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3.- Finalmente, orad por nosotros para que la Palabra del Señor siga<br />
propagándose y adquiriendo gloria, y para que nos veamos libres de los hombres<br />
perversos y malignos, porque la fe no es de todos. Fiel es el Señor; él os afianzará<br />
y os guardará del Maligno. Que el Señor guíe vuestros corazones hacia el amor<br />
de Dios y la tenacidad de Cristo. Os mandamos en nombre del Señor Jesucristo<br />
que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente. Si alguno no quiere<br />
trabajar, que tampoco coma. A ésos les mandamos y les exhortamos en el Señor<br />
Jesucristo a que trabajen con sosiego para comer su propio pan. Vosotros, hermanos,<br />
no os canséis de hacer el bien.<br />
A modo de aplicación<br />
• Pensar la muerte (1 Tim 4)<br />
Carta a Tesalonicenses<br />
Oráculo de Delfos: Conócete a ti mismo y sábete que eres un mortal<br />
y no que eres Dios. La herencia platónica –el cuerpo cárcel del alma- ha<br />
influido en el ascetismo cristiano, que ha llevado a veces a huir del mundo.<br />
Por eso, piensa en la muerte a la luz de Cristo muerto; ya en el<br />
Getsemaní se va encontrando con la muerte, con la soledad y desamparo,<br />
y acude al Padre. Si morimos con Cristo, viviremos con él por la resurrección<br />
y si vivimos con él, moriremos con él, por el seguimiento. San Juan<br />
nos regaló en el Apocalipsis esa sublime bienaventuranza: bienaventurados<br />
los que mueren en el Señor, porque sus obras los acompañan. Con<br />
San Juan de la Cruz, Santa Teresa y el autor del Cantar de los Cantares,<br />
muere de amor…; con Santa Teresita del Niño Jesús, Sor Isabel de la Trinidad<br />
y Foucauld, recupera la imagen mística de Dios como Padre frente a<br />
las corrientes deístas que lo reducen a Juez y Legislador; esta visión perturba<br />
nuestra experiencia religiosa, al presentarnos a un Dios desentendido<br />
de los hombres, como policía al acecho de nuestras infracciones. A<br />
fuer de cristianos, contamos con la muerte y confesamos que Dios es nuestro<br />
punto de partida y Cristo Resucitado nuestra meta, y así a la religión<br />
del miedo y de la muerte sucede la religión de la redención y resurrección.<br />
Con Dios lo tenemos todo, estamos salvos.<br />
La creencia en la supervivencia está en el corazón de todas las civilizaciones.<br />
Para nosotros la muerte no debe ser un problema, sino un misterio.<br />
La pregunta sobre la muerte desata en cascada multitud de<br />
interrogantes. ¿Tiene sentido la vida si todo termina en la muerte? ¿qué<br />
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