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CARTAS DE LA CAUTIVIDAD: EFESIOS,<br />
FILIPENSES, COLOSENSES Y FILEMÓN<br />
CARTA A LOS EFESIOS<br />
<strong>Presentación</strong><br />
Carta a los Efesios<br />
• Éfeso, capital de la provincia romana de Asia, con sus edificios<br />
suntuosos, sobre los que destaca el templo de Artemis, diosa de la fecundidad,<br />
formaba terna con Antioquia y Alejandría, y era importante por su<br />
puerto y población. Visitada por Pablo, según los Hechos de los Apóstoles,<br />
primero por un breve espacio de tiempo y después, durante sus 3<br />
años de exilio, con un grupo de paganos fundó esta comunidad, en la<br />
que hace referencia en sus cartas a los Corintios. (Cor 15,32-2 Cor 1,8 ), y<br />
desde donde evangelizó a otras comunidades. Estando en prisión, en el<br />
último tercio del siglo I, dirigió a los Efesios estas 516 palabras, que más<br />
que cartas son una homilía circular para toda la Iglesia. Con el estilo, propio<br />
de Pablo o uno de sus discípulos, ofrece una riqueza temática sobre el<br />
plan de Dios, realizado en Cristo y en su Iglesia, con sus consecuentes<br />
exigencias. La carta a los Efesios aparece bajo el epígrafe «Cartas a la Cautividad»<br />
junto a Colosenses, Filipenses y Filemón. Para muchos quedan<br />
en el aire su autoría, destinatarios y fecha.<br />
• Esta carta presenta una amplia síntesis teológica de Cristo y de la<br />
Iglesia y es como un balance armonioso del pensamiento paulino sobre<br />
Cristología, Soteriología y Eclesiología. Para algunos es como una relectura<br />
de Colosenses. Se inicia con un saludo-bendición, inspirado en el himno<br />
cristológico de Colosenses. La primera parte teórico-doctrinal se abre con<br />
la acción de la Trinidad en la obra de la salvación..., sigue la constatación<br />
del triunfo de Cristo..., reflexiona sobre la situación universal de pecado,<br />
de la que la humanidad ha salido liberada, gracias al gesto amoroso y<br />
gratuito del Crucificado, por el que hemos sido reconciliados con Dios...,<br />
y concluye con una súplica, pidiendo fortaleza interior. Progresivamente<br />
va definiendo a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, casa de Dios, edificio,<br />
cuya piedra angular es Cristo, Templo santo, morada de Dios y esposa de<br />
Cristo. En la segunda parte, moral, estudia la vida nueva en Cristo, dando<br />
normas concretas sobre la unidad dentro de la diversidad de carismas,<br />
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