20forma rigurosa, <strong>de</strong> que la renuncia <strong>de</strong>l acusado a su <strong>de</strong>recho a juicio por jurado es una libre,voluntaria e inteligente. 135 Una vez renunciado el <strong>de</strong>recho a juicio por jurado e iniciado el juiciopor tribunal <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, no hay <strong>de</strong>recho constitucional <strong>de</strong>l acusado a reclamar y obtener juiciopor jurado. 136 Como vimos, también pue<strong>de</strong> renunciarse al jurado <strong>de</strong> doce miembros. 137No hay <strong>de</strong>recho constitucional a juicio sin jurado. 138 Esto permite discreción al tribunal parano aceptar la renuncia <strong>de</strong>l acusado a su <strong>de</strong>recho a juicio por jurado. Pero la no aceptación <strong>de</strong> larenuncia podría estar reñida con el <strong>de</strong>bido proceso <strong>de</strong> ley en <strong>de</strong>terminados casos. 139En cuanto a la disolución <strong>de</strong>l jurado (mistrial), sólo <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cretarse en situación <strong>de</strong>“necesidad manifiesta”; 140 disuelto el jurado sin tal necesidad manifiesta, el acusado podríainvocar doble exposición en el nuevo juicio. 141No hay distinción significativa alguna, entre Puerto Rico y la jurisdicción fe<strong>de</strong>ral, enrelación con los informes al jurado, las instrucciones al jurado, el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberación y losveredictos.En <strong>de</strong>finitiva no hay “factura más ancha” en relación con el alcance <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a juicio porjurado. Por el contrario, parece que sólo tenemos jurado en casos criminales por imperativoconstitucional fe<strong>de</strong>ral. Como no hay tal exigencia en casos civiles, no tenemos jurado en esoscasos.J. Auto-incriminación. La sección once <strong>de</strong> nuestra Carta <strong>de</strong> Derechos dispone que “nadieserá obligado a incriminarse mediante su propio testimonio y el silencio <strong>de</strong>l acusado no podrátenerse en cuenta ni comentarse en su contra”. Esto correspon<strong>de</strong> a la tan famosa cláusula contrala auto-incriminación en la Quinta Enmienda: “no person shall be compelled in any criminal caseto be a witness against himself”. Las Reglas 23 y 24 <strong>de</strong> Evi<strong>de</strong>ncia complementan así laprotección constitucional:Regla 23: “Un acusado en una causa criminal tiene el privilegio <strong>de</strong> no ser llamado como testigo y no<strong>de</strong>clarar. Si el acusado opta por no <strong>de</strong>clarar, no se hará comentario alguno sobre ese hecho ni se<strong>de</strong>rivará inferencia alguna en su contra”.Regla 24: “Toda persona tiene el privilegio <strong>de</strong> rehusar revelar cualquier materia que tienda aincriminarle, a menos que la persona haya obtenido inmunidad a ser castigada por el <strong>de</strong>lito en relaciónal cual podría incriminarse”.En la zona <strong>de</strong> auto-incriminación no pue<strong>de</strong> hablarse tampoco <strong>de</strong> “factura más ancha” <strong>de</strong>nuestra Constitución, en comparación con la jurisdicción fe<strong>de</strong>ral. Si bien es cierto que nuestraCarta <strong>de</strong> Derechos consagra expresamente que “el silencio <strong>de</strong>l acusado no podrá tenerse encuenta ni comentarse en su contra”, y que nuestro Tribunal Supremo ha sido particularmenteceloso con esta parte <strong>de</strong> la protección, 141 no es menos cierto que la Corte Suprema <strong>de</strong> los Estados135 Patton v. United States, 281 U.S. 312 (1930), Pueblo v. De Jesús Cor<strong>de</strong>ro, 101 D.P.R. 492, 497-498 (1973).136 Pueblo v. Torres Cruz, 105 D.P.R. 914, 918-919 (1977).137 Pueblo v. Camacho Vega, 111 D.P.R. 497 (1991).138 Singer v. United States, 380 U.S. 24 (1965) y Pueblo v. Borrero Robles, 113 D.P.R. 387 (1982).139 Pueblo v. Borrero Robles, 112 D.P.R. 387 (1982) y Pueblo v. Rivero, 121 D.P.R. 454 (1988).140 Arizona v. Washington, 434 U.S. 497 (1978); Illinois v. Somerville, 410 U.S. 458, 465 (1973) y Pueblo v. Arteaga Torres, 93D.P.R. 148 (1966).141 Lugo v. Tribunal Superior, 99 D.P.R. 244 (1970).141 Pueblo v. Santiago Lugo, 93 J.T.S. 143. Aquí el Tribunal Supremo hace hincapié en que no pue<strong>de</strong> subsanarse el error <strong>de</strong>permitir que el fiscal comente el silencio <strong>de</strong>l acusado meramente <strong>de</strong>clarando con lugar una objeción <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa. Se requiereque inmediatamente el tribunal reprenda enérgicamente, frente al jurado, al fiscal por tal comentario y se instruya al jurado sobreno hacer inferencia alguna a base <strong>de</strong> que el acusado no <strong>de</strong>clare. A<strong>de</strong>más, se sugiere que difícilmente pue<strong>de</strong> El Pueblo en
21Unidos ha resuelto que la cláusula contra la auto-incriminación en la Enmienda Quinta prohíbe,en procedimientos fe<strong>de</strong>rales o estatales, que el ministerio público haga comentario alguno sobreel silencio <strong>de</strong>l acusado o que se instruya al jurado sobre uso permisible <strong>de</strong> tal silencio para inferirculpabilidad. 142 Igual que en Puerto Rico, el tribunal <strong>de</strong>be impartir al jurado la correspondienteinstrucción en torno a no usar como prueba sustantiva, o inferencia <strong>de</strong> culpabilidad, el silencio<strong>de</strong>l acusado, esto es, el hecho <strong>de</strong> que no <strong>de</strong>clare. 143 Se ha llegado tan lejos como resolver que eltribunal pue<strong>de</strong> impartir esta instrucción sin que la <strong>de</strong>fensa la solicite y hasta con la objeción <strong>de</strong> la<strong>de</strong>fensa. 144 En ambas jurisdicciones, el silencio <strong>de</strong>l acusado pue<strong>de</strong> utilizarse en ciertascircunstancias para impugnar la credibilidad <strong>de</strong>l acusado que opta por <strong>de</strong>clarar. Aquí la situaciónes un tanto compleja. 145 Si el silencio <strong>de</strong>l acusado es tras su arresto y tras impartírsele las advertencias<strong>de</strong> Miranda, el <strong>de</strong>bido proceso <strong>de</strong> ley impi<strong>de</strong> la impugnación <strong>de</strong>l acusado por su silencioanterior, por ser éste inherentemente ambiguo. Esto es imperativo constitucional fe<strong>de</strong>ral queobliga a los Estados. 146 Si se trata <strong>de</strong> impugnar la credibilidad <strong>de</strong>l acusado a base <strong>de</strong> su silenciocuando éste se refiere a una etapa en que no había que impartirle las advertencias <strong>de</strong> Miranda,entonces no hay obstáculo constitucional para la impugnación; ésta es la doctrina en Puerto Ricoy en la jurisdicción fe<strong>de</strong>ral. 147En ambas jurisdicciones se reconoce que el acusado también tiene un <strong>de</strong>recho constitucionala <strong>de</strong>clarar, <strong>de</strong> igual rango que el <strong>de</strong>recho a no <strong>de</strong>clarar. 