al
considerar que es mejor perder esta guerra si se pueden ganar unas elecciones.
Que se queden y que aseguren, junto a la organización de Naciones Unidas y bajo
la tutela de ésta, la transición a un orden democrático y estable. Labor que, por
supuesto, será costosa en términos humanos y materiales.
Y respecto a Oriente Próximo, hemos de decirles que también deben asumir
su responsabilidad, no volver la cara, y que no dejen que las fórmulas que se han
auspiciado por toda la comunidad internacional queden ahora en papel mojado. Yo
creo que debemos propugnar, y se debe propugnar, una clara respuesta
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