34se trata <strong>de</strong> una norma que comenzó luego <strong>de</strong> que entrara en vigor nuestra Constitución, 239 por loque resulta insostenible que nuestros constituyentes hubieran rechazado la impugnación <strong>de</strong> lacredibilidad <strong>de</strong>l acusado mediante evi<strong>de</strong>ncia obtenida en violación a la sección diez.(iv) Los frutos <strong>de</strong>l árbol ponzoñoso: Como es sabido, la regla <strong>de</strong> exclusión bajo laEnmienda Cuarta se extien<strong>de</strong> a los frutos <strong>de</strong> la actuación ilegal; no sólo es inadmisible loilegalmente incautado, o la <strong>de</strong>tención ilegal, sino también sus frutos. 240 Para frenar el alcance <strong>de</strong>la regla <strong>de</strong> exclusión <strong>de</strong> todos los frutos <strong>de</strong> la actuación ilegal, la Corte Suprema <strong>de</strong> los EstadosUnidos ha diseñado varias excepciones, 241 entre las que se <strong>de</strong>stacan el “vínculo atenuado”, 242 la“fuente in<strong>de</strong>pendiente” 243 y el “<strong>de</strong>scubrimiento inevitable”. 244 Presumo que estas doctrinas seaplican en Puerto Rico. A pesar <strong>de</strong> que el Tribunal Supremo no ha abordado en formaparticularmente sistemática los problemas relativos a los “frutos <strong>de</strong>l árbol ponzoñoso”, hayjurispru<strong>de</strong>ncia que acoge las limitaciones señaladas. 245 No cabe hablar aquí <strong>de</strong> “factura másancha”.(v) El error no perjudicial: La admisión <strong>de</strong> prueba sustantiva o <strong>de</strong> cargo, obtenida enviolación a la Enmienda Cuarta, que es inadmisible bajo la regla <strong>de</strong> exclusión, no acarrearevocación automática <strong>de</strong> una convicción; cabe aquí el “harmless constitutional error”. 246 Estadoctrina <strong>de</strong>l error constitucional que no acarrea revocación 247 ha sido adoptada por nuestroTribunal Supremo. 248 La convicción se sostiene si el tribunal apelativo estima, más allá <strong>de</strong> dudarazonable, que <strong>de</strong> no haberse cometido el error se hubiera producido el mismo resultado (convicción).La interceptación <strong>de</strong> la comunicación telefónica: Aparte <strong>de</strong> la regla <strong>de</strong> exclusión expresa, laotra diferencia entre la sección 10 y la Enmienda Cuarta consiste en que nuestra sección 10 prohíbeexpresamente la interceptación <strong>de</strong> la comunicación telefónica. Hay aquí, por supuesto,“factura más ancha”. Adviértase que la cláusula <strong>de</strong> prohibición <strong>de</strong> interceptación <strong>de</strong> la comunicacióntelefónica no es tan absoluta como parece, pues ya nuestro Tribunal Supremo hasostenido la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> una or<strong>de</strong>n judicial <strong>de</strong> interceptación en <strong>de</strong>terminadas circunstancias. 249Queda por examinar -en cuanto a comparación <strong>de</strong> la sección 10 con la Enmienda Cuarta- losiguiente: (1) La naturaleza <strong>de</strong> la prohibición general <strong>de</strong> registros, <strong>de</strong>tenciones e incautacionesirrazonables, y (2) Los requisitos para la expedición <strong>de</strong> una or<strong>de</strong>n judicial <strong>de</strong> registro o arresto.Comienzo por lo segundo.La or<strong>de</strong>n judicial <strong>de</strong> registro o arresto, y su diligenciamiento: La Enmienda Cuarta, lomismo que la sección 10, requiere intervención <strong>de</strong> la figura neutral <strong>de</strong>l magistrado judicial parala expedición <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n. También es exigencia constitucional la especificidad en la or<strong>de</strong>n, en239 