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Evangelio de San Lucas<br />
una viuda que, acudiendo a él, le dijo: «¡Hazme justicia!» Durante mucho tiempo<br />
no quiso, pero después se dijo: « Le voy a hacer justicia para que no venga<br />
continuamente a importunarme.»<br />
FARISEO Y PUBLICANO. Dijo también a algunos que se tenían por<br />
justos y despreciaban a los demás, esta parábola: Dos hombres subieron al templo<br />
a orar; uno fariseo, otro publicano. Os digo que éste bajó a su casa justificado y<br />
aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será<br />
ensalzado.<br />
Le presentaban también los niños pequeños y los discípulos les reñían. Mas<br />
Jesús llamó a los niños, diciendo: Dejad que los niños vengan a mí y no se lo<br />
impidáis; porque de los que son como éstos es el Reino de Dios.<br />
EL JOVEN RICO. Uno de los principales le preguntó: Maestro bueno,<br />
¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna? Guarda los mandamientos.<br />
Todo eso lo he guardado desde mi juventud. Aún te falta una cosa. Todo cuanto<br />
tienes véndelo y repártelo entre los pobres y luego, ven y sígueme. Al oír esto, se<br />
puso muy triste, porque era muy rico. Viéndole Jesús, dijo: ¡Qué difícil es que los<br />
que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! ¿Y quién se podrá salvar? Lo<br />
imposible para los hombres es posible para Dios. Os aseguro que nadie que haya<br />
dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por el Reino de Dios, quedará sin<br />
recibir mucho más al presente y, en el mundo venidero, vida eterna.<br />
TERCER ANUNCIO DE LA PASIÓN. Tomando consigo a los Doce, les<br />
dijo: Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los<br />
gentiles, y será objeto de burlas, insultado y escupido; y después de azotarle le<br />
matarán, y al tercer día resucitará.<br />
EL CIEGO DE JERICÓ. Al acercarse él a Jericó, estaba un ciego sentado,<br />
pidiendo limosna. Al oír que pasaba Jesús empezó a gritar, ¡Jesús, Hijo de David,<br />
ten compasión de mí! Jesús se detuvo y le preguntó: ¿Qué quieres que te haga?<br />
¡Señor, que vea! Ve. Tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista.<br />
19.- ZAQUEO. Habiendo entrado en Jericó, había un hombre llamado<br />
Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no<br />
podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo<br />
y se subió a un sicómoro para verle. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la<br />
vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu<br />
casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban<br />
diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en<br />
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