364) que la corroboración se relaciona con actos <strong>de</strong>lictivos cometidos, o en proceso <strong>de</strong>cometerse. 259Estos criterios, originados en Díaz Díaz en el contexto <strong>de</strong> causa probable para el arresto sinor<strong>de</strong>n, luego fueron aplicados a la causa probable para la or<strong>de</strong>n judicial <strong>de</strong> registro. 260 La norma<strong>de</strong> Díaz Díaz luce, a mi juicio, inconstitucional bajo la Enmienda Cuarta y Gates; es insuficiente,para validar la actuación gubernamental, satisfacer sólo uno <strong>de</strong> los criterios expuestos en DíazDíaz. Ante esta dificultad constitucional, el Tribunal Supremo <strong>de</strong> Puerto Rico, en Pueblo v.Muñoz Santiago, 261 señaló que “siempre hemos exigido que la confi<strong>de</strong>ncia haya sido corroboradapor el agente ya sea mediante observación personal o por información <strong>de</strong> otras fuentes”. 262 Estoequivale a <strong>de</strong>cir que el tercer elemento señalado en Díaz Díaz es condición necesaria para validarel arresto sin or<strong>de</strong>n o la or<strong>de</strong>n judicial <strong>de</strong> arresto o registro, cuando la causa probable está fundadaparcial o totalmente en confi<strong>de</strong>ncias. Así interpretado Díaz Díaz, se satisface el estándarfe<strong>de</strong>ral pautado en Gates. Lo mismo que en Gates, el Tribunal Supremo rechaza por inflexibleslos criterios <strong>de</strong> Aguilar-Spinelli. 263 Sin embargo, el Tribunal Supremo niega que esté adoptandoa Gates, sino sólo conformando a Díaz Díaz con el mínimo constitucional exigido en Gates.Pero, <strong>de</strong> nuevo, invocando a Gates, se dijo que “la corroboración no <strong>de</strong>be limitarse a ver si laconducta observada es inocente o incriminatoria, sino a evaluar el grado <strong>de</strong> sospecha queconllevan todos los actos <strong>de</strong> la persona”. 264 Posteriormente, otra vez en relación con registro yarresto sin or<strong>de</strong>n judicial, el Tribunal Supremo, en Pueblo v. Ortiz Alvarado, 265 a base <strong>de</strong> MuñozSantiago y Gates, hace hincapié en que la corroboración exigida se satisface cuando indica lapresencia <strong>de</strong> alguna actividad sospechosa <strong>de</strong>l carácter sugerido en la confi<strong>de</strong>ncia”. 266 Y se dijoque: “Lo importante es si el agente que efectúa el arresto y allanamiento sin or<strong>de</strong>n judicial, tiene,al momento <strong>de</strong> hacerlo, base razonable o motivos fundados para creer que se estaba violando ose iba a violar la ley; esto es, si se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>, <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> las circunstancias, que unapersona pru<strong>de</strong>nte y razonable creería que se ha cometido o se va a cometer la ofensa objeto <strong>de</strong> lasconfi<strong>de</strong>ncias”. 267 Esto es, a mi juicio, Gates. En puridad, Muñoz Santiago y Ortiz Alvarado loque hacen es curar a Díaz Díaz <strong>de</strong> su vicio constitucional bajo la Enmienda Cuarta. No hay aquí“factura más ancha”. Cabe sostener que en Puerto Rico siempre se exigiría corroboración <strong>de</strong>actividad <strong>de</strong>lictiva o sospechosa <strong>de</strong>l carácter sugerido en la confi<strong>de</strong>ncia. Pero la diferencia conGates es prácticamente ninguna.En cuanto al diligenciamiento <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arresto o <strong>de</strong> registro, no