filosofia_basada_en_competencias
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FILOSOFÍA<br />
El tema de la muerte brota como una forma de despertar y <strong>en</strong>trar a la región de los<br />
muertos o Mictlán.<br />
Por prestadas t<strong>en</strong>gamos las cosas, oh amigos,<br />
sólo de paso aquí <strong>en</strong> la tierra:<br />
mañana o pasado,<br />
como lo desea tu corazón, Dador de la vida,<br />
iremos, amigos, a tu casa […]<br />
“Cantares Mexicanos”, <strong>en</strong> Miguel León-Portilla. La filosofía náhuatl.<br />
TIC<br />
En la sigui<strong>en</strong>te página podrás ver un video que hace refer<strong>en</strong>cia al Mictlán, con una canción<br />
de fondo de la artista Lila Downs: «http://www.youtube.com/watch?v=cqHBy7ACOzo»<br />
En las expresiones filosóficas latinoamericanas, como <strong>en</strong> la concepción del hombre,<br />
podemos <strong>en</strong>contrar también varias interpretaciones acerca del tema de la muerte. Cre<strong>en</strong>cias<br />
religiosas, dudas e hipótesis filosóficas. En las cre<strong>en</strong>cias religiosas podemos ver la idea<br />
náhuatl acerca del destino del hombre fuera del tlaltícpac.<br />
a) Se m<strong>en</strong>ciona la morada de los muertos: el Mictlán. A este lugar iban los que morían<br />
de manera natural; se incineraba un perro junto al cadáver para que le hiciera<br />
compañía y le ayudará a superar algunas pruebas que se pres<strong>en</strong>taban a lo largo<br />
de cuatro años; los nahuas creían que <strong>en</strong> ese tiempo la vida del difunto dejaba de<br />
ser errante. El Mictlán se <strong>en</strong>contraba rumbo del norte, <strong>en</strong> “nueve planos ext<strong>en</strong>didos<br />
bajo tierra”.<br />
b) La segunda morada de los muertos era el Tlalocán, lugar de Tláloc; éste dios interv<strong>en</strong>ía<br />
<strong>en</strong> la muerte de las personas para sacarles del Tlaltícpac. Eran los ahogados,<br />
con <strong>en</strong>fermedad de gota, o los que habían sido alcanzados por un rayo. Los<br />
elegidos por Tláloc, dios de la lluvia, eran <strong>en</strong>terrados sin ser incinerados. Sahagún<br />
describe el Tlalocán, lugar de Tláloc, como:<br />
La interpretación de la creación<br />
del Universo y de los hombres<br />
<strong>en</strong> las culturas mesoamericanas<br />
coincid<strong>en</strong> <strong>en</strong> un punto, <strong>en</strong><br />
una figura emblemática:<br />
Quetzalcóatl.<br />
El paraíso terr<strong>en</strong>al: […] jamás faltan allí las mazorcas de maíz verdes, calabazas, ramitas<br />
de bledos, axí verde, tomates, frijoles verdes <strong>en</strong> vainas y flores, y allí viv<strong>en</strong> unos<br />
dioses que se llaman Tlaloques, los cuales parec<strong>en</strong> a los ministros de los ídolos que<br />
tra<strong>en</strong> los cabellos largos.<br />
Miguel León-Portilla. La filosofía náhuatl.<br />
c) El occid<strong>en</strong>te, ‘la Casa del Sol’, es a donde van los que muer<strong>en</strong> <strong>en</strong> las guerras, los prisioneros<br />
sacrificados por los <strong>en</strong>emigos y las mujeres que morían de parto. A la Casa<br />
del Sol también se le conoce como Cihuatlampa: ‘hacia el rumbo de las mujeres’.<br />
d) El Chichihuacuauhco, es el ‘árbol nodriza’, cuyas ramas goteaban leche y alim<strong>en</strong>taban<br />
a los niños que morían aun si<strong>en</strong>do infantes, esta región se localizaba <strong>en</strong> la casa<br />
de Tonacatecuhtli, señor de nuestra carne, uno de los rostros de Ometéotl:<br />
Se dice que los niñitos que muer<strong>en</strong>, como jades, turquesas, joyeles, no van<br />
a la espantosa y fría región de los muertos (Mictlán). Van allá a la casa de<br />
Tonacatecuhitli; viv<strong>en</strong> a la vera del árbol de nuestra carne. Chupan las flores de<br />
nuestro sust<strong>en</strong>to: viv<strong>en</strong> junto al árbol de nuestra carne, junto a él están chupando.<br />
Códice Flor<strong>en</strong>tino, libro VI, folio, 96, r.; AP I, 49.<br />
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