Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Diario</strong> <strong>Ana</strong> <strong>Frank</strong><br />
A veces creo que Dios me quiere poner a prueba, tanto ahora como más tar<strong>de</strong>. Debo ser<br />
buena sola, sin ejemplos y sin hablar, sólo así me haré más fuerte.<br />
¿Quién sino yo leerá luego todas estas cartas? ¿Quién sino yo misma me consolará? Porque a<br />
menudo necesito consuelo; muchas veces no soy lo suficientemente fuerte y fallo más <strong>de</strong> lo que<br />
acierto. Lo sé, y cada vez intento mejorar, todos los días.<br />
Me tratan <strong>de</strong> forma poco coherente. Un día <strong>Ana</strong> es una chica seria, que sabe mucho, y al día<br />
siguiente es una borrica que no sabe nada y cree haber aprendido <strong>de</strong> todo en los libros. Ya no soy el<br />
bebé ni la niña mimada que causa gracia haciendo cualquier<br />
cosa. Tengo mis propios i<strong>de</strong>ales, mis i<strong>de</strong>as y planes, pero aún no sé expresarlos.<br />
¡Ah!, me vienen tantas cosas a la cabeza cuando estoy sola por las noches, y también durante<br />
el día, cuando tengo que soportar a todos los que ya me tienen harta y siempre interpretan mal mis<br />
intenciones. Por eso, al final siempre vuelvo a mi diario: es mi punto <strong>de</strong> partida y mi <strong>de</strong>stino, porque<br />
Kitty siempre tiene paciencia conmigo. Le prometeré que, a pesar <strong>de</strong> todo, perseveraré, que me<br />
abriré mi propio camino y me tragaré mis lágrimas. Sólo que me gustaría po<strong>de</strong>r ver los resultados, o<br />
que alguien que me quisiera me animara a seguir.<br />
No me juzgues, sino considérame como alguien que a veces siente que está rebosando.<br />
Tu <strong>Ana</strong><br />
Lunes, 9 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1942<br />
Querida Kitty:<br />
Ayer fue el cumpleaños <strong>de</strong> Peter. Cumplió dieciséis años. A las ocho ya subí a saludarlo y a<br />
admirar sus regalos. Le han regalado, entre otras cosas, un juego <strong>de</strong> la Bolsa, una afeitadora y un<br />
encen<strong>de</strong>dor. No es que fume mucho; al contrario, pero es por motivos <strong>de</strong> elegancia.<br />
La mayor sorpresa nos la dio el señor Van Daan, cuando nos informó que los ingleses habían<br />
<strong>de</strong>sembarcado en Túnez, Argel, Casablanca y Orán.<br />
«Es el principio <strong>de</strong>l fin», dijeron todos, pero Churchill, el primer ministro inglés, que<br />
seguramente oyó la misma frase en Inglaterra, dijo: «Este <strong>de</strong>sembarco es una proeza, pero no se<br />
<strong>de</strong>be pensar que sea el principio <strong>de</strong>l fin. Yo más bien diría que significa el fin <strong>de</strong>l principio.» ¿Te das<br />
cuenta <strong>de</strong> la diferencia? Sin embargo, hay motivos para mantener el optimismo. Stalingrado, la ciudad<br />
rusa que ya llevan tres meses <strong>de</strong>fendiendo, aún no ha sido entregada a los alemanes.<br />
Para darte una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> otro aspecto <strong>de</strong> nuestra vida en la Casa <strong>de</strong> atrás, tendré que escribirte<br />
algo sobre nuestra provisión <strong>de</strong> alimentos. (Has <strong>de</strong> saber que los <strong>de</strong>l piso <strong>de</strong> arriba son unos verda<strong>de</strong>ros<br />
golosos.)<br />
El pan nos lo proporciona un pana<strong>de</strong>ro muy amable, un conocido <strong>de</strong> Kleiman. No conseguimos<br />
tanto pan como en casa, naturalmente, pero nos alcanza. Los cupones <strong>de</strong> racionamiento también los<br />
compramos <strong>de</strong> forma clan<strong>de</strong>stina. El precio aumenta continuamente; <strong>de</strong> 27 florines ha subido ya a 33.<br />
¡Y eso sólo por una hoja <strong>de</strong> papel impresa!<br />
Para tener más víveres no perece<strong>de</strong>ros, aparte <strong>de</strong> los cien botes <strong>de</strong> comida que tenemos,<br />
hemos comprado 13 S kilos <strong>de</strong> legumbres. Esto no es para nosotros solos; una parte es para los <strong>de</strong><br />
la oficina. Los sacos <strong>de</strong> legumbres estaban colgados con ganchos en el pasillo que hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la<br />
puerta-armario. Algunas costuras <strong>de</strong> los sacos se abrieron <strong>de</strong>bido al gran peso. Decidimos que era<br />
mejor llevar nuestras provisiones <strong>de</strong> invierno al <strong>de</strong>sván, y encomendamos la tarea a Peter. Cuando<br />
cinco <strong>de</strong> los seis sacos ya se encontraban arriba sanos y salvos y Peter estaba subiendo el sexto, la<br />
costura <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo se soltó y una lluvia, mejor dicho un granizo, <strong>de</strong> judías pintas voló por el aire y rodó<br />
por la escalera. En el saco había unos 25 kilos, <strong>de</strong> modo que fue un ruido infernal. Abajo pensaron<br />
que se les venía el viejo edifico encima. Peter se asustó un momento, pero soltó una carcajada<br />
cuando me vio al pie <strong>de</strong> la escalera como una especie <strong>de</strong> isla en medio <strong>de</strong> un mar <strong>de</strong> judías, que me<br />
llegaba hasta los tobillos. En seguida nos pusimos a recogerlas, pero las judías son tan pequeñas y<br />
resbaladizas que se meten en todos los rincones y grietas posibles e imposibles. Cada vez que ahora<br />
alguien sube la escalera, se agacha para recoger un puñado <strong>de</strong> judías, que seguidamente entrega a<br />
la señora Van Daan.<br />
Casi me olvidaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirte que a papá ya se le ha pasado totalmente la enfermedad que<br />
tenía.<br />
Tu <strong>Ana</strong><br />
Karneeval Biblioweb – Libros Gratis 29 http://ar.geocities.com/krnv_bweb