2naturaleza <strong>de</strong> los seres vivos, aplicable, por tanto, a los hombres y a los animales por igual; 2 y,dos, el jus gentium, sólo aplicable a aquellos seres humanos que, por su condición <strong>de</strong> extranjeros,y por no po<strong>de</strong>r invocar un tratado entre Roma y su ciudad, quedaban en una suerte <strong>de</strong> limbojurídico. 3 Las normas <strong>de</strong> este jus gentium resultaban <strong>de</strong> aquellas instituciones que los diferentesDerechos tenían en común y <strong>de</strong> la racionalidad y equidad que cabía atribuirles. De aquí <strong>de</strong>riva elestrecho parentesco <strong>de</strong>l jus gentium con el jus naturale, hasta el punto <strong>de</strong> que, una vez olvidada o<strong>de</strong>jada ya <strong>de</strong> lado la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los animales junto con los seres humanos, ambos Derechosllegaron a fundirse en uno solo. No es aventurado afirmar que estas dos locuciones -jus gentiumy jus naturale- tuvieron por siglos un mismo sentido y eran, en consecuencia, intercambiables.De lo dicho se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>, en suma, que, al lado <strong>de</strong>l Derecho positivo <strong>de</strong> Roma, cuyasfuentes eran <strong>de</strong> carácter histórico, los juristas romanos reconocieron o elaboraron otro Derecho,el jus gentium, más perfecto que aquél por ser más racional y por estar fundado en la equidaduniversal, el cual era aplicable a todos los seres humanos, ya fueran individuos o pueblos.Por tanto, querer hoy perfeccionar el actual Derecho internacional, con miras a que esté alservicio <strong>de</strong> la justicia que los <strong>de</strong>sfavorecidos <strong>de</strong>l mundo reclaman, no significa otra cosa quevolver este Derecho a su origen y actualizar sus raíces en el antiguo jus gentium. La recuperación<strong>de</strong> lo que, en tal Derecho, se ha llegado a olvidar, a obviar o a soslayar, en el curso <strong>de</strong> su<strong>de</strong>sarrollo histórico, para beneficio <strong>de</strong> los Estados más po<strong>de</strong>rosos, pue<strong>de</strong> operar <strong>de</strong> modo tal quesirva ahora a las víctimas <strong>de</strong> este mismo <strong>de</strong>sarrollo. Ipsa antiquitas est nova.3. El mismo problema al que hubieron <strong>de</strong> enfrentarse los juristas romanos, a medida queRoma establecía relaciones cada vez más frecuentes y estables con otros pueblos, hasta culminarcomo un vasto imperio, volvió a presentarse, esta vez, entre los juristas españoles, cuandoEspaña extendió sus po<strong>de</strong>res hacia el vasto continente que los navegantes <strong>de</strong> los siglos XV yXVI <strong>de</strong>scubrieron a la conciencia europea.El teólogo dominico Francisco <strong>de</strong> Vitoria tuvo el mérito <strong>de</strong> resucitar y reelaborar el jusgentium, en la primera mitad <strong>de</strong>l siglo XVI, en busca <strong>de</strong> soluciones para los múltiples problemas<strong>de</strong> or<strong>de</strong>n moral, teológico y jurídico que suscitó el contacto <strong>de</strong> los pueblos cristianos <strong>de</strong> laEuropa occi<strong>de</strong>ntal con otros <strong>de</strong>l continente americano. En muchos aspectos, las enseñanzas <strong>de</strong>este teólogo <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Salamanca generaron una mala conciencia en Europa, en lamedida en que con<strong>de</strong>naban las prácticas <strong>de</strong> los españoles, y luego <strong>de</strong> los portugueses, en elproceso <strong>de</strong> conquista y colonización <strong>de</strong> América. Tal es el caso <strong>de</strong> la tajante exigencia <strong>de</strong> Vitoriaen cuanto a que ha <strong>de</strong> darse el asentimiento <strong>de</strong>l pueblo, no viciado por el temor o la ignorancia, ala hora <strong>de</strong> someterlo a un nuevo príncipe, o <strong>de</strong> imponerle exacciones o impuestos. 4 Igualmentecategórica es la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong>l dominico <strong>de</strong> las conversiones forzadas por el temor: “La guerra,escribe, no pue<strong>de</strong> mover a los bárbaros a creer, sino sólo a fingir que creen y que aceptan la fecristiana, lo cual es inhumano y sacrílego.” 5Ha sido usual aproximar la obra <strong>de</strong> Vitoria a la <strong>de</strong> su no menos ilustre sucesor español, eljesuita Francisco Suárez. Sin <strong>de</strong>sconocer las muchas convergencias que se dan entre ellos; y sinregatear, por cierto, el reconocimiento <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong>za propia <strong>de</strong> este último, aquí se ha <strong>de</strong>proce<strong>de</strong>r más bien a diferenciar sus obras.2Este Derecho compren<strong>de</strong>, según Ulpiano, quod natura omnia animalia docuit (Dig., 1, tít. I. §3). Ver, sobre esta concepción,los Fundamentos <strong>de</strong> Derecho internacional público <strong>de</strong> Antonio TRUYOL, Madrid, Tecnos, 1977, pp. 22-23.3Ver TRUYOL, loc. cit. y p. 140.4De Indiis, II, 2 y 16, y III, 16.5Ibid., II, 10.
