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Presentación - Música Litúrgica

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Libros didácticos<br />

dad, la exaltación de la libertad humana<br />

como valor absoluto, la quiebra del mismo<br />

hombre, el escepticismo y ruptura<br />

con lo trascendente..., y dentro de los<br />

mismos cristianos se constata la falta de<br />

formación moral y la confusión entre lo<br />

moral y lo legal. Si queremos recuperar<br />

una conciencia auténtica, hagamos nuestro<br />

ese elenco de principios fundamentales<br />

de la moral cristiana, como la fe en<br />

Dios, fundamento de la moral, y una visión<br />

del hombre, imagen de Dios, libre y<br />

responsable, autónomo mas no independiente,<br />

cuya conciencia es la voz de Dios,<br />

que en el decálogo y la ley evangélica encuentra<br />

la fuente de su libertad, y en la<br />

oración, en la practica de la caridad y sacramentos<br />

cuenta con los medios para<br />

vivir su fe. No silencia la posibilidad de<br />

un diálogo respetuoso con otros modelos<br />

éticos de cara a una ética universal, no pudiéndose condenar a la Iglesia<br />

de intolerante, ya que en su doctrina enseña que la última palabra la<br />

tiene la conciencia de cada uno, bien formada. Todo esto nos exige una<br />

conversión sincera, educación familiar, escolar, catequética y presencia<br />

de los cristianos en los mass-media y en las instituciones políticas y sociales.<br />

Analizada la crisis de la situación actual y sus causas, no olvidemos<br />

que Cristo nos redimió para ser libres.<br />

• Juan Salvador Gaviota<br />

Es todo un símbolo. Significa superación, originalidad, constancia,<br />

personalidad, libertad. Buen guía al emprender el vuelo de nuestro existir.<br />

Esta es su historia: amanecía y el sol bañaba las aguas tranquilas del<br />

mar; de pronto miles de gaviotas se apiñan para conseguir una bizna de<br />

comida. Solitario y allá lejos estaba Juan Salvador Gaviota, practicando el<br />

arte de volar. Una y otra vez se lanzaba y caía. ¡Qué vergüenza!, ¡qué<br />

deshonor! Pero lo seguía intentando. A él no le importaba la comida, sino<br />

LA BIBLIA,<br />

PASO A PASO 238

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