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Presentación - Música Litúrgica

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Libros didácticos<br />

pasa después de la muerte? Si<br />

todo termina en la nada, entonces<br />

nada vale la pena. Reconoce<br />

que la clave de nuestro proceso<br />

liberador es Jesús Resucitado.<br />

Este término, aunque a veces sea<br />

inédito en el mercado de las<br />

ideas, goza de credibilidad, ya<br />

que nace en un contexto<br />

martirial, Macabeos y Jesús, y es<br />

la gran reivindicación de la justicia<br />

y la libertad. Alistarse a la resurrección<br />

de Jesús es comprometerse<br />

a recorrer las etapas históricas<br />

que él recorrió, con fe radical<br />

en el Dios que nos salva,<br />

amar la vida liberándose de esclavitudes<br />

hedonistas y consumistas, luchar por la defensa de los crucificados<br />

…, Representemos nuestro papel en el gran Teatro de la vida del<br />

mundo bajo las consignas del director, que es Dios, y tengamos a la vista<br />

el juicio de Dios, que es Jesús; pues creer es vivir al estilo de Jesús.<br />

• Test para intentar vivir santamente (1 Tes.4 ).<br />

Vive de acuerdo con tus convicciones y conciencia. Convéncete de<br />

que empezar es cosa de todos, y perseverar es cosa de Santos. Aplica al<br />

programa de tu santidad el pensamiento de Einstein: los ideales que han<br />

iluminado mi camino y, una y otra vez, me han infundido valor para enfrentarme<br />

con ánimo han sido la bondad, la belleza y la verdad. Ejercita<br />

tu mente durante un tiempo, reflexionando sobre algún tema y recreándote<br />

en alguna lectura. Santifícate en tu trabajo como medio de realización<br />

humana, de aportación social y de apostolado eficaz. Haz algo provechoso<br />

para ti, aunque te sea desagradable y te cueste, a fin de desarrollar<br />

tu voluntad. Felicítate por vivir el mandato evangélico «sed perfectos<br />

como nuestro Padre celestial es perfecto».<br />

No olvides que la medida del amor es amar sin medida. Aplícate<br />

este proverbio chino, mirando a Cristo: No camines delante de mí, no<br />

LA BIBLIA,<br />

PASO A PASO 246

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