09.05.2013 Views

Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>de</strong> Wetso, <strong>que</strong> marca el inicio <strong>de</strong>l territorio Naso. Para <strong>que</strong> un visitante vaya más allá <strong>de</strong> Wetso, <strong>de</strong>be ser por motivos<br />

especiales y únicos.<br />

Luego <strong>de</strong> meses <strong>de</strong> trabajo, logré convertirme en aliado <strong>de</strong> los Naso, lo cual me permitió hacer visitas a pueblos en<br />

los interiores <strong>de</strong> la cuenca como Bonyic, Seiyic, y por último a Solón. Solón, a <strong>una</strong>s 3 o 4 horas río arriba <strong>de</strong> Wetso,<br />

representaba el lugar <strong>de</strong> asambleas <strong>de</strong>l Consejo Naso y su Rey.<br />

Semanas previas a la “Revolución Naso” tuve la oportunidad <strong>de</strong> acompañar a Adolfo a <strong>una</strong> sesión <strong>de</strong>l Consejo Naso en<br />

Solón <strong>para</strong> afianzar nuestra alianza <strong>de</strong> trabajo. Nuestro botero, el experimentado Leonardo Aguilar, fue estricto en su<br />

mensaje: “Regreso por uste<strong>de</strong>s a las 3:30 p.m.; <strong>de</strong> no estar en el puerto a esa hora, me regreso, ya <strong>que</strong> la luz <strong>de</strong>l día será<br />

escasa <strong>para</strong> navegar el rio”.<br />

Adolfo, Félix Sánchez – otro excepcional lí<strong>de</strong>r Naso – y yo regresamos al puerto a las 4 p.m. Leonardo, fiel a su estilo<br />

militar, había cumplido con su palabra. En ese momento vi preocupación en las caras <strong>de</strong> Adolfo y Félix. Sabían <strong>que</strong> yo tenía<br />

<strong>que</strong> regresar como mínimo a Wetso, con el fin <strong>de</strong> bajar a El Silencio el día siguiente. <strong>Es</strong>as 3 horas en bote representaban<br />

<strong>una</strong>s 6 horas <strong>de</strong> caminata en el mejor <strong>de</strong> los casos. Peor aún, me encontraba utilizando sandalias <strong>de</strong> velcro, propias <strong>para</strong><br />

navegar un rio, pero no <strong>para</strong> caminar 6 horas en la montaña.<br />

Mis compañeros <strong>de</strong>finitivamente no sabían cómo abordar la situación. Me a<strong>de</strong>lanté, y les dije “estoy acostumbrado a<br />

caminar y mi condición física es buena. A<strong>de</strong>más, po<strong>de</strong>mos usar el rio a nuestro favor”. Aún con <strong>de</strong>sconfianza y mucha<br />

preocupación, pero rendidos ante la falta <strong>de</strong> opciones, Adolfo y Félix asintieron e iniciamos nuestra marcha.<br />

Fue <strong>una</strong> caminata extenuante, en partes nadando en la corriente <strong>de</strong>l río <strong>que</strong> nos ponían en riesgo al llegar a rápidos<br />

complejos y peligrosos, y la mayor parte <strong>de</strong> la travesía la llevamos a cabo a oscuras. Sin embargo, a cada pueblo <strong>que</strong><br />

llegábamos, Adolfo cambiaba su <strong>de</strong>sconfianza por asombro. No sólo íbamos con un buen paso, sino <strong>que</strong> al final, era<br />

Adolfo quien solicitaba los <strong>de</strong>scansos. El “sicua” u hombre blanco, lograba caminar por la montana y arriesgarse en el<br />

río como un Naso.<br />

169

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!