09.05.2013 Views

Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Un poco antes <strong>de</strong>l mediodía, íbamos manejando a lo largo <strong>de</strong> la línea <strong>de</strong> frontera subiendo y bajando colinas <strong>de</strong> rocas<br />

don<strong>de</strong> nunca antes había pasado un vehículo, cuando empezamos a sentir al jeep un poco diferente. Paramos a revisar<br />

las llantas y ¡sorpresa! ¡Otra llanta ponchada! Nos dimos cuenta <strong>que</strong> <strong>una</strong> rama puntiaguda había atravesado la llanta<br />

<strong>de</strong>jando un agujero. Desafort<strong>una</strong>damente, solo traíamos <strong>una</strong> llanta <strong>de</strong> refacción y ya la habíamos usado. <strong>Es</strong>tábamos como<br />

a 100 kilómetros <strong>de</strong>l ser humano más cercano en cualquier dirección. Empezamos a tratar <strong>de</strong> arreglar la llanta. Con un<br />

machete sacamos algunos pedazos <strong>de</strong> la primera llanta ponchada <strong>para</strong> tapar el agujero. Tuvimos <strong>que</strong> sacar la llanta <strong>de</strong>l<br />

rin, algo no muy sencillo cuando lo único <strong>que</strong> tienes a la mano son unos pe<strong>que</strong>ños <strong>de</strong>sarmadores. Al levantar el jeep<br />

con el gato <strong>para</strong> sacar la llanta ponchada nos dimos cuenta <strong>que</strong> los dos amortiguadores traseros estaban rotos y apenas<br />

colgaban <strong>de</strong> un seguro. No se veía muy bien. Trabajamos con la llanta un par <strong>de</strong> horas, bajo el intenso calor y la humedad<br />

en medio <strong>de</strong> nubes <strong>de</strong> mosquitos <strong>que</strong> se aprovechaban <strong>de</strong> nuestra precaria situación. Terminamos <strong>de</strong> inflar la llanta con<br />

<strong>una</strong> bomba <strong>de</strong> aire <strong>para</strong> bicicletas, tarea <strong>que</strong> nos llevó otras dos horas y <strong>que</strong> nos <strong>de</strong>jó sin aliento a los tres. Una vez <strong>que</strong><br />

la llanta estaba inflada quitamos las piedras y el gato <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l jeep, pero su peso apachurró nuestras dos horas <strong>de</strong><br />

trabajo en menos <strong>de</strong> <strong>cinco</strong> segundos.<br />

Después <strong>de</strong> cuatro horas <strong>de</strong> trabajo, nos encontrábamos en el <strong>mis</strong>mo lugar con <strong>una</strong> llanta ponchada y otra <strong>de</strong>shecha,<br />

tres <strong>de</strong>sarmadores rotos, empapados en sudor y con poca sangre sobrante. Teníamos <strong>que</strong> cambiar al “plan B”. ¿Cuál<br />

era el “plan B”? En realidad teníamos un par <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s: Plan A: abandonar el jeep, escon<strong>de</strong>r el equipo y empezar<br />

a caminar. <strong>Es</strong>timamos <strong>que</strong> nos llevaría alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> cuatro días <strong>de</strong> continuo andar <strong>para</strong> salir <strong>de</strong>l lugar si tan solo<br />

pudiéramos encontrar el camino correcto. Ni el agua ni el alimento alcanzarían tantos días, por lo <strong>que</strong> tendríamos <strong>que</strong><br />

beber <strong>de</strong> las pe<strong>que</strong>ñas aguadas con agua estancada. Plan B: continuar manejando en tres llantas. Dejaríamos puesta la<br />

llanta ponchada <strong>para</strong> proteger el rin y seguiríamos manejando lentamente tanto como fuera posible. El único problema<br />

con este plan, era <strong>que</strong> los amortiguadores rotos estarían en <strong>una</strong> situación frágil. Si se rompían, no tendríamos otra opción,<br />

sino regresar al “plan A”. Después <strong>de</strong> pensarlo unos momentos, <strong>de</strong>cidimos seguir el “plan C”: Continuaríamos en tres<br />

llantas la mitad <strong>de</strong>l camino y <strong>de</strong>spués seguiríamos a pie la segunda mitad.<br />

Iniciamos el “plan C” como a las seis <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. Empezamos a mover el jeep muy lentamente en tres llantas y en el<br />

rin <strong>de</strong>lantero <strong>de</strong>recho. ¡Auch! Llevábamos apenas veinte minutos cuando empezó a salir humo <strong>de</strong>l motor <strong>de</strong>bido al<br />

267

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!