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etenerle conmigo, para que me sirviera en tu lugar, en estas cadenas por el Evangelio;<br />
mas, sin consultarte, no he querido hacer nada, para que esta buena acción<br />
tuya no fuera forzada sino voluntaria. Pues tal vez fue alejado de ti por algún<br />
tiempo, precisamente para que lo recuperaras para siempre, y no como esclavo,<br />
sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido. Por tanto, si me<br />
tienes como algo unido a ti, acógele como a mí mismo. Y si en algo te perjudicó, o<br />
algo te debe, ponlo a mi cuenta. Te escribo confiado en tu docilidad, seguro de que<br />
harás más de lo que te pido.<br />
A modo de aplicación<br />
La carta a Filemón nos da pie para meditar el tema de la libertad,<br />
que hoy no goza de buena salud. Prostituida por el capitalismo y negada<br />
por la ideología marxista, no extraña su muerte al minar su fundamento,<br />
que es Dios. Lenin despectivamente se preguntaba: libertad, ¿para qué?<br />
Mas el cristiano se siente fortalecido en la lucha por la libertad al contar<br />
con la Eucaristía, instituida en la Pascua, gran fiesta aniversario de la libertad.<br />
• La Verdad os hará libres.<br />
Carta a Filemón<br />
En noviembre de 1.990 la Conferencia Episcopal nos regaló esa Instrucción<br />
Pastoral para revitalizar nuestra actitud moral en una sociedad<br />
moralmente enferma. Su mal de fondo está en la sustitución de criterios<br />
morales objetivos, valederos por si mismos, por otros criterios de tipo<br />
sociológico, relativos, inseguros y cambiantes, que facilitan el dirigismo<br />
de los poderes públicos y la manipulación de las conciencias. Esta situación<br />
impone criterios no aceptables por un cristiano, como la moral de<br />
situación, la doble moral, la permisividad, el afirmar que el fin justifica<br />
los medios y el despreciar los valores éticos transmitidos por la Iglesia.<br />
Como consecuencia se sigue la manipulación del hombre, la amoralidad<br />
en la vida pública, la exaltación del dinero, la desfiguración de la sexualidad,<br />
la violación de la vida...; todo esto apoyado y divulgado por los<br />
medios de comunicación.<br />
En la raíz de esta situación nos encontramos con el secularismo, con<br />
su mentalidad laicista y relativista, conjuntamente con la crisis de la ver-<br />
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