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Revista Volumen V - Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y ...

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EL DERECHO INTERNACIONAL COMO INSTRUMENTOAL SERVICIO DE LOS PUEBLOS DEL SUR *José Echeverría **El Derecho Internacional pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>nunciado como un instrumento <strong>de</strong>l que los paísesindustrializados <strong>de</strong>l Norte se han servido y se sirven para oprimir y explotar a los pueblos <strong>de</strong>lSur 1 . Sin embargo, sería, por cierto, un error grave consi<strong>de</strong>rar tal Derecho tan sólo en estaperspectiva y rechazarlo in toto. Un examen lúcido <strong>de</strong> lo que es el Derecho internacional indicaque él pue<strong>de</strong> ser tenido, a<strong>de</strong>más, por un instrumento que los pueblos <strong>de</strong>l Sur pue<strong>de</strong>n invocar yutilizar con miras a hacer cesar la explotación y opresión <strong>de</strong> que son víctimas y a obtener algunareparación <strong>de</strong> éstas.Para acreditar esta tesis, habré <strong>de</strong> referirme al Derecho internacional, no sólo a lo que esahora mismo y al modo como hoy se aplica, sino también a lo que en su origen fue y en lo quepodría eventualmente convertirse si los portavoces <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong>l Sur aprendieran a<strong>de</strong>scubrir, a exhibir y a invocar sus potencialida<strong>de</strong>s. Esto implica hacer prevalecer la versión másabierta y progresista <strong>de</strong> sus instituciones, frente a otras que los Estados <strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>stacan para<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r y preservar sus privilegios.Dividiré mi exposición en nueve puntos.1. Ante todo, por muchos <strong>de</strong>fectos que al Derecho internacional se le puedan encontrar, esevi<strong>de</strong>nte que su presencia y vigencia son preferibles a su ausencia, en cuanto aquéllas permiten,por lo menos, un <strong>de</strong>bate en razón sobre los conflictos y diferendos internacionales que oponen alos pueblos <strong>de</strong>l Sur a los <strong>de</strong>l Norte, a la vez <strong>de</strong> que su ausencia nos <strong>de</strong>jaría en un vacíoconceptual frente al ejercicio brutal <strong>de</strong> la fuerza por los más po<strong>de</strong>rosos y sin un criterio parajuzgarla y, eventualmente, con<strong>de</strong>narla.2. Es, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>l todo claro y manifiesto que muchos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fectos que al Derechointernacional se le pue<strong>de</strong>n achacar son consecuencia <strong>de</strong> una evolución jurídica que ha terminadopor <strong>de</strong>formar el sentido que tal Derecho en su origen tuvo.En efecto, y como todos saben, el Derecho internacional tiene como antecesor el jus gentiumromano. Ahora bien, este Derecho fue pensado y elaborado para resolver los conflictos <strong>de</strong> laspersonas y <strong>de</strong> los pueblos a quienes, por no ser romanos, sino extranjeros, no era aplicable el juscivile romanorum. Más allá <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> la aplicabilidad <strong>de</strong> este último Derecho, reservado alos ciudadanos <strong>de</strong> Roma, reconocían los juristas romanos dos or<strong>de</strong>namientos jurídicos: uno, eljus naturale, constituido por las normas jurídicas que la sola razón obtiene <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar la*Ponencia <strong>de</strong>stinada al Tribunal Permanente <strong>de</strong> los Pueblos, <strong>de</strong>l 5 al 9 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1992, en Padua y Venecia, para juzgar elDerecho internacional a la luz <strong>de</strong> los Quinientos Años. El autor aconseja leer primero el texto sin las notas, para luego, en unaposible segunda lectura, prestar atención a éstas.** Profesor emérito <strong>de</strong> filosofía. Universidad <strong>de</strong> Puerto Rico.1Se ha optado aquí por preferir la oposición Norte-Sur para <strong>de</strong>signar los países que en el mundo <strong>de</strong> hoy tien<strong>de</strong>n a enriquecerseaceleradamente, en contraste con aquellos que, por el contrario, se pauperizan cada vez más. En efecto, la división <strong>de</strong>l mundo entres porciones, y la consiguiente <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> los países capitalistas industrializados como primer mundo, y <strong>de</strong> lossub<strong>de</strong>sarrollados como tercer mundo, ha perdido pertinencia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que los países socialistas, que antes constituyeron el segundomundo, han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser tales, sin que sea posible hoy día prever con certeza en qué medida se incorporarán al llamado mundoprimero, o bien, más probablemente, caerán en el tenido por tercero. Que<strong>de</strong> claro, en todo caso, que, con el sustantivo Norte se<strong>de</strong>signan en este texto, principalmente, los países <strong>de</strong> la Europa occi<strong>de</strong>ntal, los Estados Unidos <strong>de</strong> América y Japón, y con elsustantivo Sur a África, América Latina y la mayor parte <strong>de</strong> Asia, todo ello sin <strong>de</strong>sconocer que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta división, quedanzonas borrosas y líneas fronterizas <strong>de</strong>sdibujadas.

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