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Presentación - Música Litúrgica

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Libros didácticos<br />

Vino, pues, Jesús, único sacerdote, consagrado en el seno de María<br />

por la Encarnación, y hecho victima y oferente en el Calvario por la Redención,<br />

creando así una comunidad sacerdotal y eligiendo a miembros<br />

de esta comunidad con el poder de enseñar, perdonar y presidir el banquete<br />

eucarístico. El Concilio Vaticano II habla de este sacerdocio común<br />

de los fieles y del sacerdocio ministerial, que, aunque diferentes, se ordenan<br />

el uno al otro, porque ambos participan del único sacerdocio de Jesucristo.<br />

Los consagrados por la unción e imposición de las manos han de<br />

intentar vivir el pensamiento de San Agustín, «soy cristiano con vosotros<br />

y sacerdote para vosotros», sin olvidar nunca que Cristo nos ha llamado,<br />

primero, para que estemos con El, y después, para evangelizar. Y todos<br />

debemos vivir nuestra vocación repitiendo con las Escrituras; «aquí estoy<br />

para hacer tu voluntad», conscientes de que la voluntad de Dios es el bien<br />

de todos los hombres. Por el Bautismo hemos entrado en la autovía de la<br />

santidad. ¡Qué cada uno siga el carril que ha elegido, respetando las señales<br />

de tráfico, y que nadie aparque!<br />

Nunca olvides que toda la Biblia está escrita en clave vocacional.<br />

Dios llamó a Abrahán, a Moisés, a Juan Bautista, a María y a sus Apóstoles<br />

para que continuaran su obra de creación y santificación del mundo.<br />

También te llama a ti para que seas instrumento de su obra salvífica; si<br />

eres seglar para que trabajes por la consecratio mundi; si eres religioso, para<br />

que, viviendo los consejos evangélicos, puedas decir al mundo que por la<br />

obediencia, pobreza y castidad se puede ser feliz; y si eres sacerdote, para<br />

que llenes tu vida, siendo ministro visible del ministro invisible, Cristo,<br />

que vino a servir y a dar su vida por nosotros. Lo fundamental para un<br />

creyente no está en el prestigio, ni poder sino en el servicio.<br />

Haz un Stop. Dios necesita tus manos para bendecir, de tus labios<br />

para seguir hablando y de tu corazón para seguir amando. Te necesita a ti<br />

para seguir salvando al mundo. «La mies es mucha y los obreros son pocos,<br />

rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies». La vocación<br />

es un don que se presenta en forma de pregunta y respuesta. Di con Samuel,<br />

porque tú también sientes la voz de Dios, «aquí estoy Señor, habla que tu<br />

siervo escucha». ¡Todos debemos ser sacerdotes santos! Sin olvidar que<br />

santificación es igual a cristificación y cristificación es igual a crucifixión<br />

¡Que nuestro misticismo nos lleve a decir con el Apóstol «no vivo yo, es<br />

Cristo quien vive en mí»…., y yo no sé de otra cosa, más que de Cristo y<br />

de este Crucificado.<br />

LA BIBLIA,<br />

PASO A PASO 268

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