Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
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C A P IT U L O 21
LA TEORÍA DE LOS PRECIOS
M i e n t r a s los economistas se ocupan de lo que se llama teoría
del valor han acostumbrado enseñar que los precios están regidos
por las condiciones de la oferta y la demanda; habiendo desempeñado
papel prominente, en particular, los cambios en el costo
marginal y en la elasticidad de oferta en periodos cortos. Pero
cuando pasan, en el Libro II, o más frecuentemente en otra obra,
a la teoría del dinero y de los precios, ya no oímos hablar más
de estos conceptos familiares pero inteligibles y nos trasladamos
a un mundo en dbnde los precios están gobernados por la cantidad
de dinero, por su velocidad-ingreso, por la velocidad de
circulación relativamente al volumen de tránsacciones, por el atesoramiento,
por el ahorro forzado, por la inflación y la deflación
et hoc genus omne; y se hace muy poco esfuerzo, o bien ninguno,
para ligar estas frases más vagas con nuestras ideas anteriores de
las elasticidades de oferta y demanda. Si reflexionamos sobre lo
que se nos ha enseñado y tratamos de racionalizarlo, en los estudios
más sencillos parece que la elasticidad de oferta debe haber
llegado a cero y la demanda a ser proporcional a la cantidad de
dinero; mientras que en los estudios más elevados nos encontramos
perdidos en una niebla donde no hay nada claro y todo es
posible. Todos estamos acostumbrados a colocarnos algunas veces
a un lado de la luna y otras en el contrario, sin saber qué ruta o
trayecto los une, relacionándolos, aparentemente, según nuestro
modo de caminar y nuestras vidas soñadoras. [292]
Uno de los objetos de los capítulos anteriores ha sido escapar
de esta doble vida y poner la teoría de los precios, en conjunto,
en contacto íntimo con la teoría del valor. La división de la economía
en teoría del valor y la distribución por una parte y teoría
del dinero por la otra, es, en mi opinión, una separación falsa.
Sugiero que la dicotomía correcta es entre la teoría de la industria
o firma individual y las remuneraciones y distribución de una
cantidad dada de recursos entre diversos usos por una parte y
la teoría de la producción y la ocupación en conjunto por la otra.
Es verdad que mientras nos limitemos al estudio de la industria
o firma individual, suponiendo que la cantidad total de recursos
empleados es constante y, provisionalmente, que las condiciones
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I
L A T E O R ÍA DE LO S PRECIO S 261
de otras industrias o firmas no han cambiado, no nos estaremos
refiriendo a las características importantes del dinero. Pero tan
pronto como pasamos al problema de lo que determina la producción
y la ocupación en conjunto, necesitamos la teoría completa
de una economía monetaria.
0 quizá pudiéramos trazar nuestra línea divisoria entre la
teoría del equilibrio estacionario y la teoría del equilibrio móvil
—queriendo decir con ésta la de un sistema en que los pumos
de vista cambiantes acerca del futuro son capaces de influir en
la situación presente—. Porque la importancia del. dinero surge
esencialmente de que es un eslabón entre el presente y el futuro.
Podemos considerar qué distribución de recursos entre los diferentes
usos será compatible con el equilibrio, bajo la influencia
de los motivos económicos normales en un mundo en que nuestras
opiniones relativas al futuro son estables y dignas de confianza
por todos conceptos —quizá con una división más entre
una economía que no cambia y otra que está sujeta a variar,
pero en la que todas las cosas se prevén desde el principio—.
O podemos pasar de esta propedéutica simplificada a los problemas
del mundo real, en el que nuestras previsiones anteriores
pueden quedar fallidas [293], y las expectativas relativas al futuro
afectar lo que hacemos en la actualidad. Sólo cuando hayamos
realizado esta transición deben entrar en nuestros cálculos las
propiedades peculiares del dinero como un eslabón entre el presente
y el futuro. Pero aunque la teoría del equilibrio móvil debe
seguirse necesariamente en términos de una economía monetaria,
sigue siendo una teoría del valor y de la distribución y no una
“teoría del dinero” autónoma. El dinero en sus atributos importantes
es, sobre todo, un artificio sutil para ligar el presente con
el futuro; y no podemos siquiera empezar a examinar el efecto
de las expectativas cambiantes sobre las actividades corrientes,
excepto en términos monetarios. No podemos librarnos del dinero
aun cuando aboliéramos el oro, la plata y los instrumentos de
moneda corriente. Mientras exista algún bien durable, éste podrá
poseer los atributos monetarios1 y, por tanto, dar origen a los
problemas característicos de una economía monetaria.
II
El nivel particular de precios en una rama industrial concreta
depende, en parte, de la tasa de remuneración de los factores pro-
1 Cf. capítulo 17.