Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
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72 DEFINICIONES E IDEAS
anualmente, el costo marginal de uso no decaerá mucho, a menos
que lo superfluo sea excepcionalmente glande. En el caso de una
depresión general, el costo marginal de uso dependerá del cálculo
que de su duración hagan los empresarios, de manera que el alza
en el precio de oferta cuando las cosas empiecen a mejorar, puede
deberse en parte a un violento crecimiento del costo marginal de
uso, producido por una revisión de las expectativas.
En contra de la opinión de los hombres de negocios, se ha dicho
algunas veces que los esquemas organizados para retirar el
equipo excedente no pueden producir los deseados efectos de aumentar
los precios, a menos que se deseche el total del equipo sobrante;
pero el concepto de costo de uso muestra cómo la eliminación
de (digamos) la mitad del equipo excedente, puede resultar
en un alza inmediata de los precios; porque al aproximarse la fecha
de absorción del sobrante, este procedimiento sube el costo marginal
de uso y, en consecuencia, aumenta el precio corriente de
oferta.
Así podría parecer que los hombres de negocios [71] tienen
implícita en su pensamiento la noción del costo de uso, aunque
no la formulen con precisión.
Si el costo suplementario es fuerte, se deduce que el costo de
uso será bajo cuando haya equipo sobrante. Más aún, cuando existe
el excedente no es probable que los costos marginales de factores
y de uso sobrepasen mucho el promedio de su valor. Si las dos
condiciones se cumplen, la existencia de equipo sobrante probablemente
hará que el empresario trabaje con una pérdida neta que
puede ser fuerte. No se presentará la transición repentina de este
estado de cosas al de ganancias normales, que ocurre en el momento
en que el equipo excedente es absorbido. Al reducirse el sobrante,
el costo de uso aumentará gradualmente y el excedente del costo
marginal sobre el promedio de los costos de factores y de uso puede
también aumentar en la misma forma. IV
IV
En los Principies of Economics de Marshall (6^ ed., p. 360) se
incluye una parte del costo de uso en el costo primo bajo el título
de “deterioro extra del equipo’’; pero no se indica cómo puede
calcularse o qué importancia tiene esta partida. En su Theory of
Unemployment (p. 42), el profesor Pigou supone expresamente
que la desinversión marginal en equipo, debida a la producción
marginal, puede, en general, despreciarse: “Las diferencias en la
SOBRE EL COSTO DE USO 73
magnitud dé deterioro sufrido por el equipo y en los costos de
trabajo no manual empleado que traen consigo las diferencias
en el volumen de producción, no se toman en cuenta porque son,
generalmente, de importancia secundaria.” 5 Es cierto que en la
teoría económica reciente se admite en buena parte la noción de
que la desinversión en equipo es nula en el margen de la producción;
pero el problema cobra importancia evidente tan pronto como
se presenta la necesidad de explicar con exactitud lo que significa
el precio de oferta de una firma individual.
Es verdad que el costo de sostenimiento de un equipo inactivo
puede frecuentemente, por las razones indicadas antes, reducir la
magnitud del costo marginal de uso, en especial cuando se prevé
que la depresión durará mucho tiempo. Sin embargo, un costo de
uso bajo en el margen no es la característica del periodo corto como
tal, sino de situaciones particulares y clases de equipo cuyo costo
de sostenimiento [72] resulta gravoso cuando se tiene éste inactivo;
y de aquellos desequilibrios que se caracterizan por rápida obsolescencia
o por grandes redundancias, especialmente si van unidas
a una gran proporción de equipo comparativamente nuevo.
En el caso de las materias primas, la necesidad de un margen
de tolerancia para el costo de uso es obvia; si una tonelada de
cobre se usa hoy, no podrá usarse mañana, y el valor que el cobre
tendría para los propósitos futuros claramente debe considerarse
como parte del costo marginal. Pero se ha pasado por alto el hecho
de que el cobre es sólo un yaso extremo de lo que ocurre en cuantas
ocasiones se usa equipo productor para producir. El supuesto
de que existe una división tajante entre las materias primas, en
las que debemos tener en cuenta la desinversión derivada de su
uso en la producción, y el capital fijo, en el cual podemos desdeñarla
sin peligro, no corresponde a los hechos —especialmente en
condiciones normales cuando hay que reponer algún equipo cada
año y el uso del mismo aproxima la fecha en que se hace necesaria
la reposición.
La ventaja de los conceptos relativos al costo de uso y al costo
suplementario consiste en que son aplicables tanto al capital en
giro y al líquido como al fijo. La diferencia esencial entre las materias
primas y el capital fijo no reside en que estén sujetos a los
5 Hawtrey (Económica, mayo de 1934, p. 145) ha llamado la atención sobre el
hecho de que el profesor Pigou identifica el precio de oferta con el costo marginal de
la mano de obra, v sostiene que los razonamientos de éste se encuentran, por tanto,
seriamente viciados.