29.03.2020 Views

Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero

Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936

Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPÍTULO 17

LAS PROPIEDADES ESENCIALES DEL INTERÉS

Y EL DINERO

I

Parece ser, pues, que la tasa monetaria de interés juega papel

peculiar en la fijación de un límite al volumen de ocupación,

desde el momento que marca el nivel que debe alcanzar la eficiencia

marginal de un bien de capital durable para que se vuelva

a producir. Que esto debería ser así resulta de lo más confuso a

primera vista. Es natural tratar de averiguar en dónde reside la

peculiaridad del dinero que lo distingue de los otros bienes, si

sólo el dinero tiene una tasa de interés y qué ocurriría en una

economía no monetaria. Hasta que hayamos contestado estas preguntas

no estará claro el significado completo de nuestra teoría.

La tasa monetaria de interés —permítasenos recordar al lectorno

es otra cosa que el pprciento de excedente de una suma de dinero

contratada para entrega futura, por ejemplo, a un año de plazo,

sobre lo que podemos llamar el precio inmediato (spot) o efectivo

de esa suma. Parecería, por tanto, que para cada clase de

bienes de capital durables debería existir una tasa análoga a la

del interés sobre el dinero, porque hay una cantidad definida de

(por ejemplo) trigo para ser entregada dentro de un año que

tiene hoy el mismo valor en cambio que 100 arrobas de trigo

para entrega inmediata. Si la primera cantidad es 105 arrobas,

podemos decir que la tasa-trigo ele interés es de 5 por ciento anual;

y si es 95 arrobas, que es menos 5 por ciento anual. Así, para cada

bien durable tenemos una tasa de interés medida en términos

de sí mismo —una [222] tasa-trigo de interés, una tasa-cobre de

interés, una tasa-casa de interés, y aun una tasa-planta-de-acero de

interés.

La diferencia entre los contratos “futuros” y a la “vista”, que

se cotizan en el mercado, sobre un bien como el trigo, mantiene

una relación definida con la tasa-trigo de interés; pero desde el

momento que el contrato a futuro se cotiza en dinero para entrega

futura y no en trigo para entrega inmediata, también trae a

colación la tasa de interés monetaria. La relación exacta es como

sigue:

j

Supongamos que el precio del trigo para entrega inmediata

es de 100 libras esterlinas por 100 arrobas, que el precio del trigo

198

E L IN TERÉS Y E L DINERO 199

en contrato a “futuro” para entregar dentro de un año, es de

107 libras por 100 arrobas, y que la tasa de interés monetaria es

de 5 por ciento; ¿cuál es la tasa-trigo de interés? 100 libras esterlinas

comprarán hoy 105 para entrega futura, y 105 libras para

105

entrega futura comprarán — • 100 (= 98) arrobas en las mismas

condiciones. A su vez 100 libras hoy comprarán 100 arrobas

de trigo para entrega inmediata. De este modo, 100 arrobas de

trigo para entrega inmediata comprarán 98 arrobas para una futura.

De ahí se deduce que la tasa-trigo de interés es menos 2 por

ciento anual.1

De aquí se sigue que no hay razón por la cual las tasas de

interés deban ser iguales para bienes diferentes —para que la

tasa-trigo de interés deba ser igual a la tasa-cobre de interés—;

porque la relación entre los contratos a la “vista” y a “futuro”,

tal como se cotizan en el mercado, es notoriamente distinta para

diferentes bienes. Esto, como veremos, nos llevará a la pista que

estamos buscando; porque puede suceder que sea la mayor de las

tasas propias de interés (como podríamos llamarlas) la que lleve

la batuta (pues es la mayor de las tasas la que la eficiencia marginal

de un bien durable de capital debe alcanzar para que

pueda volver a producirse); y porque hay razones para que la

tasa monetaria de interés sea a menudo la mayoría de todas (pues,

como veremos, ciertas [223] fuerzas que operan para reducir las

tasas propias de interés de otros bienes no actúan, en el caso del

dinero).

Puede añadirse que, así como en un momento cualquiera existen

diferentes tasas-mercancías de interés, también los cambistas

están familiarizados con el hecho de que la tasa de interés no es

igual siquiera para dos monedas distintas, por ejemplo, libras

esterlinas y dólares; porque aquí también las diferencias entre

los contratos a la “vista” y a “futuro” para una moneda extranjera,

en términos de la libra esterlina no son, por lo general,

iguales para las diferentes monedas extranjeras.

Ahora bien, cada una de estas mercancías-patrón nos ofrece

la misma facilidad que el dinero para medir la eficiencia marginal

del capital; porque podemos tomar cualquiera que escojamos,

por ejemplo, el trigo; calcular el valor-trigo de los rendimientos

probables de cualquier bien capital; y la tasa de descuento que

1 Esta relación fue señalada por primera vez por el profesor Sraffa, en el Economic

/ournal de marzo de 1932, p. 50.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!