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había dicho» Y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. Jesús les salió al encuentro.<br />
No temáis: Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.<br />
Algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo<br />
que había pasado y dieron una buena suma de dinero a los soldados para que<br />
dijeran: «Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos.»<br />
Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le evitaremos complicaciones.<br />
Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, Y al verle le<br />
adoraron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: Me ha sido dado todo poder en el<br />
cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas<br />
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar<br />
todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días<br />
hasta el fin del mundo.<br />
A modo de aplicación<br />
Evangelio de San Mateo<br />
• Bienaventurados los que pueden decir con San Pablo: Imitadme<br />
como yo imito a Cristo.<br />
Las bienaventuranzas de Jesús no son piezas de museo para guardarlas<br />
en sus vitrinas, sino carta magna o manifiesto que proclaman felices<br />
a los pobres y perseguidos. En su primer bloque ofrecen el punto de<br />
vista que tiene Jesús del Dios de los pobres, y en el segundo definen la<br />
visión que los primeros cristianos tienen de Jesús. Ya Jesús, al comienzo<br />
de su ministerio, en la homilía programática de Nazaret proclama con<br />
Isaías que la Buena Nueva es para los pobres, y ésta misma es la respuesta<br />
que da a los enviados del Bautista (Luc. 4- Mat. 11).<br />
Mateo presenta como bienaventurados a los que optan por los pobres<br />
y mansos, por los que sufren y son misericordiosos, por los que trabajan<br />
por la paz y luchas por la justicia. Dios no quiere la pobreza horizontal,<br />
la miseria, creación de las injusticias de los hombres; Dios ama la<br />
pobreza vertical, la que nos hace reconocer nuestras limitaciones y nos<br />
compromete en la tarea solidaria con los demás. Por eso podemos exclamar:<br />
Bienaventurados los que encuentran sentido a la vida, pues nunca<br />
se sentirán frustrados. Bienaventurados los que tienen unos ideales por<br />
los que luchar, pues tienen meta. Bienaventurados los que luchan por un<br />
mundo mejor, porque ellos se sentirán más humanos. Bienaventurados<br />
los que luchan por la paz, porque de ellos dependerá la libertad. Bien-<br />
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