Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
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210 EL INCENTIVO PARA INVERTIR
a la mayor de entre todas las eficiencias marginales de todos los
bienes, usando como medida las unidades del bien cuya tasa propia
de interés propio sea mayor.
En condiciones de ocupación plena este requisito se satisface
necesariamente; pero puede lograrse también antes de alcanzar
ese estado, si existe algún bien que tenga elasticidades de producción
y de sustitución nulas (o relativamente pequeñas) 6 cuya
tasa de interés baje más lentamente que las eficiencias marginales
de bienes de capital medidos en unidades del mismo, a medida
que la producción crezca.
IV
Hemos visto antes que el hecho de que un bien pueda ser patrón
de valor no basta para que su tasa de interés sea la importante.
Sin embargo, interesa considerar hasta qué punto las características
del dinero tal como lo conocemos, y que hacen de la tasa
monetaria de interés la importante, están ligadas con el hecho de
que el dinero sea el patrón por el cual se fijan generalmente las
deudas y los salarios.
El asunto requiere examen en dos aspectos.
En primer lugar, el hecho de que los contratos sean fijos, y •
los salarios generalmente estables, en términos de dinero, representa
sin duda un papel muy importante en el hecho de que el
dinero tenga una prima de liquidez tan elevada. Es evidente
la conveniencia [236] de conservar bienes en el mismo patrón en
que vencerán las obligaciones venideras y respecto al cual se espera
que el costo futuro de la vida sea relativamente estable. Al
mismo tiempo la esperanza de relativa estabilidad en el futuro
costo monetario de la producción no podría mantenerse con mucha
confianza si el patrón de valor fuese un bien con gran elasticidad
de producción. Más todavía, los bajos costos de almacenamiento
del dinero, según los conocemos, representan papel tan
importante como el de una gran prima de liquidez en hacer que
la tasa monetaria de interés sea la importante; porque lo que interesa
es la diferencia entre la prima de liquidez y los costos de
almacenamiento; y en el caso de la mayor parte de los bienes que
no sean oro, plata o billetes de banco, dichos costos son por lo
menos tan altos como la prima de liquidez que ordinariamente
0 Una elasticidad de cero es condición más estricta de la que necesariamente se
requiere.
EL, INTERÉS Y EL DINERO 211
acompaña al patrón en que se fijan los contratos y los salarios;
de tal manera que, aun cuando la prima de liquidez que ahora
tiene (por ejemplo) la libra esterlina se transfiriera (por ejemplo)
al trigo, todavía sería improbable que la tasa-trigo de interés
subiera sobre cero. Por tanto, queda en pie que, mientras el hecho
de que los contratos y los salarios estén fijados en términos
monetarios aumenta la importancia de la tasa monetaria de interés,
esta circunstancia, sin embargo, probablemente no basta
por sí misma para producir las características observadas en dicha
tasa.
El segundo punto a considerar es más sutil. La expectativa
normal de que el valor de la producción será más estable en
términos de dinero que en términos de cualquier otro bien, no
depende, por supuesto, de que los salarios se concierten en unidades
monetarias, sino de que sean relativamente rígidos en términos
de dinero. ¿Cuál sería entonces la situación si se presumiera
que los salarios iban a ser más rígidos (es decir, más
estables) cuando se expresaran en unidades de una o más mercancías
diferentes del dinero, que en términos de este mismo? Tal
expectativa requiere, no sólo que se espera que los costos del
bien en cuestión sean relativamente constantes en unidades de
salarios para [237] una sola escala de producción mayor o menor,
tanto en periodos cortos como en largos, sino también que cualquier
excedente sobre la demanda corriente, al precio de costo,
pueda incluirse en la existencia sin costo, es decir, que la prima
de liquidez exceda sus costos de almacenamiento (porque, de lo
contrario, desde el momento que no hay esperanza de ganancia
mediante un precio más alto, la conservación de una existencia
tiene que suponer necesariamente una pérdida). Si se hallara
un bien que satisficiera estas condiciones, entonces es evidente
que podría ponerse como rival del dinero. Así, pues, no es lógicamente
imposible la existencia de un bien con el cual la medida
del valor de la producción se supusiera más estable que con el
dinero; pero tal bien no parece probable que exista.
Por tanto, llego a la conclusión de que el bien en cuyas unidades
se espera que los salarios sean más rígidos, no puede ser
uno que tenga la elasticidad de producción mínima y para el
cual el excedente de los costos de almacenamiento sobre la prima
de liquidez no sea también mínima. En otras palabras, la expectativa
de rigidez relativa de los salarios en unidades monetarias
es corolario del hecho de que el excedente de la prima de liquidez