Esto es, en el año 1954 con Wal<strong>de</strong>r v. United States, 347 U.S. 62.240 Silverthorne Lumber Co. v. United States, 251 U.S. 385 (1920).241 Véase, Chiesa, obra citada en escolio 2, Vol. I, § 6.6.242 Véase, Nardone v. United States, 308 U.S. 338, 341 (1939), Wong Sun v. United States, 371 U.S. 471 (1963).243 Véase, Murray v. United States, 108 S. Ct. 2524 (1988).244 Véase, Nix v. Williams, 467 U.S. 431 (1984).245 Véanse, por ejemplo, Pueblo v. Ramos, 122 D.P.R. 287, 312-313 (1988) y Pueblo v. Rodríguez Rivera, 91 D.P.R. 456, 463(1964).246 Véanse, Chambers v. Maroney, 399 U.S. 42 (1970), Whiteley v. War<strong>de</strong>n, 401 U.S. 560 (1971).247 La doctrina se origina en Chapman v. California, 386 U.S. 18 (1967).248 Véanse, por ejemplo, Pueblo v. Santiago Luna, 93 J.T.S. 143, a la pág. 11261; Pueblo v. Ruiz Bosch, 91 J.T.S. 7, a la pág.8318; Pueblo v. Rosaly Soto, 91 J.T.S. 62, en la pág. 875 y Pueblo v. Pellot, 121 D.P.R. 791, 803 (1988).249 Puerto Rico Telephone Co. v. Martínez, 114 D.P.R. 328 (1983).
35cuanto a <strong>de</strong>scripción particular <strong>de</strong>l lugar por ser registrado, 250 las cosas por ser ocupadas 251 o lapersona por ser <strong>de</strong>tenida. 252 No veo base alguna para hablar <strong>de</strong> “factura más ancha” en estazona.Lo realmente problemático es la exigencia <strong>de</strong> causa probable. En el caso <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>registro, se trata <strong>de</strong> causa probable <strong>de</strong> que la cosa X esté en el lugar Y, y que X sea incautable. 253En el caso <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> arresto se trata <strong>de</strong> causa probable <strong>de</strong> que <strong>de</strong>terminada persona cometió<strong>de</strong>terminado <strong>de</strong>lito. No tengo espacio aquí para abordar los asuntos técnicos <strong>de</strong> “causa probable”.254 No hay diferencias esenciales entre la jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Corte Suprema <strong>de</strong> los EstadosUnidos y la <strong>de</strong>l Tribunal Supremo <strong>de</strong> Puerto Rico. 255Sin duda alguna, el aspecto más problemático <strong>de</strong> la exigencia <strong>de</strong> causa probable se refiere acuando la <strong>de</strong>claración jurada que da base a la or<strong>de</strong>n está parcial o totalmente basada en confi<strong>de</strong>nciaso información suplida por un tercero informante, que pudiera ser anónima. La CorteSuprema <strong>de</strong> los Estados Unidos había <strong>de</strong>sarrollado una norma estricta, conocida como la doctrina<strong>de</strong> Aguilar-Spinelli, 256 a saber: Un magistrado podrá expedir una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> registro basada eninformación <strong>de</strong> referencia que no le conste directamente al <strong>de</strong>ponente que <strong>de</strong>clare bajojuramento, sólo cuando el magistrado tenga ante sí información que le permita: (i) <strong>de</strong>terminarqué razones tenía el informante para conocer lo que informó, y (ii) evaluar la confiabilidad ocredibilidad <strong>de</strong>l informante o <strong>de</strong> su relato.Pero luego, en Illinois v. Gates, 257 la Corte Suprema abandonó el estricto cumplimiento conestos dos elementos para adoptar el criterio <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> las circunstancias: pue<strong>de</strong> expedirsevalidamente la or<strong>de</strong>n, a pesar <strong>de</strong> que no se satisfagan estrictamente los indicadores <strong>de</strong> Aguilar -Spinelli, si al consi<strong>de</strong>rar todas las circunstancias expuestas en las <strong>de</strong>claraciones juradas hay unaprobabilidad razonable <strong>de</strong> que habrá <strong>de</strong> encontrarse lo buscado (evi<strong>de</strong>ncia incautable) en el lugarcuyo registro se va a or<strong>de</strong>nar. Esta es la norma <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> las circunstancias.El Tribunal Supremo <strong>de</strong> Puerto Rico ha sido ciertamente errático en esta zona. Ciertamentepudo seguirse la ruta <strong>de</strong> la “factura más ancha” abrazando la doctrina <strong>de</strong> Aguilar-Spinelli yrepudiando a Gates. Pero esto no ha sido así. Hasta recientemente regía aquí la norma relajadaestablecida en Pueblo v. Díaz Díaz, 258 a saber: Una confi<strong>de</strong>ncia es suficiente para validar laexistencia <strong>de</strong> causa probable si se establece la concurrencia <strong>de</strong> una o más <strong>de</strong> las siguientescircunstancias: 1) que el confi<strong>de</strong>nte previamente ha suministrado información correcta; 2) que laconfi<strong>de</strong>ncia conduce hacia el criminal en términos <strong>de</strong> lugar y tiempo; 3) que la confi<strong>de</strong>ncia hasido corroborada por observaciones <strong>de</strong>l agente, o por información proveniente <strong>de</strong> otras fuentes; y250 Véanse, Pueblo v. Tribunal Superior, 97 D.P.R. 517 (1969); Pueblo v. Cruz Martínez, 92 D.P.R. 247 (1965); Pueblo v. PérezNarváez, 92 J.T.S. 67. En Pérez Narváez, el Tribunal Supremo <strong>de</strong> Puerto Rico adopta la jurispru<strong>de</strong>ncia fe<strong>de</strong>ral en torno al registroo allanamiento <strong>de</strong> una “estructura <strong>de</strong> ocupación múltiple”.251 Véase, Flores Valentín v. Tribunal Supremo, 91 D.P.R. 805 (1965) y Pueblo v. Soto, 99 D.P.R. 762, 767 (1971).252 Véase, Pueblo v. De La Cruz, 106 D.P.R. 378 (1977).253 Un objeto es “registrable” o incautable si es contrabando (ilegal <strong>de</strong> suyo), fruto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito (como el dinero o cosa hurtada) oevi<strong>de</strong>ncia vinculada a la comisión <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito. Sobre esta última categoría, llamada “mera evi<strong>de</strong>ncia”, Véase, War<strong>de</strong>n v.Hay<strong>de</strong>n, 387 U.S. 294 (1967).254 Véase mi obra citada en el escolio 2, Vol. I, § 6. 10(B) y § 6. 11(B)(3), pp. 377-379.255 En cuanto al aspecto <strong>de</strong> juicio <strong>de</strong> probabilidad, véanse, Brinegar v. United States, 338 U.S. 160 (1949); Beck v. Ohio, 379 U.S.89 (1964); Pueblo v. Tribunal, 91 D.P.R. 25 (1964); Pueblo v. Bogard, 100 D.P.R. 565, 570 (1972); Pueblo v. Rivera, 79 D.P.R.742 (1956). En cuanto al factor tiempo, esto es, el tiempo transcurrido entre la <strong>de</strong>claración jurada y las observaciones <strong>de</strong>l agente<strong>de</strong>clarante, Véase, Pueblo v. Bonilla, 120 D.P.R. 92 (1987) y Pueblo v. Tribunal, 91 D.P.R. 19 (1964).256 Aguilar v. Texas, 378 U.S. 108 (1964) y Spinelli v. United States, 393 U.S. 410 (1969).257 462 U.S. 213 (1983).258 106 D.P.R. 348 (1977).
- Page 1 and 2:
REVISTA DE LA ACADEMIA PUERTORRIQUE
- Page 3:
2enardecerá, en vez de corregir, l
- Page 9 and 10:
través de la Ley, enardecerá, en
- Page 11 and 12:
MEDICINE AND BIOLOGY: HOW FAR CAN T
- Page 13:
unfair, in view of the total absenc
- Page 16 and 17:
CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 18 and 19: la Oficina de Política sobre Cienc
- Page 20 and 21: códigos de ética existentes y los
- Page 22 and 23: REFORMING THE FEDERAL SENTENCING GU
- Page 24 and 25: narcotics and firearms, they tend t
- Page 26 and 27: Our faith in technology and plannin
- Page 28 and 29: single, all-powerful judge”. 17 W
- Page 30 and 31: CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL HON.
