NEONATOLOGIA_Accesible
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Si los cuidados madre-canguro no están protocolizados y estructurados,
las madres muestran una tendencia espontánea a permanecer menos
tiempo en canguro 3 . Es importante señalar que la experiencia indica que a
mayor duración temporal de este tipo de cuidados, mayor fuerza adquiere
la relación directa y causal entre este tipo de cuidados y sus beneficios.
Tal y como ya se ha mencionado, la realización de cuidados de método
canguro está recomendada para todos los niños estables mayores de 28
semanas o con peso al nacer superior a 600 g 3 . Para neonatos de menor edad
gestacional o peso, es imprescindible que los cuidados madre-canguro estén
protocolizados y que los profesionales adquieran experiencia antes con
niños más maduros y de mayor peso.
Un momento crítico de los cuidados madre-canguro es la transferencia
incubadora-brazos de los padres y brazos de los padres-incubadora,
tanto por el riesgo de desestabilización del neonato como por la posibilidad
de caídas. Por ello es primordial que esta sistemática se detalle en el protocolo
escrito y sea puesta en conocimiento de todos los profesionales y otros
implicados.
Otro aspecto importante a considerar con este tipo de pacientes, es su
capacidad limitada para organizar su conducta y adaptarse al medio. Uno de
los aspectos ambientales más importantes al que se enfrentan los neonatos
prematuros o enfermos es la fuerza de la gravedad.
3. Las Unidades asistenciales de neonatología deben garantizar el control
de la posición del neonato, en flexión, con apoyos de las extremidades
adecuados, facilitando el encuentro con la línea media, ayudando
a que el niño esté más organizado y facilitándole el autoconsuelo.
Se debe facilitar al neonato un entorno lo más parecido posible al
útero materno, a fin de proporcionarles seguridad y confort y ayudarles a
auto-organizarse 11 . Asimismo, estas medidas posturales pueden reducir el
dolor neonatal de forma indirecta, al disminuir la cantidad de estímulos que
percibe el neonato y que, por sus características, no puede rechazar.
Entre los estímulos externos que pueden sobreestimular al neonato,
dada su inmadurez, se encuentran también la luz y el ruido 12 , cuya percepción
estaba minimizada mientras el niño/a se encontraba en el interior del
útero de su madre.
4. Se deben establecer mecanismos de control y atenuación de los estímulos
externos, tales como la luz y el ruido.
Esta recomendación se detalla en mayor medida en el apartado
Estructura y Recursos Materiales de este documento técnico.
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