hallo tampoco basealguna <strong>de</strong> “factura más ancha”. Por el contrario, el Tribunal Supremo lo que hace es aplicar lasexigencias constitucionales bajo la Enmienda Cuarta 268 para frenar las amplias faculta<strong>de</strong>s que259 Id., en la pág. 354. El Tribunal Supremo señala que extrae esta norma <strong>de</strong> jurispru<strong>de</strong>ncia fe<strong>de</strong>ral que merece su aprobación.Pero difícilmente pue<strong>de</strong> inferirse <strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia fe<strong>de</strong>ral que basta con satisfacer sólo uno <strong>de</strong> los cuatro criterios señalados;sólo la conjunción <strong>de</strong> los criterios tiene sentido.260 Véanse, Pueblo v. Martínez Martí, 115 D.P.R. 832 (1984); Pueblo v. Pagán Santiago, 92 J.T.S. 56. En Pagán Santiago elTribunal Supremo hizo extensiva la norma <strong>de</strong> Díaz Díaz al ámbito <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> registro. Véase, Pueblo v. Muñoz Santiago, 92J.T.S. 149, a la pág. 10080.261 92 J.T.S. 149.262 Id., en la pág. 10080.263 Id., en la pág. 10081.264 Id.; se invocó el escolio 13 <strong>de</strong> Gates (462 U.S. 213, 243-244).265 94 J.T.S. 6.266 Id., en la pág. 11463.267 Id., en las pp. 11463-4.268 Véanse, Tennessee v. Garner, 471 U.S. 1 (1985) y Graham v. Connor, 109 S. Ct. 1865 (1989).
37conce<strong>de</strong>n nuestras reglas <strong>de</strong> procedimiento a la policía para efectuar un arresto. 269 En cuanto altérmino para diligenciar una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arresto, el <strong>de</strong>bido proceso <strong>de</strong> ley y el rápido enjuiciamientoexigen que se haga el arresto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un término razonable; 270 la situación es similar a lo querige en la jurisdicción fe<strong>de</strong>ral. 271La protección contra registros, incautaciones y <strong>de</strong>tenciones irrazonables.Haría falta un libro para explicar el alcance <strong>de</strong> esta protección bajo la Enmienda Cuarta ynuestra sección 10. Aquí sólo pretendo señalar las diferencias en cuanto a la “factura más ancha”<strong>de</strong> nuestra Constitución. En lo esencial, hay coinci<strong>de</strong>ncia.En primer lugar, la protección sólo se activa en circunstancias bajo las cuales la persona quehace el reclamo tiene un <strong>de</strong>recho razonable a abrigar la expectativa <strong>de</strong> que su intimidad serespete. Este criterio <strong>de</strong> expectativa razonable <strong>de</strong> intimidad, <strong>de</strong>cisivo bajo al Enmienda Cuarta, 272ha sido adoptado y reafirmado una y otra vez por nuestro Tribunal Supremo para <strong>de</strong>cidir si hay<strong>de</strong>recho a invocar la protección <strong>de</strong> nuestra sección 10. 273 Aunque pueda hablarse <strong>de</strong> que el<strong>de</strong>recho a la intimidad en Puerto Rico es <strong>de</strong> rango superior al que tiene bajo la ConstituciónFe<strong>de</strong>ral, 274 esto no se refleja en el criterio para activar la protección constitucional contraregistros, incautaciones y <strong>de</strong>tenciones irrazonables. Aunque se activa la protección constitucional-por satisfacer el criterio rector <strong>de</strong> expectativa razonable a la intimidad- pue<strong>de</strong> ocurrir, y amenudo ocurre, que intereses apremiantes <strong>de</strong>l gobierno prevalezcan sobre la expectativarazonable <strong>de</strong> intimidad <strong>de</strong> quien