3El jesuita, en efecto, se encamina a <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>r el jus gentium <strong>de</strong> la unidad que antesformaba con el jus naturale, y a constituir el primero en un Derecho positivo más, que él sitúa,con todo, en una posición intermedia entre el jus naturale y el jus civile. 6Mientras el Derecho natural es evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> por sí y en forma inmediata, observa Suárez, eljus gentium carece <strong>de</strong> tal carácter, puesto que es elaborado y supone una autoridad humana. 7 Enefecto, Suárez ve en la costumbre la fuente <strong>de</strong>l jus gentium. 8 Y, como él escribe medio siglo<strong>de</strong>spués que Vitoria, esto es, en un momento en que las relaciones que los europeos han establecidocon los indígenas ya son costumbre, no es <strong>de</strong> extrañar que afirme que, en contraste con elDerecho natural, que no sólo prescribe el bien, sino que prohíbe todo mal, el jus gentium toleraciertas acciones malas: jus gentium aliqua mala permittere potest. 9Lo que todavía se preserva en Suárez es la concepción <strong>de</strong>l jus gentium como un Derecho querige inter gentes, para los pueblos, expresión ésta que luego será tenida por sinónima <strong>de</strong> naciones,<strong>de</strong> don<strong>de</strong> el nombre Derecho internacional.4. Poco a poco, sin embargo, el término nación será tenido por equivalente a Estado. Claroestá, lo que los tratadistas <strong>de</strong> los siglos XVII y XVIII llaman Estado no correspon<strong>de</strong> precisamentea lo que hemos llegado a <strong>de</strong>signar con este nombre. Hugo Grocio <strong>de</strong>fine el Estado comouna asociación <strong>de</strong> hombres libres unidos para el disfrute <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos con miras a su interéscomún; 10 y Pufendorf ve en él un compuesto <strong>de</strong> personas morales, cuya voluntad, constituida porlos pactos <strong>de</strong> muchos hombres, es consi<strong>de</strong>rada como la voluntad <strong>de</strong> todos. 11 Vattel, por fin, diráque toda nación que se gobierna a sí misma, en la forma que sea, y que no <strong>de</strong>penda <strong>de</strong> otranación, es un Estado soberano. 12 De estas varias <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong>riva que el Estado no es otra cosaque la nación que ha logrado cierta perfección por estar provista <strong>de</strong> una organización jurídica,siempre que ella no sea <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> otra nación.Mas, en una etapa ulterior <strong>de</strong> la evolución semántica <strong>de</strong>l vocablo Estado, éste terminará por<strong>de</strong>signar, no ya la nación en <strong>de</strong>terminadas condiciones <strong>de</strong> perfección o completud, sino laautoridad que sobre la nación se ejerce, vale <strong>de</strong>cir, el po<strong>de</strong>r público a cuya cabeza se encuentra elgobierno. 13 En suma, por <strong>de</strong>bajo, si así pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, <strong>de</strong> la acepción <strong>de</strong> Estado que lo equipara ala sociedad, a la polis, se <strong>de</strong>sliza con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo y se va formando, una acepcióndiferente que <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> el Estado, entendido ahora como aparato coercitivo centralizado <strong>de</strong>gobierno <strong>de</strong> aquella sociedad con la que antes se i<strong>de</strong>ntificaba, por lo que resulta ya concebibleuna pugna <strong>de</strong> intereses entre el Estado y la nación o el pueblo. 14 Precisamente por la acentuación<strong>de</strong>l carácter coercitivo <strong>de</strong>l Estado, llegarán a ver en él sus críticos el mayor instrumento <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r6De Legibus, L. II, cap. XVII, Nos. 3 y 4; también cap. 20, Nos. 1 y 2 (oponiéndose a lo sostenido por Santo Tomás, I a , Ii ae , Q 95,art. 4, ad I um ).7De Legibus, L. II, cap. XVII, Nos. 8 y 9; cap. XX, No. 1.8Ibíd., L. II, cap. XIX, No. 6.9Ibíd., L. II, cap. XX, No. 3.10De jure belli ac pacis, I, cap. 1.11De jure naturae et gentium, Libri Oct. VII, cap. 11, §13.12Le Droit <strong>de</strong>s gens... etc., I, Introd. §1; cap. 1, §1.13Como anticipación <strong>de</strong> esta acepción <strong>de</strong> la palabra Estado, recuér<strong>de</strong>se la célebre sentencia que se supone Luis XIV habríapronunciado el 13 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1655 ante el Parlamento <strong>de</strong>l Reino.14Esta evolución semántica <strong>de</strong> la voz Estado se refleja en las vacilaciones <strong>de</strong> Hans Kelsen, a lo largo <strong>de</strong> su evolución doctrinaria,y, en especial, en dos versiones <strong>de</strong> su Reinerechtslehre, comenzando por la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong>l Derecho y el Estado y culminandoen la distinción entre un sentido amplio y un sentido restringido <strong>de</strong> tal palabra. Véase, respecto <strong>de</strong> este último estadio, Théoriepure du Droit, trad. De Ch. Eisenmann, Paris, Dalloz, 1962, pp. 373 ss. Los términos nación y pueblo se han usado en el textocomo sinónimos. Sobre la responsabilidad <strong>de</strong> diferenciar su sentido, véase mi ensayo Le peuple comme communauté du manqueen Pour un Droit <strong>de</strong>s peuples, París, Berger-Lévrault, 1978.
