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filosofia_basada_en_competencias

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Unidad 4 Planteami<strong>en</strong>tos filosóficos sobre el ser humano<br />

tinguir el bi<strong>en</strong> del mal. Con la muerte de Dios, lo que surge es la subjetividad, <strong>en</strong> donde<br />

hay un sin número de verdades que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con intereses particulares, egoístas,<br />

superficiales; si nada ti<strong>en</strong>e valor por sí mismo <strong>en</strong>tonces se pierde el s<strong>en</strong>tido y todo está<br />

permitido.<br />

El nihilismo es la pérdida de validez de los valores supremos, hay una falta del fin; el<br />

nihilismo tambalea la vida ética y por tanto a la libertad. Pero <strong>en</strong> Nietzsche el nihilismo no<br />

se manifiesta como destrucción de los valores previos, sino como una búsqueda de un<br />

nuevo s<strong>en</strong>tido que abandone lo caduco de los valores judeo-cristianos, pues el s<strong>en</strong>tido del<br />

hombre está <strong>en</strong> la Tierra, <strong>en</strong> la voluntad de poder y el superhombre, y no <strong>en</strong> Dios. La idea<br />

de la muerte de Dios se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> Nietzsche con una doble posibilidad:<br />

Dios y los valores relogiosos<br />

ocupan gran parte de las<br />

reflexiones de Nietzsche,<br />

antepone al hombre como<br />

valor ante la idea de Dios. En la<br />

imag<strong>en</strong> “El descubrimi<strong>en</strong>to de<br />

América por Cristobal Colón”,<br />

de Salvador Dalí.<br />

a) Si Dios ha muerto, <strong>en</strong>tonces parece que no hay indicaciones hacia dónde dirigirnos,<br />

ni normas de valor, así que la muerte de Dios puede traer como consecu<strong>en</strong>cia el<br />

sins<strong>en</strong>tido, donde no hay posibilidad del futuro, la superación, ni el progreso; no<br />

habría un cambio auténtico, y por supuesto no habría lugar para la vida ética.<br />

b) Y si Dios ha muerto y por eso vi<strong>en</strong>e un sins<strong>en</strong>tido y no hay una brújula que nos<br />

indique el camino, Nietzsche confía <strong>en</strong> que la humanidad t<strong>en</strong>drá la capacidad de<br />

estar a la medida de las circunstancias, y poseerá tal grandeza que podrá construir<br />

una ‘historia superior’, donde el hombre aspire a una vida superior <strong>en</strong> donde la<br />

ética t<strong>en</strong>ga cabida.<br />

Nietzsche abandona toda trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia sobre el hombre; lo que plantea es oponerse<br />

a la r<strong>en</strong>uncia que propone la abnegación, a todo aquello que vaya contra la felicidad y<br />

el placer, no a la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre bi<strong>en</strong> y mal, pero sí anula la opción que cond<strong>en</strong>a la vida<br />

terr<strong>en</strong>al al mal. La propuesta de Nietzsche es no sacrificar la satisfacción de nuestro ser:<br />

el hombre es instinto y cuerpo, y <strong>en</strong> el cuerpo está la voluntad de poder. La voluntad de<br />

poder está tanto <strong>en</strong> el hombre mediocre como <strong>en</strong> el superhombre; <strong>en</strong> el mediocre está<br />

‘dormida’ y <strong>en</strong> el superhombre está <strong>en</strong> ‘pl<strong>en</strong>itud’. Para Nieztche la voluntad de poder ‘se<br />

ti<strong>en</strong>e y se hace’, consiste “<strong>en</strong> la suprema necesidad de dar un ‘viaje a toda necesidad’, es<br />

decir, <strong>en</strong> la suprema determinación de hacernos libres”. (Lizbeth Sagols, La muerte de Dios<br />

y los límites de la ética <strong>en</strong> Nietzsche.)<br />

Lograr la libertad por medio de la voluntad de poder es conseguir la conquista de nosotros<br />

mismos, la santificación y goce de nuestro crecimi<strong>en</strong>to como seres terr<strong>en</strong>ales. Para<br />

el cristianismo –desde la perspectiva de Nietzsche– la bondad consiste <strong>en</strong> la abnegación<br />

y <strong>en</strong> la r<strong>en</strong>uncia a todo placer o goce; para la moral kantiana, la bondad se id<strong>en</strong>tifica con<br />

el deber. Nietzsche int<strong>en</strong>ta dar un viraje desde estos dos tipos de moral, hacía una que<br />

reivindique los placeres, deseos y anhelos humanos; pero esa reivindicación no implica<br />

que todo esté permitido, sino que el hombre debe ori<strong>en</strong>tar sus capacidades y anhelos a la<br />

superación de sí mismos.<br />

4.4.5 La muerte <strong>en</strong> la cultura mesoamericana<br />

En el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de las culturas mesoamericanas, la vida humana ti<strong>en</strong>e poco valor sobre<br />

la tierra o tlaltícpac. Esta vida es como soñar, <strong>en</strong> ella no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra lo verdadero, aquí<br />

sólo se está de paso:<br />

[…] sólo v<strong>en</strong>imos a soñar, sólo v<strong>en</strong>imos a dormir:<br />

no es verdad, no es verdad que v<strong>en</strong>imos a vivir <strong>en</strong> la<br />

tierra.<br />

Miguel León-Portilla. La filosofía náhuatl.<br />

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