Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
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*
9 6 LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
reservas financieras que hacen los empresarios para reparar y renovar
el equipo de producción existente, el cual, aunque se desgasta
con el tiempo, todavía no ha llegado a la fecha en que
deben hacerse gastos que puedan aproximarse al total de la reserva
financiera que se aparta; con la consecuencia de que los
ingresos no pueden subir por encima de un nivel lo bastante bajo
para corresponder a un total pequeño de inversión neta. De este
modo, los fondos de amortización, etc., pueden restar a los consumidores
poder para gastar mucho antes de que entre en juego
la demanda de gastos de reposición (que dichas reservas anticipan)
; es decir, hacen disminuir la demanda efectiva corriente y
sólo la aumentan en el año en que se hace la reposición. Si los
efectos de esto se agravan con la “prudencia financiera”, es decir,
con el hecho de pensarse que es aconsejable “amortizar” el costo
inicial con mayor rapidez que el desgaste real del equipo, el resultado
acumulativo puede ser muy serio.
* En Estados Unidos, por ejemplo, hacia 1929, la rápida expansión
de capital en los cinco años anteriores había conducido acumulativamente
a erigir fondos de amortización y márgenes de
depreciación en tan grande escala, con relación al equipo que no
necesitaba ser renovado, que se requirió un volumen enorme de
inversiones completamente nuevas sólo para absorber estas reservas
financieras; y llegó a ser casi imposible encontrar todavía más
inversiones nuevas en suficiente escala para absorber el ahorro
nuevo que una sociedad rica y con ocupación plena hubiera estado
dispuesta a realizar. Este solo factor bastó probablemente para
ocasionar una depresión y, más aún, como la “prudencia financiera”
de esta clase continuó ejerciéndose a través de la presión
por aquellas grandes sociedades que estaban todavía en posibilidad
de soportarla, el hecho ofreció) un obstáculo serio para la
pronta recuperación. [100]
También en Gran Bretaña en la actualidad (1935) el gran
volumen de la edificación y otras nuevas inversiones que han tenido
lugar a partir de la guerra han llevado a un volumen de
fondos de amortización muy por encima de las necesidades presentes
para los gastos en reparaciones y renovaciones, tendencia
que se ha fortalecido cuando las inversiones se han hecho por las
autoridades locales y juntas públicas, de acuerdo con los principios
de finanzas “sanas” que frecuentementes requieren fondos
de amortización suficientes para recuperar el costo inicial algún
tiempo antes de que la reposición se haga necesaria; con la consecuencia
de que aunque los individuos estuvieran dispuestos a
FACTORES OBJETIVOS 9 7
gastar el total de sus ingresos netos, resultaría una tarea muy difícil
restaurar la ocupación plena con este volumen opresivo de
reservas establecidas por las autoridades públicas y semipúblicas,
enteramente disociadas de cualquier inversión nueva correspondiente.
Creo que en la actualidad 4 los fondos de amortización
de las autoridades locales alcanzan una cifra anual de más de la
mitad de la suma que estas autoridades están gastando en todas
sus nuevas mejoras.5 Sin embargo, no es seguro que el Ministerio
de Salubridad haya advertido, cuando insiste en que las autoridades
locales amorticen rápidamente sus gastos, cuánto puede estar
agravando el problema de la desocupación. En el caso de anticipos
por parte de las Sociedades Constructoras Mutualistas para ayudar
a un individuo a construir su propia casa, el deseo de liberarse
del débito más rápidamente de lo que la casa se deteriora en
realidad, puede estimular al propietario a guardar más de lo que
en otra forma ahorraría; aunque quizá debiera considerarse que
este factor reduce directamente la propensión a consumir más
que a través de sus efectos sobre el ingreso neto. Según las cifras
reales, los reintegros de las hipotecas financiadas por las Sociedades
Constructoras Mutualistas, que llegaban a £ 24.000,000 en
1925, habían subido a [101] £ 68.000,000 en 1933, en comparación
con nuevos anticipos ele £ 103.000,000; y hoy los reintegros son
probablemente todavía mayores.
El hecho de que sea la inversión más bien que la inversión
neta la que surja de las estadísticas de la producción se desprende
en forma concluyente y natural de la obra National Income, 1924-
1931 de Colín Clark. También muestra la gran proporción que
guardan normalmente la depreciación, etc., con respecto al valor
de la inversión. Por ejemplo, calcula que en Gran Bretaña, durante
los años de 1928 a 1931,6 la inversión y la inversión neta
fueron como sigue (aunque la inversión bruta para él es probablemente
algo mayor que la inversión para mí, ya que puede incluir
parte del costo de uso y no está claro hasta qué punto su
“inversión neta” coincide con mi definición de este término) :
4 Las cifras reales consideran tan poco importantes que se publican con dos años
o más de atraso.
5 En el año que terminó en 31 de marzo de 1930, las autoridades locales gastaron
£ 87.000,000 en bienes de capital, de los cuales £ 37.000,000 fueron proporcionados
por los fondos de amortización, etc., de los gastos previos del mismo género: en el
año que finalizó en 31 de marzo de 1933, las cifras respectivas fueron £ 81.000,000
y £46.000,000.
0 Op. cit., pp. 117 y 138.