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Relato para mis hijos - Es una colección de cinco documentales que ...

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acrobacias aéreas necesarias <strong>para</strong> esquivar los cerros y encontrar la mini-pista <strong>de</strong> “aterrorizaje” en un valle, en las afueras<br />

<strong>de</strong>l pueblo.<br />

<strong>Es</strong>tuvimos amablemente hospedados en la escuela <strong>de</strong>l ejido – un edificio construido <strong>de</strong> tablas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, al igual <strong>que</strong> las<br />

casas <strong>de</strong> la gente. No sé si la escuela tenía maestro <strong>de</strong> tiempo completo, pero me imagino <strong>que</strong> no: a este pueblo sólo se<br />

podría llegar en avioneta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Comitán, o bien, tras seis horas <strong>de</strong> caminata <strong>de</strong>s<strong>de</strong> San Quintín, por un sen<strong>de</strong>ro en la selva.<br />

Hasta aquí no llegaba ni la Coca Cola, no había tienda ni clínica. Pero la gente <strong>de</strong>l ejido –indígenas tzeltales- aun<strong>que</strong> vivían<br />

en la pobreza extrema, era muy amables; las mujeres y niñas muy tímidas, claro, pero los hombres y muchachos más bien<br />

curiosos. Y fueron ellos quienes nos acompañaban, a cambio <strong>de</strong> un pago mo<strong>de</strong>sto, en nuestras largas caminatas por la selva,<br />

ayudándonos a colectar, cortar y cargar los especímenes botánicos – los <strong>que</strong> prensábamos in situ, y secábamos en la escuela.<br />

Siendo noviembre, los Nortes eran comunes y <strong>de</strong>scargaban cantida<strong>de</strong>s injustas e incesantes <strong>de</strong> lluvia encima <strong>de</strong> todo y <strong>de</strong><br />

todos durante la mayor parte <strong>de</strong> nuestra estancia. Así <strong>que</strong> los sen<strong>de</strong>ros eran humedales <strong>de</strong> lodo y arcilla <strong>de</strong> tipo “tragabotas”;<br />

la ropa, <strong>una</strong> vez húmeda, difícilmente se secaba (aún a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la escuela); y con tanta incomodidad, los bultos <strong>de</strong><br />

especímenes prensados, tijeras y –en mi caso- cámara y tripié, hacían el <strong>de</strong>splazamiento por la selva bastante difícil.<br />

Y con todo eso, era hermoso e inolvidable. La belleza incom<strong>para</strong>ble <strong>de</strong> la Lag<strong>una</strong> Miramar, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> selva alta perennifolia<br />

y las atenciones <strong>de</strong> nuestros compañeros tzeltales, chambeadores, jamás <strong>que</strong>josos, muy amables y amigables, aun<strong>que</strong> algo<br />

silenciosos también, y cuidadosos <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jarnos a<strong>de</strong>ntrarnos a la selva sin su compañía (lo <strong>que</strong> llamó la atención a los<br />

colectores botánicos más experimentados, como Alberto, pero no a mí, siendo un novato). Inclusive me costó trabajo no<br />

encontrar belleza en las chozas rústicas <strong>de</strong> tablas con techos <strong>de</strong> palma, <strong>que</strong> eran las casas <strong>de</strong> esta gente tan pobre, y <strong>que</strong><br />

humeaban en las mañanas al escapar por don<strong>de</strong> fuera posible el humo <strong>de</strong> sus estufas <strong>de</strong> leña – todas con sus huertos <strong>de</strong><br />

frutales, caña y cafetos – mientras la vegetación selvática <strong>que</strong> ro<strong>de</strong>aba todo, <strong>de</strong>spedía vapor <strong>de</strong> agua en forma <strong>de</strong> neblina,<br />

al calentarse con los rayos <strong>de</strong>l sol matutino. Des<strong>de</strong> luego, es siempre más factible -aun<strong>que</strong> no correcto- romantizar los<br />

paisajes <strong>de</strong> la pobreza, cuando uno no vive <strong>de</strong> tiempo completo en ellos.<br />

El siguiente día, el 4 <strong>de</strong> noviembre, al a<strong>de</strong>ntrarnos en la selva <strong>de</strong> Montes Azules, caminamos por <strong>una</strong> zona con suelo aún<br />

más húmedo <strong>que</strong> en otras partes, con árboles <strong>de</strong> menor estatura, y <strong>una</strong> cobertura <strong>de</strong> hojarasca y ramas muertas más<br />

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