148En cuanto al alcance <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho contra la auto-incriminación en general, más allá <strong>de</strong>l<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l acusado a no <strong>de</strong>clarar, ciertamente no hay mayor protección bajo la Constitución <strong>de</strong>Puerto Rico, aunque hay una jurispru<strong>de</strong>ncia fe<strong>de</strong>ral restrictiva sobre cuya aplicabilidad en PuertoRico no ha sido abordada por nuestro Tribunal Supremo. Veamos los aspectos más importantes.(i) Interrogatorio bajo custodia <strong>de</strong> sospechosos: En Puerto Rico nunca ha habido indicios <strong>de</strong>conce<strong>de</strong>r al sospechoso interrogado bajo custodia mayor protección que la que disfruta bajo lacláusula contra la auto-incriminación <strong>de</strong> la Enmienda Quinta. Rivera Escuté v. Jefe <strong>de</strong>Penitenciaría, 149 se limita a exponer lo que resuelve Escobedo v. Illinois, 150 y luego nuestroapelación lograr una confirmación <strong>de</strong> convicción a base <strong>de</strong> “harmless error” en este tipo <strong>de</strong> situación -esto es, cuando el tribunalno hace la correspondiente “reprimenda” al fiscal.142 Griffin v. California, 380 U.S. 609 (1925).143 Carter v. Kentucky, 450 U.S. 288 (1981).144 Lakesi<strong>de</strong> v. Oregon, 435 U.S. 333 (1978), Pueblo v. Romero Cuesta, 101 D.P.R. 404, 410 (1973). A mi juicio, como cuestión<strong>de</strong> <strong>de</strong>bido proceso <strong>de</strong> ley, <strong>de</strong>bía resolverse que correspon<strong>de</strong> al acusado <strong>de</strong>cidir si <strong>de</strong>sea o no que se imparta la instrucción aljurado. Véase obra citada en el escolio 2, Vol. I, § 4.3, pp. 200-202.145 Véase, Chiesa, obra citada en escolio 2, Vol. I, § 4.4, pp. 204-212. Se trata, esencialmente, <strong>de</strong> impugnación mediante omisión,en el sentido <strong>de</strong> no haber dicho, en una ocasión anterior, algo que <strong>de</strong>bió haberse entonces dicho, pero que se dice ahora porprimera vez en el testimonio en juicio. Véase, Pueblo v. Cortés <strong>de</strong>l Castillo, 86 D.P.R. 220, 224-227 (1962).146 Doyle v. Ohio, 426 U.S. 610 (1976). Sobre violación a Doyle como fundamento para habeas corpus, Véase, Brecht v.Abrhamson, 113 S. Ct. 1710 (1993).147 Jenkins v. An<strong>de</strong>rson, 447 U.S. 231 (1980), Pueblo v. González Colón, 110 D.P.R. 812 (1981). La Corte Suprema Fe<strong>de</strong>ral haido tan lejos como para resolver, por unanimidad, que pue<strong>de</strong> impugnarse la credibilidad <strong>de</strong>l acusado que opta por <strong>de</strong>clarar en eljuicio a base <strong>de</strong> su silencio tras su arresto, pero sin que se le hubiera advertido sobre su <strong>de</strong>recho a no <strong>de</strong>clarar (Mirandawarnings). En ese caso las admisiones <strong>de</strong>l acusado hubieran sido inadmisibles como prueba sustantiva -por imperativo <strong>de</strong>Miranda- pero el silencio sirve para impugnar, por no haber ofensa al <strong>de</strong>bido proceso <strong>de</strong> ley, al no estar presente la ambigüedad<strong>de</strong>l silencio que engendra la advertencia sobre el <strong>de</strong>recho a no <strong>de</strong>clarar (Doyle). Quare sobre la vigencia <strong>de</strong> Fletcher en PuertoRico.148 Rock v. Arkansas, 107 S. Ct. 2704 (1987), Pueblo v. Santiago Acosta, 121 D.P.R. 727 (1988). En Santiago Acosta, se dijo queel juez no está obligado a advertirle al acusado sobre su <strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>clarar.149 92 D.P.R. 765 (1965).150 378 U.S. 478 (1964).
