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Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero

Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes publicado en 1936

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23 0 SA LA RIO S N O M IN ALES V PRECIO S

salarios nominales a afectar a la ocupación en un sentido particular

a través de sus repercusiones ciertas o probables sobre estos

tres factores?

En los capítulos anteriores ya hemos contestado a la primera

pregunta en sentido negativo, porque hemos demostrado que el

volumen de ocupación está ligado en una sola forma con el de

la demanda efectiva, medida en unidades de salarios, y que siendo

ésta la suma del consumo probable y de la inversión esperada,

no puede cambiar si la propensión a consumir, la curva de la

eficiencia marginal del capital y [260] la tasa de interés permanecen

todas invariables. Si, a falta de cualquier modificación en

estos factores, los empresarios aumentaran la ocupación en conjunto,

sus entradas forzosamente serían inferiores al precio de

oferta.

Tal vez nos ayude a refutar la conclusión burda de que una

baja de los salarios nominales aumentará la ocupación “porque

reduce el costo de producción”, seguir el curso de los acontecimientos

según la hipótesis más favorable a este punto de vista, es

decir, la de que, al principio, los empresarios esperan que la reducción

en los salarios nominales tenga este efecto. Sin duda, no

es improbable que el empresario individual, viendo que sus propios

costos se reducen, pase por alto al principio las repercusiones

sobre la demanda de su producto y actúe en el supuesto de que

está capacitado para vender con ganancia una producción mayor

que antes. Si, entonces, los empresarios en general actúan de

acuerdo con esta expectativa, ¿lograrán en realidad aumentar sus

ganancias? Solamente si la propensión marginal a consumir de

la comunidad es igual a uno, de manera que no haya una brecha

entre el aumento de los ingresos y el del consumo, o bien si hay

un alza en la inversión que corresponda a la brecha que existe

entre el aumento del ingreso y el del consumo, lo que ocurrirá

únicamente en caso que la curva de las eficiencias marginales

del capital haya aumentado relativamente a la tasa de interés.

Así, los productos obtenidos del aumento de producción desanimarán

a los empresarios y la ocupación bajará otra vez a su nivel

previo, a menos que la propensión marginal a consumir sea igual

a la unidad, o que la reducción en los salarios nominales haya

tenido el efecto de aumentar la escala de las eficiencias marginales

del capital en relación con la tasa de interés y, por consiguiente,

el monto de la inversión; porque si los empresarios

ofrecen ocupación en una escala que, en caso de vender su producción

al precio esperado, provea al público con ingresos de

MODIFICACIONES EN I.OS SALARIOS 2 3 1

los cuales ahorre más que el monto de la inversión corriente,

corren peligro de resentir una pérdida igual a la diferencia; y

esto será lo que ocurra [261], independientemente en absoluto del

nivel de los salarios nominales. En el mejor de los casos, la fecha

en que se desengañen solamente puede ser diferida por el tiempo

que sus propias inversiones crecientes en capital de operación

estén llenando la brecha.

De este modo, la baja de los salarios nominales no tenderá

a aumentar la ocupación durante mucho tiempo, excepto en virtud

de sus repercusiones, ya sea sobre la propensión a consumir

de la comunidad en conjunto, sobre la curva de las eficiencias

marginales del capital, o sobre la tasa de interés. No hay más modo

de analizar el efecto de una reducción de los salarios nominales

que el de examinar sus posibles efectos sobre estos tres elementos.

Es probable que en la práctica las repercusiones más importantes

sobre estos tres factores sean las siguientes:

1) Una baja de los salarios nominales reducirá algo los precios.

Acarreará, por tanto, cierta redistribución de los ingresos reales

a) de quienes perciben salarios a otros factores que entren en

el costo primo marginal y cuya remuneración no haya sido reducida

y b) de los empresarios a los rentistas, a quienes se ha

garantizado cierto ingreso fijo en términos monetarios.

¿Cuál será el efecto de esta redistribución sobre la propensión

a consumir de la comunidad en conjunto? La transferencia

de ingresos de quienes perciben salarios a otros factores probablemente

tenderá a reducirla. El resultado de la transferencia de

los empresarios a los rentistas es más dudoso; pero si estos últimos

representan en conjunto la sección más rica de la comunidad y

el grupo cuyo nivel de vida es el de menor flexibilidad, entonces

el efecto será también desfavorable. Sólo podemos hacer conjeturas

sobre cuál será el resultado neto del balance de estas

consideraciones. Probablemente sea más adverso que favorable.

2) Si nos referimos a un sistema no cerrado, y la baja de los

salarios nominales es una reducción relativamente a los salarios

nominales en el exterior cuando ambos se convierten a una unidad

común, es evidente que el cambio será favorable a la inversión,

ya que tenderá a aumentar el saldo de la balanza comercial.

Desde luego, esto supone que la [262] ventaja no esté contrarrestada

por una modificación en los aranceles, contingentes, etc. La

mayor fuerza que tiene en Inglaterra la creencia tradicional en

la eficacia de una reducción en los salarios nominales como medio

de aumentar el empleo cu comparación con la que se le atribuye

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