- Page 32 and 33: 3trafficking and gun-related offens
- Page 34 and 35: 5conduct which experience has shown
- Page 36 and 37: 2En este escrito trataré de establ
- Page 38 and 39: 4atender sus obligaciones económic
- Page 40 and 41: 6B. Juicio Público: Al igual que e
- Page 42 and 43: 8explicar la doctrina vigente. 47 A
- Page 44 and 45: 10tan serio disturbio emocional (
- Page 46 and 47: 12En Soto Ramos v. Superintendente
- Page 48 and 49: 14profesional y cómo ésta podría
- Page 50 and 51: 16Las implicaciones de esta exigenc
- Page 52 and 53: 18jurado. 116 Por otro lado, nuestr
- Page 54 and 55: 20forma rigurosa, de que la renunci
- Page 56 and 57: 22Tribunal Supremo ha seguido celos
- Page 58 and 59: 24protección es mayor que la que e
- Page 60 and 61: 264. Absuelto un acusado por determ
- Page 62 and 63: 28En Puerto Rico sólo cabe regular
- Page 64 and 65: 30B. Aplicación ex post facto de l
- Page 66 and 67: 32relación con el alcance 224 de l
- Page 70 and 71: 364) que la corroboración se relac
- Page 72 and 73: 38arresto. Bajo la Enmienda Cuarta,
- Page 74 and 75: 40razonable a la intimidad, no hay
- Page 76 and 77: 42Nuestra legislación permite la d
- Page 78 and 79: 44Derechos se dispone expresamente
- Page 80 and 81: 46Estados Unidos, adopta una posici
- Page 82 and 83: 2Aclarados esos puntos, coincido co
- Page 84 and 85: La verdad es que los principios con
- Page 86 and 87: EL DOLOR Y LA ANGUSTIA MENTALRamón
- Page 88 and 89: 3.7 8 9 10conocida y aceptada, hast
- Page 90 and 91: 5estímulo. Sin embargo, el punto e
- Page 92 and 93: 7de reconocimiento mundial, como ex
- Page 94 and 95: dice que éste no distingue entre e
- Page 96 and 97: 11dos meses y medio más tarde cuan
- Page 98 and 99: implicaciones negativas. Se debe de
- Page 100 and 101: 2naturaleza de los seres vivos, apl
- Page 102 and 103: 4de la clase dominante en la socied
- Page 104 and 105: 6su hora admitió ser identificado
- Page 106 and 107: 8cumpla la prestación que la norma
- Page 108 and 109: 10Encontramos la expresión todaví
- Page 110 and 111: 12La satisfacción de necesidades h
- Page 112 and 113: 14como aquí se propone, puede hace
- Page 114 and 115: LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE AL ESTA
- Page 116 and 117: Como resultado, se ha llegado a un
- Page 118 and 119:
Yugoslavia, Georgia, Azerbaiján, A
- Page 120 and 121:
METASTESIS DE LA «RAZÓN» Y EL «
- Page 122 and 123:
fue quizás el producto de esa mism
- Page 124 and 125:
embargo, la corroboración de la ne
- Page 126 and 127:
VICuando Hegel, en su Phänomenolog
- Page 128 and 129:
del entendimiento (Verstehen) en el
- Page 130 and 131:
por el poder, por las estructuras y
- Page 132 and 133:
lo único que indica esta trasgresi
- Page 134 and 135:
Legislativa enmendó la Ley 53 orig
- Page 136 and 137:
Incluso, únicamente ofreció su t
- Page 138 and 139:
Al llegar a la gobernación en 1965
- Page 140 and 141:
Presidente del Tribunal Supremo y a
- Page 142 and 143:
Lamentablemente, vivimos en una soc
- Page 144 and 145:
1. El que en todas las acciones rel
- Page 146 and 147:
coordinación interagencial, con pa