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Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero

Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936

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2 9 8 BREVES CONSIDERACIONES

y las características nacionales que determinan la propensión a

consumir, el bienestar de un estado progresivo depende esencialmente,

por las razones que ya hemos explicado, de la suficiencia

de tales estímulos. Éstos pueden encontrarse, ya sea en la inversión

doméstica o en la exterior (incluyendo en ésta la acumulación de

metales preciosos), que, juntos, forman la inversión total. Cuando

el volumen de inversión total está determinado sólo por el

deseo de ganancia, las oportunidades de inversión interior estarán

regidas, a la larga, por la tasa de interés nacional, mientras que

la magnitud, de la inversión exterior está necesariamente determinada

por el volumen de la balanza favorable de comercio. Así,

en una sociedad donde no haya problema de inversión directa

bajo la égida de la autoridad pública, los fines económicos, de

que es razonable que se preocupe el gobierno, son la tasa de interés

interior y la balanza de comercio exterior. [335]

Ahora bien, si la unidad de salarios es relativamente estable

y no está sujeta a cambios espontáneos de magnitud importante

(una condición que casi siempre se satisface) , si el estado de la

preferencia por la liquidez es bastante fijo, tomado como promedio

de sus fluctuaciones de periodo corto, y si los convencionalismos

bancarios son también duraderos, la tasa de interés tenderá

a estar regida por la cantidad de metales preciosos, medida en

unidades de salarios, disponible para satisfacer el deseo de liquidez

de la comunidad. Al mismo tiempo, en una era en que los

préstamos sustanciales al exterior y la propiedad directa de riqueza

situada en el exterior son escasamente practicables, las alzas

y bajas en la cantidad ele metales preciosos dependerán principalmente

de si la balanza comercial es favorable o desfavorable.

De este modo ocurre que la preocupación de las autoridades

por una balanza comercial favorable sirvió a ambos propósitos;

y fue, además, el único medio disponible de promoverlos. En una

época en que las autoridades no tenían control directo sobre la

tasa de interés interior o los otros estímulos a la inversión nacional,

las medidas para aumentar la balanza comercial favorable

eran el único medio directo de que disponían para reforzar la

inversión extranjera; y, al mismo tiempo, el efecto de una balanza

de comercio favorable sobre la entrada de los metales preciosos

era su único medio indirecto de reducir la tasa de interés doméstica

y aumentar así el aliciente para invertir dentro del país.

Hay, sin embargo, dos limitaciones al éxito de esta política,

que no deben olvidarse. Si la tasa de interés nacional desciende

tanto que el volumen de inversión reciba estímulo suficiente para

MERCANTILISMO, USURA, DINERO, SUBCONSUMO 2 9 9

elevar la ocupación a un nivel que pase por algunos de los puntos

críticos en los cuales sube la unidad de salarios, el aumento en el

nivel de costos interior empezará a reaccionar desfavorablemente

sobre la balanza de comercio exterior, de manera que el esfuerzo

para aumentar esta última habrá ido más lejos de lo conveniente

y se habrá neutralizado a sí mismo. Nuevamente, si la tasa de interés

interna [336] cae tan bajo en relación con las tasas de interés

en cualquier otra parte y esto estimula un volumen de préstamos

al extranjero que sea desproporcionado a la balanza favorable,

esto puede ocasionar un eflujo de metales preciosos suficiente para

hacer que se contraríen las ventajas previamente obtenidas. El riesgo

de que entre en acción una u otra de estas limitaciones sube

de punto cuando un país es grande y de importancia internacional,

debido a que, cuando la producción corriente de metales preciosos

en las minas sea relativamente en pequeña escala, un influjo

de dinero a un país significa un eflujo en otro; de manera

que los efectos adversos de los costos crecientes y las tasas de interés

descendentes en el interior puedan reforzarse (si la política

mercantilista se lleva demasiado lejos) por los costos decrecientes

y las tasas de interés ascendentes en el exterior.

La historia económica de España de fines del siglo xv y durante

el xvi da el ejemplo de un país cuyo comercio exterior fue

destruido por el efecto de una excesiva abundancia de metales

preciosos sobre la unidad de salarios. Gran Bretaña, en los años

de pre-guerra del siglo xx, proporciona un ejemplo de país en

que las excesivas facilidades para los préstamos al exterior y la

compra de propiedades en el extranjero impidieron a menudo

la baja de la tasa de interés que era necesaria para asegurar ocupación

plena en el interior. La historia de la India en todos los tiempos

ha dado el ejemplo de un país de tal manera empobrecido a

consecuencia de una preferencia por la liquidez tan apasionada que

ni siquiera un influjo enorme y crónico de metales preciosos ha

sido suficiente para abatir la tasa de interés a un nivel compatible

con el crecimiento de la riqueza real.

Sin embargo, si consideramos una sociedad que tenga una unidad

de salarios hasta cierto punto estable y características nacionales

que determinen la propensión a consumir y la preferencia

por la liquidez y un sistema monetario que ligue de una manera

rígida la cantidad de dinero con la existencia de metales preciosos,

será esencial para el [337] mantenimiento de la prosperidad que las

autoridades presten mucha atención al estado de la balanza comercial,

porque una balanza favorable será extremadamente alen-

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