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Revista Volumen V - Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y ...

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través <strong>de</strong> la Ley, enar<strong>de</strong>cerá, en vez <strong>de</strong> corregir, los vicios <strong>de</strong>l mundo". Señala que abunda laletra muerta en nuestros anaqueles y, si ese fuera el único problema, no estaríamos tan mal.Des<strong>de</strong> hace varios años se ignora la legislación y gran<strong>de</strong>s sectores <strong>de</strong> nuestra sociedad actúan enfranca <strong>de</strong>sobediencia civil.Luego, el profesor Belaval plantea los <strong>de</strong>sequilibrios éticos <strong>de</strong> nuestro tiempo, producto <strong>de</strong>l<strong>de</strong>terioro moral que sufrimos o, como la llama Belaval, la Época <strong>de</strong>l Yo.El clima <strong>de</strong> <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la fábrica social no es privativo <strong>de</strong> nuestro país. El Santo Padre,hablando a los Obispos españoles, el año 1993, señaló esa grave situación. Recor<strong>de</strong>mos laspalabras <strong>de</strong> Juan Pablo II: Soy consciente <strong>de</strong> la grave crisis <strong>de</strong> valores morales, presente <strong>de</strong>modo preocupante en diversos campos <strong>de</strong> la vida individual y social, y que afecta <strong>de</strong> maneraparticular a la familia, [y] a la juventud, y que tiene también repercusiones, <strong>de</strong> todos conocidas,en la gestión <strong>de</strong> la cosa pública...Belaval entien<strong>de</strong> que, si existiese un equilibrio entre la exigencia <strong>de</strong> "mis <strong>de</strong>rechos" y elcumplimiento <strong>de</strong> mis <strong>de</strong>beres, se evitaría la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la patria. Se observa con preocupación,según se informa por los medios <strong>de</strong> comunicación social, que gran<strong>de</strong>s sectores <strong>de</strong> nuestropueblo carecen <strong>de</strong> inclinación por el cultivo <strong>de</strong> los valores que tradicionalmente nos han caracterizadocomo entidad histórica. Especialmente, señala el nuevo Académico <strong>de</strong>Jurispru<strong>de</strong>ncia, el problema <strong>de</strong> los valores en la esfera gubernamental.Examina ejemplos <strong>de</strong> la comunidad social que ajan la ética pública. Así, ofrece comomuestra lo que suce<strong>de</strong> con la aplicación <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Impuestos Sobre Ingresos, y su manejo porlos individuos; la legislación que autoriza los controles <strong>de</strong> acceso vehicular a petición <strong>de</strong> losdueños y resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> urbanizaciones; el fraccionamiento y ruptura por diferencias i<strong>de</strong>ológicas,religiosas, políticas y <strong>de</strong> clase económica. Estos ejemplos son <strong>de</strong>mostrativos <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong>calidad <strong>de</strong> vida, y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terioro y parcelización <strong>de</strong> nuestra comunidad civil.Los legisladores, nos explica el profesor Belaval, son responsables <strong>de</strong> mucha <strong>de</strong> lalegislación que entorpece las condiciones <strong>de</strong> una vida pública basada en lo bueno y ético, pues sehabla <strong>de</strong> la legalización <strong>de</strong> la droga o sustancias controladas, <strong>de</strong> la imposición <strong>de</strong> la pena <strong>de</strong>muerte, el reconocimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos hereditarios forzosos para el concubinato, la aceptación<strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncia no admisible hasta ahora, y <strong>de</strong> un catálogo <strong>de</strong> penas draconianas como disuasorias<strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos, entre otros proyectos legislativos.Cree el profesor Belaval que la reforma <strong>de</strong>l Derecho es necesaria, pero entien<strong>de</strong> que <strong>de</strong>be serhecha por cuerpos como esta <strong>Aca<strong>de</strong>mia</strong>, la cual cobija a juristas <strong>de</strong> diversas filosofías, creenciase i<strong>de</strong>ologías, pero unificados en el fin común <strong>de</strong> crear una sociedad más justa y en la que el verda<strong>de</strong>roimperio <strong>de</strong>l Derecho y la justicia establezcan las condiciones óptimas <strong>de</strong> vida, y en la queimperen la ética personal y la moralidad pública.El profesor Belaval, jurista <strong>de</strong> vastos conocimientos y experiencias, sabe que la reforma <strong>de</strong>nuestros códigos y leyes tiene que hacerse en el sosiego <strong>de</strong> la <strong>Aca<strong>de</strong>mia</strong>. Que la legislatura, porsu propia dinámica, no es el lugar a<strong>de</strong>cuado para ello. De ahí la necesidad <strong>de</strong> instituciones quemedien entre las ramas <strong>de</strong>l gobierno y la comunidad.De esta manera, la <strong>Aca<strong>de</strong>mia</strong>, como expresa el profesor Belaval, reúne un precioso cúmulo<strong>de</strong> experiencias <strong>de</strong> juristas sazonados en la cátedra, la judicatura, la práctica en los tribunales yen el servicio público. Dice: “El producto <strong>de</strong> nuestros esfuerzos no lleva otra orientación que elmejoramiento <strong>de</strong> lo que tenemos y la mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> la institución jurídica <strong>de</strong>l Estado”.El profesor Belaval exhorta a la Asamblea Legislativa a que haga uso <strong>de</strong> la experienciaacadémica, los proyectos <strong>de</strong> leyes y códigos que nuestros comités preparan.

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