Guia en format PDF - Amnistia Internacional Catalunya
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<strong>Guia</strong> d’Educació <strong>en</strong> Drets Humans<br />
Grup d’Educació, <strong>Amnistia</strong> <strong>Internacional</strong> <strong>Catalunya</strong><br />
efectos pasajeros <strong>en</strong> el cerebro adulto. Las niñas con hiperplasia adr<strong>en</strong>al congénita produc<strong>en</strong> una gran<br />
cantidad de andróg<strong>en</strong>os. Aunque sus hormonas alcanzan un nivel normal poco después de nacer, inician un<br />
desarrollo de características poco fem<strong>en</strong>inas, con prefer<strong>en</strong>cia por los juegos bruscos, mayor interés por los<br />
coches que por las muñecas, mejores habilidades espaciales, y cuando se hac<strong>en</strong> mayores, más fantasías<br />
y deseos sexuales <strong>en</strong> los que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> otras niñas. Por otra parte, si inyectamos hormonas fem<strong>en</strong>inas a<br />
ratas machos comi<strong>en</strong>zan a realizar movimi<strong>en</strong>tos fem<strong>en</strong>inos de acoplami<strong>en</strong>to sexual.<br />
Si el género fuera un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o exclusivam<strong>en</strong>te social, culturalm<strong>en</strong>te inducido, un niño al que se le<br />
hiciera una operación para cambiarle de sexo, y se le educara como niña, debería s<strong>en</strong>tirse una niña. Unas<br />
situaciones desdichadas nos han permitido investigar este caso <strong>en</strong> la realidad. El estudio de 25 niños que<br />
habían nacido sin p<strong>en</strong>e, y a los que posteriorm<strong>en</strong>te se castró y educó como niñas, demostró que <strong>en</strong> todos<br />
los casos estas personas mostraron patrones masculinos, se dedicaban a juegos bruscos y t<strong>en</strong>ían unas<br />
actitudes e intereses típicam<strong>en</strong>te masculinos. Más de la mitad declararon espontáneam<strong>en</strong>te que eran<br />
niños, uno cuando sólo t<strong>en</strong>ía 5 años. Pinker cu<strong>en</strong>ta el caso de un niño que perdió el p<strong>en</strong>e por una circuncisión<br />
mal hecha. Un especialista, que p<strong>en</strong>saba que el género era una construcción social absoluta, recom<strong>en</strong>dó<br />
que se castrara al pequeño, se le implantara una vagina artificial y se le educara como niña. A los 14 años<br />
se s<strong>en</strong>tía tan desgraciado que decidió que o bi<strong>en</strong> vivía su vida como chico o acababa con ella.<br />
Esta incid<strong>en</strong>cia del sexo <strong>en</strong> la matriz personal plantea serios problemas educativos. Niños y niñas ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
que configurar su id<strong>en</strong>tidad de género, es decir, adquirir a partir de ese temperam<strong>en</strong>to hábitos afectivos,<br />
cognitivos y roles sociales. Después de muchos siglos <strong>en</strong> los que era necesario mant<strong>en</strong>er una lucha t<strong>en</strong>az<br />
a favor de la igualdad de género, tal vez ahora t<strong>en</strong>gamos que volver a educar las difer<strong>en</strong>cias. Hombres y<br />
mujeres t<strong>en</strong>emos que ser iguales jurídica, social y éticam<strong>en</strong>te, pero, ¿debemos ser también iguales<br />
afectivam<strong>en</strong>te? ¿Debemos resucitar el mito del andrógino?<br />
www.amnistiacatalunya.org/edu/guia/cat<br />
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