Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
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174 EL INCENTIVO PARA INVERTIR
con ello a reducirse al mínimo. Este punto de vista es, sin embargo,
incorrecto y se basa en una confusión del efecto que producen
sobre la formación de capital 1) los precios mayores o
menores de los bienes de consumo, y 2) un cambio en la tasa de
interés. Es verdad que, a consecuencia de la reducción de los gastos
y del aumento del ahorro, los precios de los bienes de consumo
serían relativamente bajos comparados con los precios de
los bienes de producción; pero esto significa, en efecto, una tasa
menor de interés, y una tasa reducida alienta un crecimiento de
la inversión de capital en campos donde, a mayores tasas, sería
incosteable.” [193]
c a p í t u l o 1 5
LOS INCENTIVOS PSICOLÓGICOS Y DE NEGOCIOS
PARA LA LIQUIDEZ
I
D e b e m o s ahora desarrollar con mayor detalle el análisis de los
motivos para preferir la liquidez, que presentamos en forma preliminar
en el capítulo 13. El tema es sustancialmente igual al
que algunas veces se ha estudiado con el nombre de demanda de
dinero. Se relaciona también íntimamente con lo que se ha llamado
la velocidad-ingreso del dinero, porque ésta mide simplemente
la proporción de ingresos que el público aparta para guardar en
efectivo, de tal manera que un aumento en la velocidad-ingreso
del dinero puede ser síntoma de una reducción en la preferencia
por la liquidez. Sin embargo, no es la misma cosa, desde el momento
que el individuo puede decidirse entre liquidez e ¡liquidez
en vista de los ahorros que tenga acumulados, más bien que
considerando sus ingresos. Y, de cualquier manera, el término
“velocidad-ingreso del dinero” lleva implícita la sugestión engañosa
de un supuesto en favor de que la demanda de dinero en
conjunto sea proporcional o tenga determinada relación con los
ingresos, siendo así que este supuesto debería aplicarse, como veremos,
solamente a una parte de las disponibilidades del público
en efectivo; y como resultado de ello descuida el papel que corresponde
a la tasa de interés.
En mi Treatise on Money estudié la demanda total de dinero
con el nombre de depósitos para gastos de consumo [194], depósitos
para gastos de negocios y depósitos de ahorro, y no necesito
repetir aquí el análisis que di en el capítulo 3 de ese libro. El
dinero guardado para cada uno de los tres objetos forma, sin
embargo, un mismo depósito, que el tenedor no necesita dividir
en tres compartimientos herméticos; porque no requieren ser separados
en forma tajante, ni siquiera mentalmente, y puede conservarse
la misma suma principalmente para un fin, y de modo
secundario para otro objeto. Por eso podemos considerar (igual
o mejor) la demanda total de dinero del individuo en determinadas
circunstancias como una decisión única, aunque el compuesto
resulte formado por una serie de motivos diferentes.
Sin embargo, al analizar los motivos resulta todavía conveniente
clasificarlos bajo ciertos títulos, el primero ele los cuales
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