11.07.2015 Views

Revista Volumen V - Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y ...

Revista Volumen V - Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y ...

Revista Volumen V - Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

39ausencia <strong>de</strong> elementos <strong>de</strong> coacción. 284 La zona más problemática es aquí el llamadoconsentimiento <strong>de</strong> un tercero, como cuando A consiente a que se registre la propiedad <strong>de</strong> B. ElTribunal Supremo <strong>de</strong> Puerto Rico ha resuelto que es suficiente la creencia razonable <strong>de</strong> losagentes <strong>de</strong> que la persona que consintió tenía autoridad para ello (autoridad aparente), o que lapersona que consintió tenía tal autoridad efectivamente, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> la creencia <strong>de</strong> losagentes (autoridad real). 2853. Campo abierto (open fields). La protección constitucional <strong>de</strong> la Enmienda Cuarta no seextien<strong>de</strong> al llamado campo abierto (open fields). 286 La protección sólo se extien<strong>de</strong> al “cartilage”,don<strong>de</strong> hay la requerida expectativa a la intimidad. La Corte Suprema ha recurrido a este difusoconcepto <strong>de</strong> “cartilagee” como el área hasta la cual se extien<strong>de</strong> la actividad íntima asociada conla santidad <strong>de</strong>l hogar y la privacidad. 287 Se han sugerido cuatro factores para evaluar si un predioforma parte <strong>de</strong>l “cartilage” o está en campo abierto, a saber: (1) proximidad al hogar, (2) si elpredio está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un área cerca <strong>de</strong> que ro<strong>de</strong>a el hogar, (3) la naturaleza y uso a los que se<strong>de</strong>stina el predio y (4) las medidas tomadas para proteger el predio <strong>de</strong> observadores ytranseúntes. 288No está claro si en Puerto Rico hay “factura más ancha” bajo la sección diez. En Pueblo v.Lebrón el Tribunal Supremo resolvió que “la doctrina <strong>de</strong> campo abierto se limita bajo la Constitución<strong>de</strong>l Estado Libre Asociado a evi<strong>de</strong>ncia abandonada y tan sólo en sitios don<strong>de</strong> no quepa,<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las circunstancias <strong>de</strong>l caso en cuestión, el <strong>de</strong>recho a una expectativa razonable <strong>de</strong>intimidad”. 289 Esto es ciertamente cuestionable. Si se trata <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncia abandonada, ésta esincautable sin necesidad <strong>de</strong> recurrir a la doctrina <strong>de</strong> campo abierto. Y si no hay expectativarazonable la intimidad, no hay protección constitucional. Hay que señalar que Lebrón es anterioral <strong>de</strong>sarrollo más pleno <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> campo abierto por la Corte Suprema en Oliver yDunn. 290 Por otro lado, en Pueblo v. Rivera Colón 291 el Tribunal Supremo se refirió, más biencon aprobación a Oliver y Dunn y al concepto <strong>de</strong> “cartilage”. Específicamente se dijo que “porsu valor persuasivo adoptamos en Puerto Rico el enfoque analítico <strong>de</strong> Katz y los criterios <strong>de</strong>expectativa razonable a la intimidad”. 292 Esto equivale a <strong>de</strong>cir que hay protección constitucionalbajo la sección diez, en cuanto a registros e incautaciones en “campo abierto”, sólo cuando estápresente la expectativa razonable a la intimidad por parte <strong>de</strong> quien reclama la protección. Peroesto no es muy distinto a lo que rige bajo la Enmienda Cuarta.4. Evi<strong>de</strong>ncia abandonada. Bajo la Enmienda Cuarta, no hay protección en relación con loabandonado en campo abierto, 293 ni con lo arrojado a la basura. 294 Se pue<strong>de</strong> generalizar diciendoque cuando una persona se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> un objeto, en circunstancias don<strong>de</strong> no quepa expectativa284 Ni siquiera hay que impartir la advertencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a no consentir. Véase, Schneckloct v. Bustamante, 412 U.S. 218(1973) y Pueblo en interés <strong>de</strong>l menor N.O.R., 94 J.T.S. 118.285 Pueblo v. Narváez, 121 D.P.R. 429 (1988). Esto correspon<strong>de</strong> a lo resuelto por la Corte Suprema <strong>de</strong> los Estados Unidos enUnited States v. Matlock, 415 U.S. 164 (1974) y en Illinois v. Rodríguez, 497 U.S. 177, 110 S. Ct. 2793 (1990).286 Véanse, Hester v. United States, 265 U.S. 557 (1924), Oliver v. United States, 466 U.S. 170 (1984), United States v. Dunn,480 U.S. 294 (1987), Dow Chemical Co. v. United States, 476 U.S. 227 (1986).287 Oliver v. United States, 466 U.S. 170 (1984).288 United States v. Dunn, 480 U.S. 294 (1987).289 108 D.P.R. 324, 332 (1979).290 466 U.S. 170 (1984) y 480 U.S. 294 (1987). Estos casos son importantes porque esclarecen que la doctrina sobrevivió a Katzy el criterio rector <strong>de</strong> expectativa razonable a la intimidad.291 91 J.T.S. 61.292 Id., a la pág. 8731.293 Hester v. United States, 265 U.S. 57 (1924).294 Abel v. United States, 362 U.S. 217 (1960), California v. Greenword, 486 U.S. 35 (1988).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!