invoca la protección, con resultado <strong>de</strong> vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l arresto,registro o incautación sin or<strong>de</strong>n judicial.Proce<strong>de</strong> ahora hacer un muy somero examen <strong>de</strong> las situaciones bajo las cuales es permisiblela actuación (registro, arresto, incautación) sin or<strong>de</strong>n judicial, con miras a <strong>de</strong>terminar si hay, enverdad, una situación jurídica <strong>de</strong> “factura más ancha” bajo nuestra Carta <strong>de</strong> Derechos,particularmente la sección 10. La actuación gubernamental pue<strong>de</strong> sostenerse bien por no haberseactivado la protección constitucional -esto es, por faltar el elemento <strong>de</strong> expectativa razonable a laintimidad- o bien por no prevalecer el reclamo <strong>de</strong> la protección ante los intereses oponibles.1. Registro inci<strong>de</strong>ntal al arresto. Una vez se produce un arresto válido, es permisible unregistro <strong>de</strong> la persona <strong>de</strong>l arrestado o <strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> se produce el arresto, como un registroinci<strong>de</strong>ntal al arresto. Aquí pue<strong>de</strong> hablarse <strong>de</strong> “factura más ancha” <strong>de</strong> nuestra sección 10 encuanto al registro <strong>de</strong>l arrestado y <strong>de</strong>l vehículo en el cual viajaba el arrestado en el momento <strong>de</strong> su269 Véanse, Pueblo v. Turner Goodman, 110 D.P.R. 734 (1981) y Pueblo v. Rivera Colón, 91 J.T.S. 61. En Rivera Colón seseñala que las disposiciones <strong>de</strong> la Regla 17 <strong>de</strong> Procedimiento Criminal, que autorizan a la policía a forzar una puerta o ventanapara realizar un arresto, hay que interpretarlas a las luz <strong>de</strong> las garantías constitucionales pertinentes (91 J.T.S. 61, a la pág. 8734).270 Véase, Pueblo v. Guardiola, 92 J.T.S. 65.271 Véase, Doggett v. United States, 112 S. Ct. 2686 (1992).272 Katz v. United States, 389 U.S. 347 (1967), California v. Greenwood, 486 U.S. 35 (1988), Oliver v. United States, 466 U.S.170 (1984). Recientemente la Corte Suprema Fe<strong>de</strong>ral aclaró que en casos <strong>de</strong> incautación <strong>de</strong> propiedad, no se trata esencialmente<strong>de</strong> proteger la intimidad sino la propiedad privada misma, por lo que ya no es <strong>de</strong>cisivo satisfacer el criterio <strong>de</strong> expectativarazonable a la intimidad: Soldad v. Cook County, 113 S. Ct.538 (1992).273 Pueblo v. Lebrón, 108 D.P.R. 324 (1979); Pueblo v. Luzón, 113 D.P.R. 315 (1982); E.L.A. v. Puerto Rico Telephone Co., 114D.P.R. 394 (1983); Pueblo v. Pérez, 115 D.P.R. 827 (1984); Pueblo v. Rivera Colón, 91 J.T.S. 61 y Pueblo v. Muñoz Santiago,92 J.T.S. 149 (escolio 3).274 Véase mi obra citada en el escolio 2, Vol. I, §6.8. A pesar <strong>de</strong> este rango preferente <strong>de</strong> nuestro <strong>de</strong>recho a la intimidad, éste aveces no prevalece frente a otros <strong>de</strong>rechos individuales fundamentales, como la libertad <strong>de</strong> expresión y <strong>de</strong> prensa -Véase, porejemplo, Clavell v. El Vocero, 115 D.P.R. 685 (1984)- ni frente a intereses apremiantes <strong>de</strong>l estado, como se aprecia en E.L.A. v.Puerto Rico Telephone Co., 114 D.P.R. 394 (1983) y cuando el acusado no prevalece frente al po<strong>de</strong>r investigativo <strong>de</strong>l Estado enla zona criminal.
