Latinoamericana mondiale 2012 - Agenda Latinoamericana-Mundial
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Dando la vida por el Buen vivir de los migrantes<br />
Testimonio de una «cantora del pueblo»<br />
Rosa Martha Zárate<br />
San Bernardino, California, EEUU<br />
El proceso de desarrollo de la conciencia social y que jamás pensaba se podrían superar.<br />
la recuperación de la memoria histórica que ahora ani- Han transcurrido más de 43 años desde que la<br />
ma mi práctica social y de fe, tiene como principio el comunidad religiosa me envió como maestra de edu-<br />
ejemplo de mi padre, un luchador social; de mi madre, cación primaria a San Ysidro, California. Al cruzar la<br />
una mujer servidora de la comunidad, y de mi abuela, garita fronteriza de Mexicali a Calexico, mi mundo<br />
quien en tiempo de la revolución cristera en México cambió radicalmente: experimenté el racismo, la<br />
arriesgó la vida por defender sus creencias religiosas. explotación y la discriminación, aun en la Iglesia<br />
Soy originaria de Guadalajara, Jalisco, México. De católica de ese país del Norte. Por cosas de la vida,<br />
niña y joven crecí en un ambiente pueblerino encajo- César Chávez, el líder del movimiento campesino,<br />
nado en el valle cañero de Ameca, Jal. Mi educación llegó al convento a invitar a las hermanas a unirnos a<br />
magisterial y musical se limitó a la mera capacitación la huelga, para exigir justicia por el asesinato de un<br />
profesional para funcionar en el sistema capitalista y campesino. Yo traía la guitarra en la mano y ahí sin<br />
en la sociedad.<br />
más me invitó a animar a los campesinos/as en su<br />
En 1961 ingresé a la vida religiosa, como una op- huelga. Del mismo modo, aun con la oposición de las<br />
ción de servicio. Analizando mi vocación y el camino hermanas, llegué a la asamblea. Ahí entre banderas<br />
que he recorrido para definirme y optar explícitamente rojinegras, con consignas de «¡Sí se puede!», comenzó<br />
por tomar mi lugar en el caminar del pueblo migrante mi militancia de migrante canta/autora.<br />
del que soy parte, necesito hacer una contabilidad A partir del día en que decidí tomar mi lugar en<br />
objetiva del cúmulo de experiencias, de testimonios el éxodo del pueblo, la tensión al interior de la co-<br />
de pueblos y personas de lucha que han fortalecido mi munidad religiosa se me hizo más pesada. No pasó<br />
esperanza y han alumbrado el camino para atravesar mucho tiempo, cuando sacerdotes y religiosas chi-<br />
momentos de prueba y darle a la vida un sentido de canos/as me invitaron a participar en el movimiento<br />
trascendencia y una razón del porqué luchamos. nacional por la reivindicación de los derechos de los<br />
De recién profesas, cinco de nosotras nos la agen- bautizados de habla hispana en la Iglesia católica<br />
ciamos para asistir a unos cursos de Pedagogía del norteamericana. Los PADRES (Padres Asociados para<br />
Oprimido que impartía en Guadalajara el maestro Pau- los Derechos Religiosos Educativos y Sociales) y las<br />
lo Freire, sin el permiso de la superiora. Esos cursos HERMANAS, junto con líderes laicos, tomamos el lide-<br />
eran vetados por algunas congregaciones religiosas, razgo de organizar al pueblo en sus demandas, entre<br />
tal vez por el miedo de despertar la conciencia crítica otras: que se nombraran obispos chicanos y se orde-<br />
y romper con la inocencia social que caracterizaba naran sacerdotes chicanos; que se ofrecieran servicios<br />
a muchas religiosas. Fue ahí donde por primera vez religiosos, educativos y sacramentales en español y<br />
comencé a escuchar cosas que me incomodaron y me se respetara nuestra cultura y tradición. La teología<br />
hicieron sentir cómplice del sistema dominante. Pude de la liberación no encontró fronteras para animar el<br />
entender cómo el sistema escolar oficial y privado, movimiento. Nos enlazamos solidariamente con los<br />
tal como están modelados por los gobiernos, es un movimientos y luchas latinoamericanas.<br />
instrumento sutil y eficaz para la explotación, la pér- Los años entre 1970 y 1985 fueron de una gran<br />
dida de la memoria histórica y la infiltración de la movilización y organización diocesana, regional y<br />
domina ción. Pablo nos dio la llave del cuestionamien- nacional. A base de marchas, plantones, movilizacioto<br />
del orden de cosas que nos impiden ser libres como nes populares... la Conferencia Católica de los Obispos<br />
personas y como pueblos; hasta la fecha, esa llave norteamericanos, reconocieron al «Pueblo Hispano»<br />
me sigue abriendo puertas que se cierran al cruzarlas, como un «reto y un compromiso». La pastoral his-<br />
y que por el contrario, me empujan a enfrentar retos<br />
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pana, después de un gran renacer pastoral, con el