- Page 1 and 2:
REVISTA DE LA ACADEMIA PUERTORRIQUE
- Page 3: 2enardecerá, en vez de corregir, l
- Page 9 and 10: través de la Ley, enardecerá, en
- Page 11 and 12: MEDICINE AND BIOLOGY: HOW FAR CAN T
- Page 13: unfair, in view of the total absenc
- Page 16 and 17: CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 18 and 19: la Oficina de Política sobre Cienc
- Page 20 and 21: códigos de ética existentes y los
- Page 22 and 23: REFORMING THE FEDERAL SENTENCING GU
- Page 24 and 25: narcotics and firearms, they tend t
- Page 26 and 27: Our faith in technology and plannin
- Page 28 and 29: single, all-powerful judge”. 17 W
- Page 30 and 31: CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 32 and 33: 3trafficking and gun-related offens
- Page 34 and 35: 5conduct which experience has shown
- Page 36 and 37: 2En este escrito trataré de establ
- Page 38 and 39: 4atender sus obligaciones económic
- Page 40 and 41: 6B. Juicio Público: Al igual que e
- Page 42 and 43: 8explicar la doctrina vigente. 47 A
- Page 44 and 45: 10tan serio disturbio emocional (
- Page 46 and 47: 12En Soto Ramos v. Superintendente
- Page 48 and 49: 14profesional y cómo ésta podría
- Page 50 and 51: 16Las implicaciones de esta exigenc
- Page 52 and 53: 18jurado. 116 Por otro lado, nuestr
- Page 56 and 57: 22Tribunal Supremo ha seguido celos
- Page 58 and 59: 24protección es mayor que la que e
- Page 60 and 61: 264. Absuelto un acusado por determ
- Page 62 and 63: 28En Puerto Rico sólo cabe regular
- Page 64 and 65: 30B. Aplicación ex post facto de l
- Page 66 and 67: 32relación con el alcance 224 de l
- Page 68 and 69: 34se trata de una norma que comenz
- Page 70 and 71: 364) que la corroboración se relac
- Page 72 and 73: 38arresto. Bajo la Enmienda Cuarta,
- Page 74 and 75: 40razonable a la intimidad, no hay
- Page 76 and 77: 42Nuestra legislación permite la d
- Page 78 and 79: 44Derechos se dispone expresamente
- Page 80 and 81: 46Estados Unidos, adopta una posici
- Page 82 and 83: 2Aclarados esos puntos, coincido co
- Page 84 and 85: La verdad es que los principios con
- Page 86 and 87: EL DOLOR Y LA ANGUSTIA MENTALRamón
- Page 88 and 89: 3.7 8 9 10conocida y aceptada, hast
- Page 90 and 91: 5estímulo. Sin embargo, el punto e
- Page 92 and 93: 7de reconocimiento mundial, como ex
- Page 94 and 95: dice que éste no distingue entre e
- Page 96 and 97: 11dos meses y medio más tarde cuan
- Page 98 and 99: implicaciones negativas. Se debe de
- Page 100 and 101: 2naturaleza de los seres vivos, apl
- Page 102 and 103: 4de la clase dominante en la socied
- Page 104 and 105:
6su hora admitió ser identificado
- Page 106 and 107:
8cumpla la prestación que la norma
- Page 108 and 109:
10Encontramos la expresión todaví
- Page 110 and 111:
12La satisfacción de necesidades h
- Page 112 and 113:
14como aquí se propone, puede hace
- Page 114 and 115:
LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE AL ESTA
- Page 116 and 117:
Como resultado, se ha llegado a un
- Page 118 and 119:
Yugoslavia, Georgia, Azerbaiján, A
- Page 120 and 121:
METASTESIS DE LA «RAZÓN» Y EL «
- Page 122 and 123:
fue quizás el producto de esa mism
- Page 124 and 125:
embargo, la corroboración de la ne
- Page 126 and 127:
VICuando Hegel, en su Phänomenolog
- Page 128 and 129:
del entendimiento (Verstehen) en el
- Page 130 and 131:
por el poder, por las estructuras y
- Page 132 and 133:
lo único que indica esta trasgresi
- Page 134 and 135:
Legislativa enmendó la Ley 53 orig
- Page 136 and 137:
Incluso, únicamente ofreció su t
- Page 138 and 139:
Al llegar a la gobernación en 1965
- Page 140 and 141:
Presidente del Tribunal Supremo y a
- Page 142 and 143:
Lamentablemente, vivimos en una soc
- Page 144 and 145:
1. El que en todas las acciones rel
- Page 146 and 147:
coordinación interagencial, con pa