10.02.2018 Views

el_diario_de_ana_frank

diario

diario

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

menudo por un toque <strong>de</strong> atención por parte <strong>de</strong> mi sucesor, <strong>el</strong> cual <strong>de</strong>saprueba<br />

la presencia <strong>de</strong> algunos cab<strong>el</strong>los que ondulan graciosamente sobre la mesa d<strong>el</strong><br />

tocador. A las 10: Apagamiento total <strong>de</strong> luces. Buenas noches. Durante un<br />

buen cuartito <strong>de</strong> hora, crujidos <strong>de</strong> lechos y mu<strong>el</strong>les rotos, suspiros, y luego<br />

silencio, siempre y cuando los vecinos <strong>de</strong> arriba no empiecen a p<strong>el</strong>ear.<br />

A las 11.30: La puerta d<strong>el</strong> tocador chirria. Una d<strong>el</strong>gada red <strong>de</strong> luz penetra<br />

en <strong>el</strong> dormitorio. Crujidos <strong>de</strong> su<strong>el</strong>as, y luego la sombra <strong>de</strong> un gran gabán, que<br />

agranda al hombre que lo lleva. Duss<strong>el</strong> ha terminado su trabajo en <strong>el</strong> escritorio<br />

<strong>de</strong> Kraler. Durante diez minutos, ruido <strong>de</strong> pasos, roce <strong>de</strong> pap<strong>el</strong>es (<strong>de</strong> los<br />

comestibles que oculta). Enseguida, hace su cama. La silueta <strong>de</strong>saparece otra<br />

vez; <strong>de</strong> vez en cuando, ruidos sospechosos proce<strong>de</strong>ntes d<strong>el</strong> W.C.<br />

A las 3: Me levanto para hacer una pequeña necesidad en la vasija <strong>de</strong><br />

hierro enlozado que utilizo como orinal, la cual está bajo mi cama y sobre una<br />

alfombrita <strong>de</strong> goma que protege <strong>el</strong> piso. Cada vez que <strong>el</strong>lo ocurre, retengo la<br />

respiración, pues me parece oír una verda<strong>de</strong>ra cascada <strong>de</strong> agua precipitándose<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong> una montaña. Repongo <strong>el</strong> orinal en su sitio y la pequeña forma<br />

blanca, en camisón — la obsesión <strong>de</strong> Margot, que al verla exclama siempre:<br />

«¡Oh, qué camisón tan in<strong>de</strong>cente!»—, vu<strong>el</strong>ve a su cama. Sigue por lo menos<br />

un cuarto <strong>de</strong> hora <strong>de</strong> insomnio, escuchando los ruidos nocturnos. ¿No entran<br />

ladrones en la casa? A<strong>de</strong>más están los ruidos <strong>de</strong> las camas, arriba, al lado en la<br />

misma habitación, que me informan sobre los que duermen y los que se agitan.<br />

Si es Duss<strong>el</strong> quien no duerme, resulta muy fastidioso. Primero, percibo un<br />

ruidito como <strong>de</strong> un pez que boquea, repetido no menos <strong>de</strong> diez veces;<br />

sucesivamente, se hume<strong>de</strong>ce los labios — creo— y hace chasquear la lengua,<br />

o bien da vu<strong>el</strong>tas y más vu<strong>el</strong>tas, <strong>de</strong> manera interminable, hundiendo las<br />

almohadas. Cinco minutos <strong>de</strong> inmovilidad completa. Pero — no hay que<br />

hacerse ilusiones— estas maniobras pue<strong>de</strong>n repetirse hasta tres veces, antes <strong>de</strong><br />

que <strong>el</strong> doctor Duss<strong>el</strong> se amodorre por fin.<br />

No es improbable que, entre la una y las cuatro <strong>de</strong> la madrugada, seamos<br />

<strong>de</strong>spertados por aviones y <strong>de</strong>tonaciones ininterrumpidas. Casi siempre, yo ya<br />

he saltado <strong>de</strong> la cama antes <strong>de</strong> saber qué ocurre. A veces estoy soñando con<br />

mis verbos irregulares franceses o con las p<strong>el</strong>eas <strong>de</strong> nuestros vecinos; en tal<br />

caso, me sorprendo <strong>de</strong> encontrarme todavía en mi cuarto, me apo<strong>de</strong>ro<br />

presurosa <strong>de</strong> una almohada y un pañu<strong>el</strong>o, me pongo un batón y corro en<br />

zapatillas hasta don<strong>de</strong> está papá, como lo ha dicho Margot en un verso <strong>de</strong><br />

aniversario: En la noche, al primer disparo, la puerta gime y aparece una niña<br />

aferrando una almohada y un pañu<strong>el</strong>o.<br />

Llegada al lecho paterno, tengo menos miedo, salvo cuando las sacudidas<br />

son <strong>de</strong>masiado fuertes.<br />

A las 6.45: Rrrring.... Es <strong>el</strong> pequeño <strong>de</strong>spertador <strong>de</strong> arriba. Crac, pang... la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!