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Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

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Juan Jacobo Schmitter Solíamos caminar kilómetros, sí, pero en el emblemático terreno plano <strong>de</strong> la<br />

península <strong>de</strong> Yucatán. A<strong>que</strong>lla expedición en el extremo sur <strong>de</strong> Quintana Roo, en<br />

el alto río Hondo, rumbo a la confluencia con Belice y Guatemala, no era típica.<br />

Agua con sabor<br />

a ma<strong>de</strong>ra<br />

Los cenotes Cuates eran en la foto aérea un bonito par <strong>de</strong> óvalos azules en un<br />

mar ver<strong>de</strong>, mas las ondulaciones <strong>de</strong> la imagen eran, ya en la realidad, colinas y<br />

hondonadas <strong>que</strong> trazaban <strong>una</strong> ruta extenuante. Uno <strong>que</strong>ría <strong>de</strong>jar abandonadas<br />

las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pesca a media selva; se enredaban en el follaje cada tres pasos.<br />

Más difíciles <strong>que</strong> los valles cenagosos, don<strong>de</strong> las botas amenazaban con<br />

<strong>que</strong>darse atascadas, eran alg<strong>una</strong>s cuestas, igualmente húmedas por la última<br />

lluvia. A cada resbalón, el impulso <strong>de</strong> sostenerse <strong>de</strong>l tronco más cercano era a<br />

menudo castigado por <strong>de</strong>scom<strong>una</strong>les espinas.<br />

En el cenote Pelo Fino, cerca <strong>de</strong> los Cuates, nos percatamos <strong>de</strong> <strong>que</strong> uno <strong>de</strong><br />

los troncos <strong>de</strong> la ribera opuesta tenía ojos y se movía. Miramos en espera <strong>de</strong><br />

consejo a nuestro guía, el compañero Max, antiguo militar: él nos hizo notar<br />

<strong>que</strong> el cocodrilo se movía exactamente hacia nosotros, como esperanzado en<br />

un bocado distinto <strong>de</strong> las pe<strong>que</strong>ñas mojarras <strong>de</strong>l aislado cenote. No hubo lance<br />

<strong>de</strong> chinchorro, pues, sólo algún atarrayazo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera <strong>de</strong>l agua.<br />

La actitud ante los cocodrilos varía muchísimo en la península. La precaución <strong>de</strong><br />

Max se <strong>que</strong>daba corta ante los letreros <strong>de</strong> Zoh Lag<strong>una</strong>, <strong>que</strong> prohíben meterse<br />

al agua, so pena <strong>de</strong> ser atacado por el famoso “Conan”, un cocodrilo enorme.<br />

En cambio, por el rumbo <strong>de</strong> Sian Ka’an, los guías nos hacían avanzar por los<br />

pantanos, con el agua lóbrega a la cintura, sin más precaución <strong>que</strong> <strong>una</strong> vara

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