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CAPÍTULO 1. COLOMBIA Y SU SISTEMA EDUCATIVO – 55<br />
reformas de calidad y estimular los logros. A pesar de estos esfuerzos, el<br />
origen socioeconómico aún determina los resultados del aprendizaje en<br />
Colombia, mucho más que en la mayoría de los países de la OCDE. La<br />
pertinaz y enorme brecha en el desempeño entre los estudiantes y las regiones<br />
más pobres y las más ricas sugiere que las políticas de financiación podrían<br />
mejorarse más para garantizar que todos los niños de Colombia tengan las<br />
mismas oportunidades para aprender.<br />
En los últimos años se han visto mejoras importantes en el SGP,<br />
el mecanismo de financiación que determina cómo se distribuyen los<br />
recursos en los territorios y da cuenta de la mayoría del gasto en educación,<br />
especialmente en los municipios más pobres. La fórmula de financiación<br />
ha sido revisada varias veces para ocuparse de los costos adicionales de<br />
educar mejor a los estudiantes de bajos ingresos, con la introducción de<br />
ponderaciones para compensar la ruralidad, la pobreza, la condición de<br />
minoría y otros marcadores de desventajas (Barrera-Osorio, Maldonado y<br />
Rodríguez, 2012). Recientemente se han hecho esfuerzos adicionales para<br />
simplificar la metodología empleada para asignar recursos. El hecho de<br />
que los fondos del Sistema General de Participaciones ahora dependan del<br />
número de estudiantes ha eliminado las distorsiones que se presentaban en el<br />
pasado, cuando la contratación de docentes estaba desligada de la cantidad de<br />
estudiantes y los costos de personal aumentaban. En un esfuerzo por elevar<br />
los estándares, el MEN también ha buscado desarrollar un enfoque que se<br />
base más en los resultados, y que una proporción del SGP esté ligada a los<br />
indicadores de desempeño como la tasa de deserción, la repetición de grados<br />
y los logros en las pruebas SABER (véase el Capítulo 3). Sin embargo, solo<br />
el 8% del SGP está disponible para dichos incentivos. El hecho de que el 83%<br />
de todos los recursos en educación primaria y secundaria aún sean absorbidos<br />
por los salarios de los maestros limita seriamente el alcance para usar las<br />
transferencias <strong>nacionales</strong> para mejorar la equidad y calidad (Álvarez et al.,<br />
próximo a publicarse). Además, las partes interesadas entrevistadas durante<br />
la visita de revisión sugirieron que una mayor sofisticación de la fórmula de<br />
financiación crearía una complejidad innecesaria y mayor imprevisibilidad<br />
para los gobiernos locales, y crearía retos para la transparencia y rendición<br />
de cuentas. Se resalta este riesgo en las investigaciones inter<strong>nacionales</strong>,<br />
las cuales señalan la necesidad de que dichos esquemas de financiación se<br />
combinen con políticas complementarias, especialmente para fortalecer la<br />
capacidad de los establecimientos educativos, si se busca obtener el impacto<br />
deseado (Fazekas, 2012).<br />
La Figura 1.11 relaciona los logros de los estudiantes de Grado 5 en<br />
las pruebas SABER con el gasto por estudiante. Destaca la necesidad de un<br />
enfoque multidimensional para abordar los factores que se superponen y<br />
afectan el desempeño de la educación en Colombia. Tanto los gastos como<br />
los resultados varían tremendamente de un territorio a otro. Es evidente que<br />
REVISIÓN DE POLÍTICAS NACIONALES DE EDUCACIÓN: EDUCACIÓN EN COLOMBIA