Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936
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258 SA LA RIO S N O M IN A LES Y PRECIO S
al nivel crítico. En este caso la ocupación sería constante (al
nivel adecuado para el salario real legal) y los salarios nominales
y los precios fluctuarían con rapidez en el grado jirecisamente
necesario para conservar esta tasa de inversión en la cifra conveniente.
En el caso real de Australia, la válvula de escapa se encontró
—en parte, por supuesto— en la inevitable ineficacia de
la legislación para conseguir su objeto, y parcialmente en que
Australia no es un sistema cerrado, de tal manera que el nivel
de los salarios nominales era por sí mismo una determinante del
nivel de la inversión extranjera y, por tanto, de la inversión total,
mientras la relación de intercambio influía mucho sobre los salarios
reales.
A la luz de estas consideraciones opino ahora que el mantenimiento
de un nivel general estable de salarios nominales es,
en general, la política más aconsejable para un sistema cerrado;
al tiempo que la misma conclusión será válida para un sistema
abierto, a condición de que pueda lograr el equilibrio con el resto
del mundo por medio ele fluctuaciones en los cambios sobre el
exterior. La existencia de cierto grado de flexibilidad de los salarios
en industrias particulares tiene sus ventajas si sirve para facilitar
las transferencias de las que se encuentran en decadencia
comparativa a las que relativamente están en auge. Pero el nivel
de salarios nominales en conjunto debe mantenerse tan estable
como sea posible, por lo menos en periodos cortos.
Esta política tendría por resultado un grado conveniente de
estabilidad en el nivel de precios —mayor estabilidad, al menos,
que con otra de salarios flexibles—. Fuera de los precios “dirigidos”
o de monopolio, el nivel de precios solamente cambiará
en periodos cortos como respuesta a la extensión en que los cambios
[270] del volumen de ocupación afecten los costos primos
marginales; mientras que, en periodos largos, solamente variará
como reacción a las alteraciones en el costo de producción debidas
a la distinta técnica y al equipo nuevo o aumentado.
Es verdad que si a pesar de todo ocurren grandes fluctuaciones
en la ocupación, éstas irán acompañadas por otras sustanciales
en el nivel de precios. Pero las fluctuaciones serán menos como
dije antes, que con la política de salarios flexibles.
De este modo, con la política rígida de salarios, la estabilidad
de los precios irá ligada, en periodos cortos, a la ausencia de
fluctuaciones en la ocupación. En periodos largos, por otra parte,
todavía nos queda por escoger entre la política de permitir a los
precios que bajen lentamente con el progreso de la técnica y el
MODIFICACIONES EN LOS SALARIOS 2 3 9
equipo, mientras se conservan estables los salarios; o dejar que
los salarios suban poco a poco, al mismo tiempo que se mantienen
estables los precios. En conjunto, yo prefiero la segunda
alternativa porque es más fácil conservar el nivel real de ocupación
dentro de una escala determinada de empleo completo
con una esperanza de mayores salarios para después, que con la
de salarios menores en el futuro; y debido también a las ventajas
sociales de disminuir gradualmente la carga de las deudas, la
mayor facilidad de ajuste de las industrias en decadencia hacia
las que van en auge y el estímulo psicológico que probablemente
se sentirá con una tendencia moderada de los salarios nominales
a subir. Pero esto no supone un principio esencial, y me llevaría
más allá de mi objeto presente desarrollar detalladamente los
argumentos en ambos sentidos. [271]
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