- Page 1 and 2:
REVISTA DE LA ACADEMIA PUERTORRIQUE
- Page 3:
2enardecerá, en vez de corregir, l
- Page 9 and 10:
través de la Ley, enardecerá, en
- Page 11 and 12:
MEDICINE AND BIOLOGY: HOW FAR CAN T
- Page 13:
unfair, in view of the total absenc
- Page 16 and 17:
CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 18 and 19:
la Oficina de Política sobre Cienc
- Page 20 and 21:
códigos de ética existentes y los
- Page 22 and 23:
REFORMING THE FEDERAL SENTENCING GU
- Page 24 and 25:
narcotics and firearms, they tend t
- Page 26 and 27:
Our faith in technology and plannin
- Page 28 and 29:
single, all-powerful judge”. 17 W
- Page 30 and 31:
CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 32 and 33:
3trafficking and gun-related offens
- Page 34 and 35:
5conduct which experience has shown
- Page 36 and 37:
2En este escrito trataré de establ
- Page 38 and 39:
4atender sus obligaciones económic
- Page 40 and 41:
6B. Juicio Público: Al igual que e
- Page 42 and 43:
8explicar la doctrina vigente. 47 A
- Page 44 and 45:
10tan serio disturbio emocional (
- Page 46 and 47:
12En Soto Ramos v. Superintendente
- Page 48 and 49:
14profesional y cómo ésta podría
- Page 50 and 51: 16Las implicaciones de esta exigenc
- Page 52 and 53: 18jurado. 116 Por otro lado, nuestr
- Page 54 and 55: 20forma rigurosa, de que la renunci
- Page 56 and 57: 22Tribunal Supremo ha seguido celos
- Page 58 and 59: 24protección es mayor que la que e
- Page 60 and 61: 264. Absuelto un acusado por determ
- Page 62 and 63: 28En Puerto Rico sólo cabe regular
- Page 64 and 65: 30B. Aplicación ex post facto de l
- Page 66 and 67: 32relación con el alcance 224 de l
- Page 68 and 69: 34se trata de una norma que comenz
- Page 70 and 71: 364) que la corroboración se relac
- Page 72 and 73: 38arresto. Bajo la Enmienda Cuarta,
- Page 74 and 75: 40razonable a la intimidad, no hay
- Page 76 and 77: 42Nuestra legislación permite la d
- Page 78 and 79: 44Derechos se dispone expresamente
- Page 80 and 81: 46Estados Unidos, adopta una posici
- Page 82 and 83: 2Aclarados esos puntos, coincido co
- Page 84 and 85: La verdad es que los principios con
- Page 86 and 87: EL DOLOR Y LA ANGUSTIA MENTALRamón
- Page 88 and 89: 3.7 8 9 10conocida y aceptada, hast
- Page 90 and 91: 5estímulo. Sin embargo, el punto e
- Page 92 and 93: 7de reconocimiento mundial, como ex
- Page 94 and 95: dice que éste no distingue entre e
- Page 96 and 97: 11dos meses y medio más tarde cuan
- Page 98 and 99: implicaciones negativas. Se debe de
- Page 102 and 103: 4de la clase dominante en la socied
- Page 104 and 105: 6su hora admitió ser identificado
- Page 106 and 107: 8cumpla la prestación que la norma
- Page 108 and 109: 10Encontramos la expresión todaví
- Page 110 and 111: 12La satisfacción de necesidades h
- Page 112 and 113: 14como aquí se propone, puede hace
- Page 114 and 115: LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE AL ESTA
- Page 116 and 117: Como resultado, se ha llegado a un
- Page 118 and 119: Yugoslavia, Georgia, Azerbaiján, A
- Page 120 and 121: METASTESIS DE LA «RAZÓN» Y EL «
- Page 122 and 123: fue quizás el producto de esa mism
- Page 124 and 125: embargo, la corroboración de la ne
- Page 126 and 127: VICuando Hegel, en su Phänomenolog
- Page 128 and 129: del entendimiento (Verstehen) en el
- Page 130 and 131: por el poder, por las estructuras y
- Page 132 and 133: lo único que indica esta trasgresi
- Page 134 and 135: Legislativa enmendó la Ley 53 orig
- Page 136 and 137: Incluso, únicamente ofreció su t
- Page 138 and 139: Al llegar a la gobernación en 1965
- Page 140 and 141: Presidente del Tribunal Supremo y a
- Page 142 and 143: Lamentablemente, vivimos en una soc
- Page 144 and 145: 1. El que en todas las acciones rel
- Page 146 and 147: coordinación interagencial, con pa