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Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero

Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936

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200 EL INCENTIVO PARA INVERTIR

iguala el valor presente de estas series de anualidades de trigo al

precio actual de oferta del bien en términos de trigo, nos da

la eficiencia marginal de dicho bien en términos de trigo. Si no

se espera ningún cambio en el valor relativo de dos patrones alternativos,

la eficiencia marginal de un bien de capital será la

misma en cualquiera de ambos que se mida, ya que el numerador

y el denominador de la fracción que nos da la eficiencia marginal

cambiarán en la misma proporción. Sin embargo, si se espera que

uno de esos dos patrones alternativos cambie de valor en términos

del otro, las eficiencias marginales de los bienes de capital variarán

en el mismo por ciento, de acuerdo con el patrón en que

se midan. Para ilustrar esto tomemos el caso más sencillo en que se

espera que el trigo, uno de los dos patrones, suba de valor a un

ritmo de a por ciento anual en términos de dinero; la eficiencia

marginal de un bien, que es x por ciento en dinero, será entonces

x —a por ciento en términos de trigo. Desde el momento que

las eficiencias marginales de todos los bienes de capital se alterarán

en la misma proporción, se deduce que el orden de su

magnitud será igual, independientemente del patrón que se elija.

[224]

Si hubiera alguna mercancía compuesta que pudiera tomarse

en sentido estricto como representativa, podríamos considerar la

tasa de interés y la eficiencia marginal del capital, en términos

de esa mercancía, como si fueran, en cierto sentido, la tasa de

interés única y la eficiencia marginal única del capital. Pero existen,

ciertamente, los mismos obstáculos para lograr esto que cuando

se trata de fijar un patrón de valor único.

Por tanto, hasta ahora, la tasa monetaria de interés no es singular,

comparada con otras, sino que se encuentra precisamente

en el mismo caso. ¿Dónde está, entonces, la peculiaridad de la

tasa monetaria de interés que le da la importancia práctica predominante

que se le atribuye en los capítulos precedentes? ¿Por

qué han de estar el volumen de la producción y ocupación más

íntimamente ligados con la tasa monetaria de interés que con la

tasa-trigo o con la tasa-casa?

II

Consideremos cuáles serán probablemente las tasas-mercancías de

interés en un periodo de (digamos) un año para los diferentes

tipos ele bienes. Desde el momento que tomamos cada bien como

patrón, por turno, los rendimientos de cada uno deben conside­

EL INTERÉS Y EL. DINERO 2 0 1

rarse a este propósito como medidos en términos de sí mismos.

Hay tres atributos que los diversos tipos de bienes poseen en

distintos grados, a saber;

1) Algunos dan un rendimiento o producción q, medido en

términos de ellos mismos, por contribuir en algún proceso productivo

o por procurar servicios a un consumidor.

2) La mayor parte de los bienes, excepto el dinero, sufre desgaste

o supone algún costo por el simple correr del tiempo (aparte

de cualquier cambio en su valor relativo), independientemente

de que se usen para dar un rendimiento; es decir, entrañan un

costo de almacenamiento c medido en términos de sí mismos.

No importa para nuestro objeto presente [225] dónde tracemos

exactamente la línea entre los costos que deducimos antes de calcular

q y los que incluimos en c, ya que en lo que sigue nos

ocuparemos exclusivamente de q —c.

3) Finalmente, el poder de disponer de un bien durante determinado

periodo puede ofrecer una conveniencia o seguridad

potencial que no son iguales para bienes de clase diferente, aunque

los bienes sean del mismo valor inicial. No hay, por así

decirlo, ningún resultado tangible en forma de producción al

final del periodo y, no obstante, es una cosa por la cual la gente

está dispuesta a pagar algo. La cantidad (medida en términos de

sí misma) que está dispuesta a pagar por la conveniencia o la

seguridad potenciales proporcionadas por este poder de disponer

(deducción hecha del rendimiento o el costo de almacenamiento

que lleva consigo el bien) la llamaremos su prima de liquidez Z.

Se deduce que el rendimiento total que se espera de la propiedad

de un bien, durante un periodo cualquiera, es igual a su

rendimiento menos su costo de almacenamiento más su prima de

liquidez, es decir, a q —c 1. Es decir, q —- c -f- l es la tasa de

interés propia de cualquier bien, donde q, c y l se miden en

unidades de sí mismos como patrón.

Es característico del capital instrumental (por ejemplo, una

máquina) o del capital de consumo (por ejemplo, una casa) en

uso, que su rendimiento exceda normalmente al costo de almacenamiento,

en tanto que su prima de liquidez es probablemente

desdeñable; de una existencia de bienes líquidos o de un excedente

almacenado de capital instrumental o de consumo, que

incurra en un costo de almacenamiento, medido en unidades de

sí mismo, sin que dé rendimiento alguno para compensad o

cío en ese caso generalmente desdeñable ¡deñable también la ta pr ptílftá^^áe1 )

liquidez, tan pronto como las existencias exceden de nivel 4

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