- Page 1 and 2:
REVISTA DE LA ACADEMIA PUERTORRIQUE
- Page 3:
2enardecerá, en vez de corregir, l
- Page 9 and 10:
través de la Ley, enardecerá, en
- Page 11 and 12:
MEDICINE AND BIOLOGY: HOW FAR CAN T
- Page 13:
unfair, in view of the total absenc
- Page 16 and 17:
CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 18 and 19:
la Oficina de Política sobre Cienc
- Page 20 and 21: códigos de ética existentes y los
- Page 22 and 23: REFORMING THE FEDERAL SENTENCING GU
- Page 24 and 25: narcotics and firearms, they tend t
- Page 26 and 27: Our faith in technology and plannin
- Page 28 and 29: single, all-powerful judge”. 17 W
- Page 30 and 31: CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 32 and 33: 3trafficking and gun-related offens
- Page 34 and 35: 5conduct which experience has shown
- Page 36 and 37: 2En este escrito trataré de establ
- Page 38 and 39: 4atender sus obligaciones económic
- Page 40 and 41: 6B. Juicio Público: Al igual que e
- Page 42 and 43: 8explicar la doctrina vigente. 47 A
- Page 44 and 45: 10tan serio disturbio emocional (
- Page 46 and 47: 12En Soto Ramos v. Superintendente
- Page 48 and 49: 14profesional y cómo ésta podría
- Page 50 and 51: 16Las implicaciones de esta exigenc
- Page 52 and 53: 18jurado. 116 Por otro lado, nuestr
- Page 54 and 55: 20forma rigurosa, de que la renunci
- Page 56 and 57: 22Tribunal Supremo ha seguido celos
- Page 58 and 59: 24protección es mayor que la que e
- Page 60 and 61: 264. Absuelto un acusado por determ
- Page 62 and 63: 28En Puerto Rico sólo cabe regular
- Page 64 and 65: 30B. Aplicación ex post facto de l
- Page 66 and 67: 32relación con el alcance 224 de l
- Page 68 and 69: 34se trata de una norma que comenz
- Page 72 and 73: 38arresto. Bajo la Enmienda Cuarta,
- Page 74 and 75: 40razonable a la intimidad, no hay
- Page 76 and 77: 42Nuestra legislación permite la d
- Page 78 and 79: 44Derechos se dispone expresamente
- Page 80 and 81: 46Estados Unidos, adopta una posici
- Page 82 and 83: 2Aclarados esos puntos, coincido co
- Page 84 and 85: La verdad es que los principios con
- Page 86 and 87: EL DOLOR Y LA ANGUSTIA MENTALRamón
- Page 88 and 89: 3.7 8 9 10conocida y aceptada, hast
- Page 90 and 91: 5estímulo. Sin embargo, el punto e
- Page 92 and 93: 7de reconocimiento mundial, como ex
- Page 94 and 95: dice que éste no distingue entre e
- Page 96 and 97: 11dos meses y medio más tarde cuan
- Page 98 and 99: implicaciones negativas. Se debe de
- Page 100 and 101: 2naturaleza de los seres vivos, apl
- Page 102 and 103: 4de la clase dominante en la socied
- Page 104 and 105: 6su hora admitió ser identificado
- Page 106 and 107: 8cumpla la prestación que la norma
- Page 108 and 109: 10Encontramos la expresión todaví
- Page 110 and 111: 12La satisfacción de necesidades h
- Page 112 and 113: 14como aquí se propone, puede hace
- Page 114 and 115: LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE AL ESTA
- Page 116 and 117: Como resultado, se ha llegado a un
- Page 118 and 119: Yugoslavia, Georgia, Azerbaiján, A
- Page 120 and 121:
METASTESIS DE LA «RAZÓN» Y EL «
- Page 122 and 123:
fue quizás el producto de esa mism
- Page 124 and 125:
embargo, la corroboración de la ne
- Page 126 and 127:
VICuando Hegel, en su Phänomenolog
- Page 128 and 129:
del entendimiento (Verstehen) en el
- Page 130 and 131:
por el poder, por las estructuras y
- Page 132 and 133:
lo único que indica esta trasgresi
- Page 134 and 135:
Legislativa enmendó la Ley 53 orig
- Page 136 and 137:
Incluso, únicamente ofreció su t
- Page 138 and 139:
Al llegar a la gobernación en 1965
- Page 140 and 141:
Presidente del Tribunal Supremo y a
- Page 142 and 143:
Lamentablemente, vivimos en una soc
- Page 144 and 145:
1. El que en todas las acciones rel
- Page 146 and 147:
coordinación interagencial, con pa