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Diario de Ana Frank - moninotic

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<strong>Diario</strong> <strong>Ana</strong> <strong>Frank</strong><br />

Jan: Usted dirá lo que quiera, yo eso no me lo creo.<br />

Casa <strong>de</strong> atrás: Siempre la misma historia. Nadie quiere ver el peligro hasta que no lo siente en<br />

su propio pellejo.<br />

Jan: No sabe usted nada a ciencia cierta. Todo son meras suposiciones.<br />

Casa <strong>de</strong> atrás: Pero si ya lo hemos vivido todo en nuestra propia carne, primero en Alemania y<br />

ahora aquí. ¿Y entonces en Rusia qué está pasando?<br />

Jan: Si <strong>de</strong>jamos fuera <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración a los judíos, no creo que nadie sepa lo que está<br />

pasando en Rusia. Al igual que los alemanes, tanto los ingleses como los rusos exagerarán por hacer<br />

pura propaganda.<br />

Casa <strong>de</strong> atrás: Nada <strong>de</strong> eso. La radio inglesa siempre ha dicho la verdad. Y suponiendo que<br />

las noticias sean exageradas en un diez por ciento, los hechos siguen siendo horribles, porque no me<br />

va usted a negar que es un hecho que en Polonia y en Rusia están asesinando a millones <strong>de</strong><br />

personas pacíficas o enviándolas a la cámara <strong>de</strong> gas, sin más ni más.<br />

El resto <strong>de</strong> nuestras conversaciones me las reservaré. Me mantengo serena y no hago caso <strong>de</strong><br />

estas cuestiones. He llegado al punto en que ya me da lo mismo morir que seguir viviendo. La i Tierra<br />

seguirá dando vueltas aunque yo no esté, y <strong>de</strong> cualquier forma no puedo oponer ninguna resistencia<br />

a los acontecimientos. Que sea lo que haya <strong>de</strong> ser, y por lo <strong>de</strong>más seguiré estudiando y esperando<br />

que todo acabe bien.<br />

Tu <strong>Ana</strong><br />

Martes, 8 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1944<br />

Querida Kitty:<br />

No sabría <strong>de</strong>cirte cómo me siento. Hay momentos en que anhelo la tranquilidad, y otros en que<br />

quisiera algo <strong>de</strong> alegría. Nos hemos <strong>de</strong>sacostumbrado a reírnos, quiero <strong>de</strong>cir a reírnos <strong>de</strong> verdad. Lo<br />

que sí me dio esta mañana fue la risa tonta, ya sabes, como la que a veces te da en el colegio.<br />

Margot y yo nos estuvimos riendo como dos verda<strong>de</strong>ras bobas.<br />

Anoche nos volvió a pasar algo con mamá. Margot se había enrollado en su manta <strong>de</strong> lana, y<br />

<strong>de</strong> repente se levantó <strong>de</strong> la cama <strong>de</strong> un salto y se puso a mirar la manta minuciosamente; ¡en la<br />

manta había un alfiler! La había remendado mamá. Papá meneó la cabeza <strong>de</strong> manera elocuente y<br />

dijo algo sobre lo <strong>de</strong>scuidada que era. Al poco tiempo volvió mamá <strong>de</strong>l cuarto <strong>de</strong> baño y yo le dije<br />

medio en broma:<br />

-¡Mira que eres una madre <strong>de</strong>snaturalizada!<br />

Naturalmente, me preguntó por qué y le contamos lo <strong>de</strong>l alfiler. Puso una cara <strong>de</strong> lo más altiva<br />

y me dijo:<br />

-¡Mira quién habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>scuidada! ¡Cuando coses tú, <strong>de</strong>jas en el suelo un reguero <strong>de</strong> alfileres!<br />

¡O <strong>de</strong>jas el estuche <strong>de</strong> la manicura tirado por ahí, como ahora!<br />

Le dije que yo no había usado el estuche <strong>de</strong> la manicura, y entonces intervino Margot, que era<br />

la culpable.<br />

Mamá siguió hablándome <strong>de</strong> <strong>de</strong>scuidos y <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes, hasta que me harté y le dije, <strong>de</strong> manera<br />

bastante brusca:<br />

-¡Si ni siquiera he sido yo la que ha dicho que eras <strong>de</strong>scuidada! ¡Siempre me echáis la culpa a<br />

mí <strong>de</strong> lo que hacen los <strong>de</strong>más!<br />

Mamá no dijo nada, y menos <strong>de</strong> un minuto <strong>de</strong>spués me vi obligada a darle el beso <strong>de</strong> las<br />

buenas noches. El hecho quizá no tenga importancia, pero a mí todo me irrita.<br />

<strong>Ana</strong> Mary <strong>Frank</strong> 24 .<br />

Sábado, 12 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1944<br />

Querida Kitty:<br />

Hace sol, el cielo está <strong>de</strong> un azul profundo, hace una brisa hermosa y yo tengo unos enormes<br />

24 <strong>Ana</strong> se llamaba oficialmente Anneliese Marie.<br />

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